En la memoria colectiva todavía están los recuerdos de los daños y las afectaciones causadas por el conflicto armado que vivió el territorio habitado por la etnia kankuama en el pasado reciente; algunos decidieron irse y no volver, otros se quedaron y otros retornaron. No es menos cierto que hoy el pueblo que históricamente ha […]
En la memoria colectiva todavía están los recuerdos de los daños y las afectaciones causadas por el conflicto armado que vivió el territorio habitado por la etnia kankuama en el pasado reciente; algunos decidieron irse y no volver, otros se quedaron y otros retornaron. No es menos cierto que hoy el pueblo que históricamente ha luchado contra todas las formas de violencia, lucha por permanecer unido y aferrado a un territorio ancestral.
Hoy, ese renacer se aprecia en un retorno de las gentes que se reafirma como comunidad y defiende discretamente el territorio, las tradiciones, costumbres, memoria, entre otros aspectos del pueblo indígena.
La tarde de este sábado asistimos a un jolgorio en donde la comunidad recibió con beneplácito la inauguración de una obra significativa para la región: 2.8 kilómetros de pavimentación en placa huella que conectó los corregimientos de Atánquez – Chemesquemena y Guatapurí – con una inversión del orden de los $3.900 millones por parte del gobierno del Cesar, que lidera Francisco Ovalle Angarita.
La obra genera expectativas en temas como la mejora de la movilidad, el dinamismo en el transporte de los productos del campo a la ciudad, se espera contribuya al desarrollo regional y por ende mejore la competitividad, las condiciones de vida, el bienestar, la salud y la educación, entre otros aspectos.
Los voceros de la comunidad y los líderes presentes se mostraron complacidos y reconocieron la importancia de la obra frente al abandono histórico del pueblo Kankuamo, ellos hablaron de beneficios como la dinamización del turismo, accesibilidad a Valledupar y la posibilidad de traer sus productos con mayor facilidad.
Durante la inauguración de la obra, el gobernador Franco Ovalle anunció dos noticias para la zona: la primera está relacionada con la instalación del gas natural en los corregimiento de Atánquez, Los Haticos, La Mina, el Mojao, Ramalito, Rechilón y El Pontón que beneficiará 1.871 usuarios. Sin duda es un tema que contribuirá con el mejoramiento del medio ambiente por la disminución del consumo de leña y en la salud de las mujeres que ya no tendrán que inhalar el humo de las cocinas tradicionales. El segundo anuncio está relacionado con la consultoría para la construcción del alcantarillado de la capital kankuama, estudios que quedan adelantados al mes de diciembre y el próximo gobernador deberá ejecutar la obra con la que se van a beneficiar 1.900 habitantes.
Otros de los anuncios que se hizo fue la construcción de escenarios deportivos en Chemesquemena, Guatapurí y Atánquez.
Si bien reconocemos la magnitud de las obras y la contribución en la disminución de la brecha entre el dualismo de la modernidad y el primitivismo, también recomendamos de manera respetuosa que estas obras deben ir acompañadas de un paquete en la inversión social, el desarrollo humano, la preservación y salvaguarda de los pueblos tradicionales de la sierra.
En la memoria colectiva todavía están los recuerdos de los daños y las afectaciones causadas por el conflicto armado que vivió el territorio habitado por la etnia kankuama en el pasado reciente; algunos decidieron irse y no volver, otros se quedaron y otros retornaron. No es menos cierto que hoy el pueblo que históricamente ha […]
En la memoria colectiva todavía están los recuerdos de los daños y las afectaciones causadas por el conflicto armado que vivió el territorio habitado por la etnia kankuama en el pasado reciente; algunos decidieron irse y no volver, otros se quedaron y otros retornaron. No es menos cierto que hoy el pueblo que históricamente ha luchado contra todas las formas de violencia, lucha por permanecer unido y aferrado a un territorio ancestral.
Hoy, ese renacer se aprecia en un retorno de las gentes que se reafirma como comunidad y defiende discretamente el territorio, las tradiciones, costumbres, memoria, entre otros aspectos del pueblo indígena.
La tarde de este sábado asistimos a un jolgorio en donde la comunidad recibió con beneplácito la inauguración de una obra significativa para la región: 2.8 kilómetros de pavimentación en placa huella que conectó los corregimientos de Atánquez – Chemesquemena y Guatapurí – con una inversión del orden de los $3.900 millones por parte del gobierno del Cesar, que lidera Francisco Ovalle Angarita.
La obra genera expectativas en temas como la mejora de la movilidad, el dinamismo en el transporte de los productos del campo a la ciudad, se espera contribuya al desarrollo regional y por ende mejore la competitividad, las condiciones de vida, el bienestar, la salud y la educación, entre otros aspectos.
Los voceros de la comunidad y los líderes presentes se mostraron complacidos y reconocieron la importancia de la obra frente al abandono histórico del pueblo Kankuamo, ellos hablaron de beneficios como la dinamización del turismo, accesibilidad a Valledupar y la posibilidad de traer sus productos con mayor facilidad.
Durante la inauguración de la obra, el gobernador Franco Ovalle anunció dos noticias para la zona: la primera está relacionada con la instalación del gas natural en los corregimiento de Atánquez, Los Haticos, La Mina, el Mojao, Ramalito, Rechilón y El Pontón que beneficiará 1.871 usuarios. Sin duda es un tema que contribuirá con el mejoramiento del medio ambiente por la disminución del consumo de leña y en la salud de las mujeres que ya no tendrán que inhalar el humo de las cocinas tradicionales. El segundo anuncio está relacionado con la consultoría para la construcción del alcantarillado de la capital kankuama, estudios que quedan adelantados al mes de diciembre y el próximo gobernador deberá ejecutar la obra con la que se van a beneficiar 1.900 habitantes.
Otros de los anuncios que se hizo fue la construcción de escenarios deportivos en Chemesquemena, Guatapurí y Atánquez.
Si bien reconocemos la magnitud de las obras y la contribución en la disminución de la brecha entre el dualismo de la modernidad y el primitivismo, también recomendamos de manera respetuosa que estas obras deben ir acompañadas de un paquete en la inversión social, el desarrollo humano, la preservación y salvaguarda de los pueblos tradicionales de la sierra.