La encargada de Asuntos Étnicos en la Unidad de Restitución de Tierras explicó el respaldo que vienen dándole a las comunidades indígenas de esta región.
En los últimos tres meses, la Unidad de Restitución de Tierras ha interpuesto dos demandas con el propósito de restituir los derechos territoriales nativos de las familias que conforman resguardos indígenas en el Cesar y La Guajira.
La primera acción judicial se entabló en marzo anterior para favorecer al asentamiento de Nuevo Espinal, corregimiento de Barranca, La Guajira. El año de 1993, cerca de 300 familias originales del pueblo Wayúu fueron obligadas a salir de sus casas, no exactamente por la violencia y el conflicto armado, sino por una empresa explotadora de carbón en territorio guajiro.
Esta semana, la unidad instauró la demanda para ayudar a recuperar todo lo perdido a 267 familias y 1.246 habitantes de la población de Menkue Misaya y La Pista, pertenecientes al pueblo Yukpa, que vieron vulnerados sus derechos a causas directas por el conflicto armado registrado en la Serranía de Perijá. Para conocer más sobre el proceso que están en curso, Marisol Grisales Hernández, encargada de Asuntos Étnicos en la Unidad de Restitución de Tierras, explicó detalles del mismo.
EL PILÓN: ¿Cómo marcha el acompañamiento a las comunidades indígenas en el Cesar y La Guajira?
Marisol Grisales: En noviembre de 2012, tuvimos una sección con la Mesa Permanente de Concertación con los pueblos indígenas para la zona de Cesar y La Guajira, fueron focalizados cuatro casos como son: Nuevo Espinal, Menkue Misaya y La Pista; Iroka y Sokorpa, uno de los resguardos Yukpas más grandes del Cesar que está ubicado en Becerril. En estos momentos hemos presentados dos demandas étnicas y ahora vamos a iniciar proceso de caracterización con Iroka y Sokorpa está en el proceso de concertación.
EP: ¿Qué hace la Unidad de Restitución de Tierras en estos casos?
MG: Con esta demanda, en el caso de Mekeu Misaya y La Pista, lo que se busca es devolver y permitir que estas comunidades puedan volver libremente a su territorio, pero teniendo en cuenta sus patrones culturales y sus diferencias étnicas.
EP: ¿Los indígenas del Cesar y La Guajira están dentro de los más violentados?
MG: Lo que se presenta en La Guajira con los Wayúu son muchos casos de desplazamiento forzado a partir de masacres, pero sobre todo el caso Yukpa fue focalizado porque para esta población desde el 2004, la Corte señaló que es un pueblo en vía de extensión física y cultural.
En ese sentido, por eso fue intervenido por la Mesa Permanente ya que ha tenido unas afectaciones muy graves a partir del conflicto armado y sus factores subyacentes, porque al estar ubicados en la Serranía de Perijá y esta ser una zona de conflicto, han sido un grupo limitado.
También tenemos el problema que han sido confinados.
EP: Después de las primeras dos demandas, ¿qué deben esperar los Wayúu y los Yukpas?
MG: Estamos en el proceso judicial, los jueces en restitución de tierras deben empezar a verificar todo el material probatorio que la Unidad de Restitución le entregó… nosotros como Unidad esperamos que los jueces fallen a favor de las comunidades y estos vaya encaminado a la formalización de la propiedad, la ampliación de los resguardos, al saneamiento, entre otros. Cada proceso puede tardar seis meses o más.
EP: Cuando terminen el proceso de las cuatro demandas, ¿vendrán otras?
MG: El proceso de Restitución de Tierras inicia con la focalización y los estudios preliminares, en este momento, el equipo étnico de la Unidad Territorial Cesar – Guajira ha laborado una serie de estudios preliminares de diferentes etnias como Wayúu, Wiwa, Kankuamo, y otros tres resguardos Yukpas; la idea es que los estudios puedan ser presentados en la Mesa Permanente de Concertación para focalizados otros territorios indígenas.
“El pueblo Yukpa ha visto limitado su ascenso a la seguridad y soberanía alimentaria, esta afectación ha permanecido en el tiempo por la presencia de grupos armados”: Marisol Grisales.
Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
[email protected]
La encargada de Asuntos Étnicos en la Unidad de Restitución de Tierras explicó el respaldo que vienen dándole a las comunidades indígenas de esta región.
En los últimos tres meses, la Unidad de Restitución de Tierras ha interpuesto dos demandas con el propósito de restituir los derechos territoriales nativos de las familias que conforman resguardos indígenas en el Cesar y La Guajira.
La primera acción judicial se entabló en marzo anterior para favorecer al asentamiento de Nuevo Espinal, corregimiento de Barranca, La Guajira. El año de 1993, cerca de 300 familias originales del pueblo Wayúu fueron obligadas a salir de sus casas, no exactamente por la violencia y el conflicto armado, sino por una empresa explotadora de carbón en territorio guajiro.
Esta semana, la unidad instauró la demanda para ayudar a recuperar todo lo perdido a 267 familias y 1.246 habitantes de la población de Menkue Misaya y La Pista, pertenecientes al pueblo Yukpa, que vieron vulnerados sus derechos a causas directas por el conflicto armado registrado en la Serranía de Perijá. Para conocer más sobre el proceso que están en curso, Marisol Grisales Hernández, encargada de Asuntos Étnicos en la Unidad de Restitución de Tierras, explicó detalles del mismo.
EL PILÓN: ¿Cómo marcha el acompañamiento a las comunidades indígenas en el Cesar y La Guajira?
Marisol Grisales: En noviembre de 2012, tuvimos una sección con la Mesa Permanente de Concertación con los pueblos indígenas para la zona de Cesar y La Guajira, fueron focalizados cuatro casos como son: Nuevo Espinal, Menkue Misaya y La Pista; Iroka y Sokorpa, uno de los resguardos Yukpas más grandes del Cesar que está ubicado en Becerril. En estos momentos hemos presentados dos demandas étnicas y ahora vamos a iniciar proceso de caracterización con Iroka y Sokorpa está en el proceso de concertación.
EP: ¿Qué hace la Unidad de Restitución de Tierras en estos casos?
MG: Con esta demanda, en el caso de Mekeu Misaya y La Pista, lo que se busca es devolver y permitir que estas comunidades puedan volver libremente a su territorio, pero teniendo en cuenta sus patrones culturales y sus diferencias étnicas.
EP: ¿Los indígenas del Cesar y La Guajira están dentro de los más violentados?
MG: Lo que se presenta en La Guajira con los Wayúu son muchos casos de desplazamiento forzado a partir de masacres, pero sobre todo el caso Yukpa fue focalizado porque para esta población desde el 2004, la Corte señaló que es un pueblo en vía de extensión física y cultural.
En ese sentido, por eso fue intervenido por la Mesa Permanente ya que ha tenido unas afectaciones muy graves a partir del conflicto armado y sus factores subyacentes, porque al estar ubicados en la Serranía de Perijá y esta ser una zona de conflicto, han sido un grupo limitado.
También tenemos el problema que han sido confinados.
EP: Después de las primeras dos demandas, ¿qué deben esperar los Wayúu y los Yukpas?
MG: Estamos en el proceso judicial, los jueces en restitución de tierras deben empezar a verificar todo el material probatorio que la Unidad de Restitución le entregó… nosotros como Unidad esperamos que los jueces fallen a favor de las comunidades y estos vaya encaminado a la formalización de la propiedad, la ampliación de los resguardos, al saneamiento, entre otros. Cada proceso puede tardar seis meses o más.
EP: Cuando terminen el proceso de las cuatro demandas, ¿vendrán otras?
MG: El proceso de Restitución de Tierras inicia con la focalización y los estudios preliminares, en este momento, el equipo étnico de la Unidad Territorial Cesar – Guajira ha laborado una serie de estudios preliminares de diferentes etnias como Wayúu, Wiwa, Kankuamo, y otros tres resguardos Yukpas; la idea es que los estudios puedan ser presentados en la Mesa Permanente de Concertación para focalizados otros territorios indígenas.
“El pueblo Yukpa ha visto limitado su ascenso a la seguridad y soberanía alimentaria, esta afectación ha permanecido en el tiempo por la presencia de grupos armados”: Marisol Grisales.
Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
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