Se ha venido diciendo desde hace mucho tiempo que el río Cesar vive una verdadera emergencia sanitaria o una pandemia ambiental o climática. Por lo anterior, nuestro periódico El Pilón, ejerciendo su compromiso social en su momento, realizó una investigación en el curso de su recorrido de 282 kilómetros que lo tituló “Miremos al río […]
Se ha venido diciendo desde hace mucho tiempo que el río Cesar vive una verdadera emergencia sanitaria o una pandemia ambiental o climática.
Por lo anterior, nuestro periódico El Pilón, ejerciendo su compromiso social en su momento, realizó una investigación en el curso de su recorrido de 282 kilómetros que lo tituló “Miremos al río Cesar”, de este trabajo, se desarrolló una transcendental exposición en donde participaron tanto funcionarios públicos como privados.
Nosotros como columnistas, en varias oportunidades nos hemos pronunciado frente a este delicado y preocupante tema que nos obliga a actuar más pronto que tarde; por ello, la Contraloría General de la República ha iniciado un ejercicio en pro de este afluente y a través de personas como la doctora Jhoana Casallas sin contraprestación económica, realiza una jefatura de veeduría ambiental sobre la situación del río.
El periódico El Pilón, hizo una convocatoria en el Hotel Sicarare para poner de manifiesto la profunda crisis ecológica que ha destruido la vida misma del río Cesar del cual derivaban su sustento o sobrevivían muchos pobladores desde su nacimiento en San Juan del Cesar hasta llegar a la ciénaga de Zapatosa, por este gravísimo problema planteado, el periódico instó a las autoridades de la Guajira y el Cesar, para que declaren la calamidad pública de esta fuente, activando los mecanismos de emergencia necesarios para que se intervenga prontamente el río de manera integral, en el entendido que este no es solo un tema ambiental, sino económico y cultural.
Ya la sociedad cesarense conoce muy bien la situación, pero no actuamos respecto a la desecación de humedales y diques ilegales, el vertimiento de aguas residuales, la mala disposición de basuras en su lecho, la quema de bosques, el relleno de humedales para dar paso a la agricultura y a la ganadería y claro, todo apunta a un deterioro sistémico del río, pero también para la ciénaga de Zapatosa.
En fin, el interés de El Pilón y de algunos ciudadanos es que no dejemos morir el río y de paso a la Zapatosa. Es preciso registrar aquí también, que ya está diseñado el Plan de Ordenamiento y Manejo de la Cuenca Hidrográfica del Río Bajo Cesar-Ciénaga de Zapatosa, y al momento se están desarrollando algunas actividades, de lo establecido en lo que se llama POMCA (Plan de Ordenamiento y Manejo de Cuenca).
También hay que manifestar que el dinero para esta aplicación está disponible en el Fondo de Adaptación solo que hay que hacer la gestión por parte de todos los actores que tienen que ver con el tema, entre ellos deben intervenir con el Concejo de Cuenca del cual hacen parte 11 municipios de los cuales ocho pertenecen al Departamento del Cesar, tres al departamento del Magdalena así como las dos gobernaciones, y claro, los gremios productivos y los pescadores.
Nuestro periódico no ha perdido su interés por la recuperación del río y tiene disposición de veedor para hacer seguimiento a las acciones positivas que deban realizarse.
El Pilón ha manifestado que conoce los impactos que afectan la cuenca y que generan impactos negativos y ha manifestado que se acometan acciones de sensibilización, capacitación y regularización con eficaces sistemas de control de las autoridades ambientales y policivas.
Se ha venido diciendo desde hace mucho tiempo que el río Cesar vive una verdadera emergencia sanitaria o una pandemia ambiental o climática. Por lo anterior, nuestro periódico El Pilón, ejerciendo su compromiso social en su momento, realizó una investigación en el curso de su recorrido de 282 kilómetros que lo tituló “Miremos al río […]
Se ha venido diciendo desde hace mucho tiempo que el río Cesar vive una verdadera emergencia sanitaria o una pandemia ambiental o climática.
Por lo anterior, nuestro periódico El Pilón, ejerciendo su compromiso social en su momento, realizó una investigación en el curso de su recorrido de 282 kilómetros que lo tituló “Miremos al río Cesar”, de este trabajo, se desarrolló una transcendental exposición en donde participaron tanto funcionarios públicos como privados.
Nosotros como columnistas, en varias oportunidades nos hemos pronunciado frente a este delicado y preocupante tema que nos obliga a actuar más pronto que tarde; por ello, la Contraloría General de la República ha iniciado un ejercicio en pro de este afluente y a través de personas como la doctora Jhoana Casallas sin contraprestación económica, realiza una jefatura de veeduría ambiental sobre la situación del río.
El periódico El Pilón, hizo una convocatoria en el Hotel Sicarare para poner de manifiesto la profunda crisis ecológica que ha destruido la vida misma del río Cesar del cual derivaban su sustento o sobrevivían muchos pobladores desde su nacimiento en San Juan del Cesar hasta llegar a la ciénaga de Zapatosa, por este gravísimo problema planteado, el periódico instó a las autoridades de la Guajira y el Cesar, para que declaren la calamidad pública de esta fuente, activando los mecanismos de emergencia necesarios para que se intervenga prontamente el río de manera integral, en el entendido que este no es solo un tema ambiental, sino económico y cultural.
Ya la sociedad cesarense conoce muy bien la situación, pero no actuamos respecto a la desecación de humedales y diques ilegales, el vertimiento de aguas residuales, la mala disposición de basuras en su lecho, la quema de bosques, el relleno de humedales para dar paso a la agricultura y a la ganadería y claro, todo apunta a un deterioro sistémico del río, pero también para la ciénaga de Zapatosa.
En fin, el interés de El Pilón y de algunos ciudadanos es que no dejemos morir el río y de paso a la Zapatosa. Es preciso registrar aquí también, que ya está diseñado el Plan de Ordenamiento y Manejo de la Cuenca Hidrográfica del Río Bajo Cesar-Ciénaga de Zapatosa, y al momento se están desarrollando algunas actividades, de lo establecido en lo que se llama POMCA (Plan de Ordenamiento y Manejo de Cuenca).
También hay que manifestar que el dinero para esta aplicación está disponible en el Fondo de Adaptación solo que hay que hacer la gestión por parte de todos los actores que tienen que ver con el tema, entre ellos deben intervenir con el Concejo de Cuenca del cual hacen parte 11 municipios de los cuales ocho pertenecen al Departamento del Cesar, tres al departamento del Magdalena así como las dos gobernaciones, y claro, los gremios productivos y los pescadores.
Nuestro periódico no ha perdido su interés por la recuperación del río y tiene disposición de veedor para hacer seguimiento a las acciones positivas que deban realizarse.
El Pilón ha manifestado que conoce los impactos que afectan la cuenca y que generan impactos negativos y ha manifestado que se acometan acciones de sensibilización, capacitación y regularización con eficaces sistemas de control de las autoridades ambientales y policivas.