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Columnista - 18 julio, 2024

El que gana es el que goza

Quién no ha ido a beisbol y ver en el último inning derrumbarse a quien en los anteriores era ganador absoluto. Eso pasó en el partido contra Argentina, una pelea cuerpo a cuerpo, puño a puño, espuela a espuela y batazos a batazos en donde a última hora el gran contendor que teníamos logró meternos un gol y acabar con nuestras aspiraciones, pero ese es el deporte, se pierde y se gana y al final sufre el que pierde y se desborda en alegría el que gana: el que gana es el que goza.

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Después de una gesta victoriosa, admirable, creo que con 28 partidos invictos donde le ganamos a todo mundo, incluida la triunfante España, perdimos con Argentina y con orgullo podemos decir que fuimos los mejores, aunque a última hora la suerte nos fue adversa porque en los deportes sucede eso: no siempre el mejor es el ganador; cuántas veces en una pelea de boxeo ya ganada, sale un puño agónico y acaba todo; el que haya asistido a peleas de gallo fino ha visto a un gallo casi muerto que desde el suelo agarra con el pico al contendor y ¡fuera!, cae patas arriba para no levantarse más.

Quién no ha ido a beisbol y ver en el último inning derrumbarse a quien en los anteriores era ganador absoluto. Eso pasó en el partido contra Argentina, una pelea cuerpo a cuerpo, puño a puño, espuela a espuela y batazos a batazos en donde a última hora el gran contendor que teníamos logró meternos un gol y acabar con nuestras aspiraciones, pero ese es el deporte, se pierde y se gana y al final sufre el que pierde y se desborda en alegría el que gana: el que gana es el que goza.

Sí, perdimos y lloramos, pero perdimos con el mejor equipo del mundo, el tricampeón y actual campeón mundial, el que más copas de América ha ganado, 5, 8 ó 15, en todo caso un terraplén.

La soberbia argentina que hoy con un solo gol se desquitó del legendario 5 a 0 que jamás olvidarán, la gran Argentina que vio nacer a Alfredo Di Stefano, el maestro Adolfo Pedernera, Julio Cozzi, Néstor Raúl Rossi, que hicieron parte de Millonarios —en su época el mejor del mundo que doblegó al encopetado Real Madrid y a los mejores de su época—. Sí, nos ganó Argentina, la cuna del gran Maradona, de Kempes, Beto Alonso, Pasarela, Batistuta, Carrizo, Simeone, La Bruja Verón, Panzuto, Converti y el goleador Sergio Galván Rey y ahora de Messi, con no sé cuántos balones de oro ganados y los 10 ó más que lo acompañaron en este partidazo en donde mi pariente Dibú Martínez demostró ser el mejor seguido por Vargas el nuestro y cuando vi que entraba mi otro pariente Lautaro Martínez a quien le he visto hacer muchos goles en Europa, le dije a Mercy con quien vi el partido: le tengo a miedo a ese, puede dañarnos el caminao y así fue, la encajó al fondo donde el gran Camilo Vargas no pudo hacer nada, porque fue fusilado con un riflazo inatajable.

Perdimos con el más grande, pero perdimos como grandes, de igual a igual y eso nos llena de orgullo y satisfacción y atenúa y disminuye el dolor y la frustración de no haber obtenido la Copa América por segunda vez, pero hoy por hoy aparecemos ante el mundo como una de las mejores selecciones que con seguridad en las eliminatorias al mundial que se avecina va a darnos muchas satisfacciones y momentos inolvidables de alegría.

Felicitaciones a mi Selección, a nuestros héroes con James Rodríguez a la cabeza, seguido por 10 gladiadores que lo dieron todo en la cancha y que desafortunadamente perdieron con la gran Argentina, tricampeón mundial y un terraplén de veces, repito, poseedores de la Copa América, para ellos también nuestras felicitaciones.

Felicitaciones también a todas aquellas personas que han respondido a las inquietudes planteadas en esta columna sobre la limpieza y aseo de la ciudad. Felicitaciones a medias para el municipio que por fin hizo algo para acabar con el basurero del lote de Óscar Guerra y otros, pero que poco ha hecho en el lote de la Electrificadora que es una vergüenza y censura y castigo para aquellos que se han hecho los de la vista gorda y siguen con su actitud contribuyendo al desaseo y mala imagen de la ciudad. 

Por: José Manuel Aponte Martínez.

Columnista
18 julio, 2024

El que gana es el que goza

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José M. Aponte Martínez

Quién no ha ido a beisbol y ver en el último inning derrumbarse a quien en los anteriores era ganador absoluto. Eso pasó en el partido contra Argentina, una pelea cuerpo a cuerpo, puño a puño, espuela a espuela y batazos a batazos en donde a última hora el gran contendor que teníamos logró meternos un gol y acabar con nuestras aspiraciones, pero ese es el deporte, se pierde y se gana y al final sufre el que pierde y se desborda en alegría el que gana: el que gana es el que goza.


Después de una gesta victoriosa, admirable, creo que con 28 partidos invictos donde le ganamos a todo mundo, incluida la triunfante España, perdimos con Argentina y con orgullo podemos decir que fuimos los mejores, aunque a última hora la suerte nos fue adversa porque en los deportes sucede eso: no siempre el mejor es el ganador; cuántas veces en una pelea de boxeo ya ganada, sale un puño agónico y acaba todo; el que haya asistido a peleas de gallo fino ha visto a un gallo casi muerto que desde el suelo agarra con el pico al contendor y ¡fuera!, cae patas arriba para no levantarse más.

Quién no ha ido a beisbol y ver en el último inning derrumbarse a quien en los anteriores era ganador absoluto. Eso pasó en el partido contra Argentina, una pelea cuerpo a cuerpo, puño a puño, espuela a espuela y batazos a batazos en donde a última hora el gran contendor que teníamos logró meternos un gol y acabar con nuestras aspiraciones, pero ese es el deporte, se pierde y se gana y al final sufre el que pierde y se desborda en alegría el que gana: el que gana es el que goza.

Sí, perdimos y lloramos, pero perdimos con el mejor equipo del mundo, el tricampeón y actual campeón mundial, el que más copas de América ha ganado, 5, 8 ó 15, en todo caso un terraplén.

La soberbia argentina que hoy con un solo gol se desquitó del legendario 5 a 0 que jamás olvidarán, la gran Argentina que vio nacer a Alfredo Di Stefano, el maestro Adolfo Pedernera, Julio Cozzi, Néstor Raúl Rossi, que hicieron parte de Millonarios —en su época el mejor del mundo que doblegó al encopetado Real Madrid y a los mejores de su época—. Sí, nos ganó Argentina, la cuna del gran Maradona, de Kempes, Beto Alonso, Pasarela, Batistuta, Carrizo, Simeone, La Bruja Verón, Panzuto, Converti y el goleador Sergio Galván Rey y ahora de Messi, con no sé cuántos balones de oro ganados y los 10 ó más que lo acompañaron en este partidazo en donde mi pariente Dibú Martínez demostró ser el mejor seguido por Vargas el nuestro y cuando vi que entraba mi otro pariente Lautaro Martínez a quien le he visto hacer muchos goles en Europa, le dije a Mercy con quien vi el partido: le tengo a miedo a ese, puede dañarnos el caminao y así fue, la encajó al fondo donde el gran Camilo Vargas no pudo hacer nada, porque fue fusilado con un riflazo inatajable.

Perdimos con el más grande, pero perdimos como grandes, de igual a igual y eso nos llena de orgullo y satisfacción y atenúa y disminuye el dolor y la frustración de no haber obtenido la Copa América por segunda vez, pero hoy por hoy aparecemos ante el mundo como una de las mejores selecciones que con seguridad en las eliminatorias al mundial que se avecina va a darnos muchas satisfacciones y momentos inolvidables de alegría.

Felicitaciones a mi Selección, a nuestros héroes con James Rodríguez a la cabeza, seguido por 10 gladiadores que lo dieron todo en la cancha y que desafortunadamente perdieron con la gran Argentina, tricampeón mundial y un terraplén de veces, repito, poseedores de la Copa América, para ellos también nuestras felicitaciones.

Felicitaciones también a todas aquellas personas que han respondido a las inquietudes planteadas en esta columna sobre la limpieza y aseo de la ciudad. Felicitaciones a medias para el municipio que por fin hizo algo para acabar con el basurero del lote de Óscar Guerra y otros, pero que poco ha hecho en el lote de la Electrificadora que es una vergüenza y censura y castigo para aquellos que se han hecho los de la vista gorda y siguen con su actitud contribuyendo al desaseo y mala imagen de la ciudad. 

Por: José Manuel Aponte Martínez.