El presidente de la República, Juan Manuel Santos, ayer hizo la presentación de los más significativos avances y logros alcanzados por el sector Trabajo en los últimos ocho años, en materia de creación de empleo formal, respeto y vigencia de los derechos fundamentales del trabajo, ampliación de la protección y seguridad social.

Entre los avances obtenidos, destacó la creación de más de 3,5 millones de empleos nuevos, de los cuales el 70% son formales. La formalización laboral obtuvo la cifra más alta que haya tenido el país: 50,6% en 2017, medida en las 13 principales ciudades y áreas metropolitanas, lo que significa un aumento de 8,5 puntos porcentuales desde el 2010.

Sin embargo, le recordamos al saliente jefe de Estado y al entrante, Iván Duque Márquez, que ocho de cada 10 personas en el campo colombiano que realizan alguna actividad laboral están en la informalidad, es decir, tienen un empleo que les permite generar ciertos ingresos, pero que no contribuye al bienestar ciudadano, puesto que no cuenta con afiliación a la seguridad social ni ofrece estabilidad laboral. Así lo reveló el informe ‘Perfil actual de la informalidad laboral en Colombia’, presentado por el Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario.

La informalidad laboral ha sido uno de los fenómenos más difíciles de erradicar en el país, pese a los avances logrados, y las ciudades fronterizas reflejan esa crisis, donde la migración de venezolanos podría tener injerencia. Cúcuta es la que tiene una mayor afectación, “cuenta con una tasa de informalidad del 70,5 por ciento, y en el caso de las mujeres, la cifra aumenta a 71 por ciento”, señala el estudio.

Valledupar, otra ciudad de frontera, con altos índices de informalidad, presentó el pasado mes de mayo la mayor tasa de desempleo al pasar de 12,2 % en 2017 a 15,6% este año, según las cifras de mercado laboral correspondientes al quinto mes del año y al trimestre móvil entre marzo y mayo de 2018, presentadas por el Dane el pasado jueves.

Entonces, exhortamos al nuevo Gobierno a fortalecer la cobertura de la educación básica, secundaría, técnica y profesional de la población, teniendo en cuenta que la informalidad, desempleo y escasa formación académica tienen una estrecha relación, como lo señalan las cifras: “Entre las personas con nivel educativo primario la informalidad es de 78,5 por ciento, cifra que aumenta a 86,2 por ciento en el caso de las mujeres”.

¿Cuánto tiene que producir una empresa para pagar salarios, prestaciones sociales al empleado y otros tributos? Es un interrogante que debe revisarse para fijar impuestos con porcentajes que le permitan al Estado obtener los recursos para su funcionamiento sin afectar la sostenibilidad de las empresas.

Santos deja a Colombia dentro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, lo cual requirió una reingeniería estatal, reformas laborales y de seguridad social, y que de cara al futuro significa la adopción de buenas prácticas y estándares de calidad, y estar a tono con algunas de las naciones más desarrolladas del mundo. Esperamos que Duque encuentre las medidas que ayuden a encontrar un punto de equilibrio económico que permita seguir bajando el desempleo a la par de la informalidad.