La oración es el epígrafe de la fe. Fiel a este precepto cristiano, los mariangoleros que profesan la religión católica se preparan para celebrar la fiesta patronal del Santo Cristo y el quinto aniversario de la consagración del templo.
Por José Atuesta Mindiola
La oración es el epígrafe de la fe. Fiel a este precepto cristiano, los mariangoleros que profesan la religión católica se preparan para celebrar la fiesta patronal del Santo Cristo y el quinto aniversario de la consagración del templo.
El sacerdote de la Parroquia, Alfredo Guerra Nasser y la pequeña comunidad, invitan a la solemne eucaristía, el próximo sábado, 14 de septiembre, a las 10 de la mañana, y a la santa procesión, a las 5 de la tarde.
El domingo 15, a las 3 de la tarde, a las ceremonias de bautismos, primeras comuniones y confirmaciones de adultos que presidirá Monseñor Óscar José Vélez Isaza.
Las fiestas patronales representan la máxima convergencia de la tradición espiritual de un pueblo. Para los mayores es la afinidad con los hermosos tiempos de la juventud; para los que están lejos es un abrazo con la nostalgia; para las pequeñas comunidades y los católicos que viven por los estrechos caminos del bien es el fervor de vivir el esplendor de la fe y la veneración a Dios.
Como complemento a la fiesta religiosa, se realizará la X versión del Festival “Tierra del Cachaquito” que organiza La Fundación Cultural que preside Elibeth Zequiera Ramírez.
Este año se exaltaràn a dos ilustres hijos de Mariangola, los doctores Carlos Wilson Lizarazo y Carlos Céspedes Martínez. Además se entregarán menciones de honor: a algunos hijos del recordado hombre de trabajo y modesto ganadero, Carlos Arturo Céspedes, al médico Alberto Atuesta Mindiola, al músico Yolfreis Ebrat Escobar, y se hará un reconomiento póstumo a María de Cardona, memorable líder cívica y distinguida matrona de la comunidad.
El homenaje central es para el profesor, conferencista, guitarrista y compositor Carlos Wilson Lizarazo. Con él, se invierte la canción de “El Cachaquito”, porque dos cachacos pintaron mariangolero.
Los santandereanos, Saúl Lizarazo y Eloísa Gómez, guiados por el lucero de la esperanza, llegaron en la década de 1960 a Mariangola a cultivar en el fértil corazón de La Nevada.
Aquí nacen sus cinco hijos menores, entre ellos Carlos Wilson, quien es un mariangolero cabal. Su ciclo de primaria lo realiza en la Escuela Juana de Atuesta; luego se hace bachiller en el Colegio Nacional Loperena, Licenciado en Matemática de la Universidad Popular del Cesar, Especialista en Educación Matemática de la Universidad de Pamplona, Magister en didáctica de la matemática de la Universidad de México y doctor en Ciencias de la matemática aplicada de la Universidad Holguín de Cuba.
Ha representado a Colombia en cuatro Encuentros Internacionales de Matemática (1996 en Sevilla, España; 2000 en Tokio, 2004 en Dinamarca y en el 2008 en Monterrey, México).
En la actualidad reside en Barranquilla donde ejerce la docencia y vive feliz en compañía de su esposa, Nubys María De la Cruz y de sus tres hijos.
Todos estamos invitados este fin de semana a Mariangola, al reencuentro con la fe y la cultura.
La oración es el epígrafe de la fe. Fiel a este precepto cristiano, los mariangoleros que profesan la religión católica se preparan para celebrar la fiesta patronal del Santo Cristo y el quinto aniversario de la consagración del templo.
Por José Atuesta Mindiola
La oración es el epígrafe de la fe. Fiel a este precepto cristiano, los mariangoleros que profesan la religión católica se preparan para celebrar la fiesta patronal del Santo Cristo y el quinto aniversario de la consagración del templo.
El sacerdote de la Parroquia, Alfredo Guerra Nasser y la pequeña comunidad, invitan a la solemne eucaristía, el próximo sábado, 14 de septiembre, a las 10 de la mañana, y a la santa procesión, a las 5 de la tarde.
El domingo 15, a las 3 de la tarde, a las ceremonias de bautismos, primeras comuniones y confirmaciones de adultos que presidirá Monseñor Óscar José Vélez Isaza.
Las fiestas patronales representan la máxima convergencia de la tradición espiritual de un pueblo. Para los mayores es la afinidad con los hermosos tiempos de la juventud; para los que están lejos es un abrazo con la nostalgia; para las pequeñas comunidades y los católicos que viven por los estrechos caminos del bien es el fervor de vivir el esplendor de la fe y la veneración a Dios.
Como complemento a la fiesta religiosa, se realizará la X versión del Festival “Tierra del Cachaquito” que organiza La Fundación Cultural que preside Elibeth Zequiera Ramírez.
Este año se exaltaràn a dos ilustres hijos de Mariangola, los doctores Carlos Wilson Lizarazo y Carlos Céspedes Martínez. Además se entregarán menciones de honor: a algunos hijos del recordado hombre de trabajo y modesto ganadero, Carlos Arturo Céspedes, al médico Alberto Atuesta Mindiola, al músico Yolfreis Ebrat Escobar, y se hará un reconomiento póstumo a María de Cardona, memorable líder cívica y distinguida matrona de la comunidad.
El homenaje central es para el profesor, conferencista, guitarrista y compositor Carlos Wilson Lizarazo. Con él, se invierte la canción de “El Cachaquito”, porque dos cachacos pintaron mariangolero.
Los santandereanos, Saúl Lizarazo y Eloísa Gómez, guiados por el lucero de la esperanza, llegaron en la década de 1960 a Mariangola a cultivar en el fértil corazón de La Nevada.
Aquí nacen sus cinco hijos menores, entre ellos Carlos Wilson, quien es un mariangolero cabal. Su ciclo de primaria lo realiza en la Escuela Juana de Atuesta; luego se hace bachiller en el Colegio Nacional Loperena, Licenciado en Matemática de la Universidad Popular del Cesar, Especialista en Educación Matemática de la Universidad de Pamplona, Magister en didáctica de la matemática de la Universidad de México y doctor en Ciencias de la matemática aplicada de la Universidad Holguín de Cuba.
Ha representado a Colombia en cuatro Encuentros Internacionales de Matemática (1996 en Sevilla, España; 2000 en Tokio, 2004 en Dinamarca y en el 2008 en Monterrey, México).
En la actualidad reside en Barranquilla donde ejerce la docencia y vive feliz en compañía de su esposa, Nubys María De la Cruz y de sus tres hijos.
Todos estamos invitados este fin de semana a Mariangola, al reencuentro con la fe y la cultura.