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Editorial - 11 julio, 2020

¿El Rosario Pumarejo de López podrá eludir su intervención?

La incertidumbre ronda el futuro del Hospital Rosario Pumarejo de López. Se cierran las opciones para salir de la crisis en la que está sumido y nuevamente líderes políticos alzan la voz pidiendo que la Superintendencia de Salud intervenga la principal Empresa Social del Estado (ESE) del departamento. Hoy día es un barco que busca no naufragar, pero ya no hay un norte, solo se lucha por salvarlo.

La incertidumbre ronda el futuro del Hospital Rosario Pumarejo de López. Se cierran las opciones para  salir de la crisis en la que está sumido y nuevamente líderes políticos alzan la voz pidiendo que la Superintendencia de Salud intervenga la principal Empresa Social del Estado (ESE) del departamento. Hoy día es un barco que busca no naufragar, pero ya no hay un norte, solo se lucha por salvarlo.

Reconoció la gerente, Jackeline Hernández Henríquez, que con la reestructuración laboral lo que buscan es reducir los déficits financieros, mientras que, “la esperanza de ponerse al día con los profesionales es casi nula”.

Repetimos: ¿qué soluciones hay para salvar el barco? El representante Christian José Moreno, durante una audiencia pública realizada este jueves, insistió en la intervención.  Ya había hecho un debate en la asamblea la diputada Claudia Margarita Zuleta ¿Hay otras opciones? Es posible, pero cada día ‘el Rosario’ se parece más al Hospital San Andrés de Chiriguaná que recibió la Superintendencia en 2019 cuando decidió intervenirlo: pasivos multimillonarios, profesionales a los que les adeudan más de 12 meses, despidos polémicos, cuentas embargadas y deudas multimillonarias de entidades territoriales. Una entidad insostenible en todos los sentidos.

Ahora… ¿dónde están los responsables? Mejor dicho, los culpables. Porque al igual que la Empresa de Servicios Públicos, Emdupar, al Rosario Pumarejo lo convirtieron, durante varios años en un instrumento para pagar favores y cumplir compromisos políticos.

Luego están las EPS y la falta de gerencia. Casi la mitad de la deuda de las EPS con la red pública hospitalaria del Cesar es con el Rosario Pumarejo de López. Siempre se ha culpado a las EPS, sin embargo, también es cierto que ha faltado diligencia a quienes han dirigido al Hospital y a los últimos gobernadores del Cesar, incluido el actual, en quien se podría señalar a un primer responsable. Dónde está la junta del hospital. Es oportuno que se reúna y se manifieste a la opinión pública. Podría hacerse una liga de seguidores, unos ‘amigos del hospital’ de carácter civil, desinteresado, es una fórmula que junto a  otros estamentos de la comunidad médica y de usuarios, gremios y universidades los han salvado en otras latitudes.

No es un asunto de los opositores políticos. Es un asunto de  opositores y gobernantes.  Es interés de todos.

La Gobernación del Cesar es el principal deudor del Rosario Pumarejo de López con más de $43.000 millones en cuentas por pagar. La entidad departamental, que puede salvar a la red pública, genera su mayor desbalance financiero.  El hospital también cubrió la salud de los migrantes venezolanos; acusa el descalabro de ciertas EPS que se fueron a liquidación.

El barco naufraga, ya no navega, y parece que solo la intervención de la Superintendencia de Salud puede evitar una catástrofe mayor. ¿Será que el gobernador Monsalvo podrá evitarla, menos por su influencia política que por demostración de su capacidad y compromiso efectivo de sacarlo adelante?

Editorial
11 julio, 2020

¿El Rosario Pumarejo de López podrá eludir su intervención?

La incertidumbre ronda el futuro del Hospital Rosario Pumarejo de López. Se cierran las opciones para salir de la crisis en la que está sumido y nuevamente líderes políticos alzan la voz pidiendo que la Superintendencia de Salud intervenga la principal Empresa Social del Estado (ESE) del departamento. Hoy día es un barco que busca no naufragar, pero ya no hay un norte, solo se lucha por salvarlo.


La incertidumbre ronda el futuro del Hospital Rosario Pumarejo de López. Se cierran las opciones para  salir de la crisis en la que está sumido y nuevamente líderes políticos alzan la voz pidiendo que la Superintendencia de Salud intervenga la principal Empresa Social del Estado (ESE) del departamento. Hoy día es un barco que busca no naufragar, pero ya no hay un norte, solo se lucha por salvarlo.

Reconoció la gerente, Jackeline Hernández Henríquez, que con la reestructuración laboral lo que buscan es reducir los déficits financieros, mientras que, “la esperanza de ponerse al día con los profesionales es casi nula”.

Repetimos: ¿qué soluciones hay para salvar el barco? El representante Christian José Moreno, durante una audiencia pública realizada este jueves, insistió en la intervención.  Ya había hecho un debate en la asamblea la diputada Claudia Margarita Zuleta ¿Hay otras opciones? Es posible, pero cada día ‘el Rosario’ se parece más al Hospital San Andrés de Chiriguaná que recibió la Superintendencia en 2019 cuando decidió intervenirlo: pasivos multimillonarios, profesionales a los que les adeudan más de 12 meses, despidos polémicos, cuentas embargadas y deudas multimillonarias de entidades territoriales. Una entidad insostenible en todos los sentidos.

Ahora… ¿dónde están los responsables? Mejor dicho, los culpables. Porque al igual que la Empresa de Servicios Públicos, Emdupar, al Rosario Pumarejo lo convirtieron, durante varios años en un instrumento para pagar favores y cumplir compromisos políticos.

Luego están las EPS y la falta de gerencia. Casi la mitad de la deuda de las EPS con la red pública hospitalaria del Cesar es con el Rosario Pumarejo de López. Siempre se ha culpado a las EPS, sin embargo, también es cierto que ha faltado diligencia a quienes han dirigido al Hospital y a los últimos gobernadores del Cesar, incluido el actual, en quien se podría señalar a un primer responsable. Dónde está la junta del hospital. Es oportuno que se reúna y se manifieste a la opinión pública. Podría hacerse una liga de seguidores, unos ‘amigos del hospital’ de carácter civil, desinteresado, es una fórmula que junto a  otros estamentos de la comunidad médica y de usuarios, gremios y universidades los han salvado en otras latitudes.

No es un asunto de los opositores políticos. Es un asunto de  opositores y gobernantes.  Es interés de todos.

La Gobernación del Cesar es el principal deudor del Rosario Pumarejo de López con más de $43.000 millones en cuentas por pagar. La entidad departamental, que puede salvar a la red pública, genera su mayor desbalance financiero.  El hospital también cubrió la salud de los migrantes venezolanos; acusa el descalabro de ciertas EPS que se fueron a liquidación.

El barco naufraga, ya no navega, y parece que solo la intervención de la Superintendencia de Salud puede evitar una catástrofe mayor. ¿Será que el gobernador Monsalvo podrá evitarla, menos por su influencia política que por demostración de su capacidad y compromiso efectivo de sacarlo adelante?