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Editorial - 7 julio, 2018

El reconocimiento de Tuto

Ante los señalamientos surgidos en torno al supuesto pago de tres mil dólares para obtener un reconocimiento internacional por su gestión como gobernante, Augusto Ramírez Uhía afronta una fuerte campaña de desprestigio ante la cual debe sacar a relucir la laboriosidad que lo ha caracterizado a lo largo de sus tres años y medio como […]

Ante los señalamientos surgidos en torno al supuesto pago de tres mil dólares para obtener un reconocimiento internacional por su gestión como gobernante, Augusto Ramírez Uhía afronta una fuerte campaña de desprestigio ante la cual debe sacar a relucir la laboriosidad que lo ha caracterizado a lo largo de sus tres años y medio como alcalde de Valledupar para salir bien librado de las persistentes críticas contra su estilo de gobierno.

¿Pagó el mandatario vallenato para recibir el Premio Maya como uno de los mejores gobernantes de Iberoamérica? Es un interrogante al que no tenemos respuesta, pero sí concluimos que el mérito de estos reconocimientos es subjetivo a la hora de analizar la realidad de la ciudad.

Hay posiciones enfrentadas, porque se debe reconocer que se han desarrollado importantes obras de infraestructura y sociales, pero persisten las necesidades básicas insatisfechas con preocupantes cifras en materia de empleo, principalmente. El pasado mes de mayo nuestra ciudad presentó el mayor aumento de desempleo en el país, al pasar de 12,2% en 2017 a 15,6% este año.

Quienes apoyan al mandatario tienen muchos aspectos para destacar de su gestión, al igual que los opositores esgrimen sus críticas con duros argumentos. La discusión sobre el premio del Instituto Mejores Gobernantes, con sede en México, pasará en algunos días por cuenta de otros escándalos locales o nacionales, por lo que el alcalde debería ser astuto para aprovechar el momento y hacer un balance de su gestión hasta la fecha, que justifique el reconocimiento más importante, el de los vallenatos que hoy lo defienden, y así trate de desvirtuar a los contradictores.

Ante esta situación es importante señalar que a un alcalde no se le debería premiar por hacer lo que le corresponde, que no es más que llevar bienestar al pueblo que lo eligió para administrar con eficiencia y transparencia los recursos públicos. Los reconocimientos deberían darse cuando haya acciones realmente descomunales a favor de las comunidades, que hasta el momento no hemos visto en Valledupar.

Aprovechamos la oportunidad para recodarles a los 25 mandatarios municipales del Cesar y los 1.074 del resto del país, que las obras que desarrollan no son suyas, aunque estén remarcadas con sus nombres, son de toda la comunidad, porque lamentablemente hay quienes tratan de quedar en la historia como los que más hicieron sin importarles la recuperación de los proyectos inconclusos que dejan sus antecesores, y en ocasiones para llevarse todo crédito desatienden o destruyen en vez de avanzar sobre lo labrado.

Para concluir, EL PILÓN no entrará hoy en esa discusión de que ‘Tuto Uhía’, como es conocido el mandatario, es buen o mal alcalde; a diario informamos sobre sus aciertos y desaciertos para que los ciudadanos tengan suficientes elementos de juicio para sacar sus propias conclusiones.

Editorial
7 julio, 2018

El reconocimiento de Tuto

Ante los señalamientos surgidos en torno al supuesto pago de tres mil dólares para obtener un reconocimiento internacional por su gestión como gobernante, Augusto Ramírez Uhía afronta una fuerte campaña de desprestigio ante la cual debe sacar a relucir la laboriosidad que lo ha caracterizado a lo largo de sus tres años y medio como […]


Ante los señalamientos surgidos en torno al supuesto pago de tres mil dólares para obtener un reconocimiento internacional por su gestión como gobernante, Augusto Ramírez Uhía afronta una fuerte campaña de desprestigio ante la cual debe sacar a relucir la laboriosidad que lo ha caracterizado a lo largo de sus tres años y medio como alcalde de Valledupar para salir bien librado de las persistentes críticas contra su estilo de gobierno.

¿Pagó el mandatario vallenato para recibir el Premio Maya como uno de los mejores gobernantes de Iberoamérica? Es un interrogante al que no tenemos respuesta, pero sí concluimos que el mérito de estos reconocimientos es subjetivo a la hora de analizar la realidad de la ciudad.

Hay posiciones enfrentadas, porque se debe reconocer que se han desarrollado importantes obras de infraestructura y sociales, pero persisten las necesidades básicas insatisfechas con preocupantes cifras en materia de empleo, principalmente. El pasado mes de mayo nuestra ciudad presentó el mayor aumento de desempleo en el país, al pasar de 12,2% en 2017 a 15,6% este año.

Quienes apoyan al mandatario tienen muchos aspectos para destacar de su gestión, al igual que los opositores esgrimen sus críticas con duros argumentos. La discusión sobre el premio del Instituto Mejores Gobernantes, con sede en México, pasará en algunos días por cuenta de otros escándalos locales o nacionales, por lo que el alcalde debería ser astuto para aprovechar el momento y hacer un balance de su gestión hasta la fecha, que justifique el reconocimiento más importante, el de los vallenatos que hoy lo defienden, y así trate de desvirtuar a los contradictores.

Ante esta situación es importante señalar que a un alcalde no se le debería premiar por hacer lo que le corresponde, que no es más que llevar bienestar al pueblo que lo eligió para administrar con eficiencia y transparencia los recursos públicos. Los reconocimientos deberían darse cuando haya acciones realmente descomunales a favor de las comunidades, que hasta el momento no hemos visto en Valledupar.

Aprovechamos la oportunidad para recodarles a los 25 mandatarios municipales del Cesar y los 1.074 del resto del país, que las obras que desarrollan no son suyas, aunque estén remarcadas con sus nombres, son de toda la comunidad, porque lamentablemente hay quienes tratan de quedar en la historia como los que más hicieron sin importarles la recuperación de los proyectos inconclusos que dejan sus antecesores, y en ocasiones para llevarse todo crédito desatienden o destruyen en vez de avanzar sobre lo labrado.

Para concluir, EL PILÓN no entrará hoy en esa discusión de que ‘Tuto Uhía’, como es conocido el mandatario, es buen o mal alcalde; a diario informamos sobre sus aciertos y desaciertos para que los ciudadanos tengan suficientes elementos de juicio para sacar sus propias conclusiones.