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Columnista - 21 febrero, 2019

El rebusque no es delito 

Si en definitiva las autoridades policivas continúan con los operativos para sancionar a consumidores y vendedores de empanadas y otros alimentos en las vías o calles de Colombia con seguridad aumentarán la inseguridad en el país y  otros  graves  problemas ciudadanos. Claro está que la  sanción está contemplada  en el nuevo Código Nacional  de Policía […]

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Si en definitiva las autoridades policivas continúan con los operativos para sancionar a consumidores y vendedores de empanadas y otros alimentos en las vías o calles de Colombia con seguridad aumentarán la inseguridad en el país y  otros  graves  problemas ciudadanos.

Claro está que la  sanción está contemplada  en el nuevo Código Nacional  de Policía y  uno  de  los  primeros  sancionados fue  un  joven estudiante en Bogotá, identificado como  Stiven Claros quien,  como su apellido,  no le  quedó claro la norma y aseguró que la  desconocía; en consecuencia,   el  grupo de la Policía procedió a imponerle la sanción equivalente  a más de   $800.000. 

Lo que sí tiene claro la ciudadanía es que por  castigar a consumidores de empanadas y vendedores la Policía Nacional  descuidará  otros frentes de trabajo como son la vigilancia  en las  ciudades para evitar el constante aumento del robo a  residencias y  toda clase de establecimientos comerciales.  

Además,   con esta   impopular medida,   el  desempleo  aumentará  en forma drástica  porque en  todo el país  son  muchísimas  las personas y  hasta  familias  completas que  se dedican  al rebusque laboral mediante la venta de empanadas y  otros alimentos en casetas ubicadas en las principales  vías donde,  por  lo general,   transitan  muchos  ciudadanos. Y otro de los afectados  será el propio Gobierno Nacional que verá  disminuir aún  más la tasa de empleo;   como todos sabemos,  según el  DANE,  el  subempleo o trabajo informal está en ésta  precisa  época  en  más del  48% y son  muchísimas  las  personas que se dedican al rebusque mediante  la venta callejera de empanadas y otros alimentos.

La divulgada  situación con el joven estudiante bogotano  nos demuestra que  Colombia definitivamente es una Nación macondiana  donde a diario suceden  hechos que bien se pueden enmarcar  en  lo  curioso,  increíble  o  para Ripley;  además,   se   crean normas  difíciles de  hacer cumplir como la del presente caso debido a que no se analiza o  estudia  la  realidad económica y  social  del país. La verdad sea dicha, si nos atenemos a las mismas cifras oficiales del Dane sobre empleo en Colombia, lo que sí está aumentando son las labores de informales, o sea el rebusque. Este panorama laboral obedece a que para muchas personas el trabajo informal o rebusque es producto de la necesidad, y algo de ingenio, pues en sus hogares podrá faltar un trabajo decente, digno y bien remunerado, pero nunca el pan de cada día.

Las principales ciudades colombianas están cada día más invadidas de vendedores de minutos a celular, vendedores ambulantes o estacionarios, vendedores y vendedoras de los productos de catálogo, loteros, taxistas, lustrabotas, mototaxistas, ciclotaxistas y recicladores.

Además, en los terminales aéreos y de transporte terrestre existe un buen número de maleteros, revoladores y limosneros; en los semáforos y vías de las principales ciudades se instalan vendedores.

Esto tendrá que cambiar, pues el desempleo es uno de los más graves problemas colombianos y lo peor es que genera otros como la inseguridad; además, con el ingreso al país  de  más de un millón doscientos mil  ciudadanos venezolanos la situación en general,  por la  escaséz de empleo y las desigualdades económicas y sociales,   cada día  es  peor.

En síntesis, el rebusque  no es delito en  ninguna parte del mundo y para los ciudadanos  de muchos naciones es el único medio para conseguir el pan de cada día.

Columnista
21 febrero, 2019

El rebusque no es delito 

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jorge Giraldo Acevedo

Si en definitiva las autoridades policivas continúan con los operativos para sancionar a consumidores y vendedores de empanadas y otros alimentos en las vías o calles de Colombia con seguridad aumentarán la inseguridad en el país y  otros  graves  problemas ciudadanos. Claro está que la  sanción está contemplada  en el nuevo Código Nacional  de Policía […]


Si en definitiva las autoridades policivas continúan con los operativos para sancionar a consumidores y vendedores de empanadas y otros alimentos en las vías o calles de Colombia con seguridad aumentarán la inseguridad en el país y  otros  graves  problemas ciudadanos.

Claro está que la  sanción está contemplada  en el nuevo Código Nacional  de Policía y  uno  de  los  primeros  sancionados fue  un  joven estudiante en Bogotá, identificado como  Stiven Claros quien,  como su apellido,  no le  quedó claro la norma y aseguró que la  desconocía; en consecuencia,   el  grupo de la Policía procedió a imponerle la sanción equivalente  a más de   $800.000. 

Lo que sí tiene claro la ciudadanía es que por  castigar a consumidores de empanadas y vendedores la Policía Nacional  descuidará  otros frentes de trabajo como son la vigilancia  en las  ciudades para evitar el constante aumento del robo a  residencias y  toda clase de establecimientos comerciales.  

Además,   con esta   impopular medida,   el  desempleo  aumentará  en forma drástica  porque en  todo el país  son  muchísimas  las personas y  hasta  familias  completas que  se dedican  al rebusque laboral mediante la venta de empanadas y  otros alimentos en casetas ubicadas en las principales  vías donde,  por  lo general,   transitan  muchos  ciudadanos. Y otro de los afectados  será el propio Gobierno Nacional que verá  disminuir aún  más la tasa de empleo;   como todos sabemos,  según el  DANE,  el  subempleo o trabajo informal está en ésta  precisa  época  en  más del  48% y son  muchísimas  las  personas que se dedican al rebusque mediante  la venta callejera de empanadas y otros alimentos.

La divulgada  situación con el joven estudiante bogotano  nos demuestra que  Colombia definitivamente es una Nación macondiana  donde a diario suceden  hechos que bien se pueden enmarcar  en  lo  curioso,  increíble  o  para Ripley;  además,   se   crean normas  difíciles de  hacer cumplir como la del presente caso debido a que no se analiza o  estudia  la  realidad económica y  social  del país. La verdad sea dicha, si nos atenemos a las mismas cifras oficiales del Dane sobre empleo en Colombia, lo que sí está aumentando son las labores de informales, o sea el rebusque. Este panorama laboral obedece a que para muchas personas el trabajo informal o rebusque es producto de la necesidad, y algo de ingenio, pues en sus hogares podrá faltar un trabajo decente, digno y bien remunerado, pero nunca el pan de cada día.

Las principales ciudades colombianas están cada día más invadidas de vendedores de minutos a celular, vendedores ambulantes o estacionarios, vendedores y vendedoras de los productos de catálogo, loteros, taxistas, lustrabotas, mototaxistas, ciclotaxistas y recicladores.

Además, en los terminales aéreos y de transporte terrestre existe un buen número de maleteros, revoladores y limosneros; en los semáforos y vías de las principales ciudades se instalan vendedores.

Esto tendrá que cambiar, pues el desempleo es uno de los más graves problemas colombianos y lo peor es que genera otros como la inseguridad; además, con el ingreso al país  de  más de un millón doscientos mil  ciudadanos venezolanos la situación en general,  por la  escaséz de empleo y las desigualdades económicas y sociales,   cada día  es  peor.

En síntesis, el rebusque  no es delito en  ninguna parte del mundo y para los ciudadanos  de muchos naciones es el único medio para conseguir el pan de cada día.