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Columnista - 13 junio, 2012

El peligro de las burbujas

Por: Basilio Padilla Para nadie es extraño que en el Cesar y especialmente en nuestra ciudad capital se esté viviendo un fenómeno económico que hace que Valledupar sea una de las ciudades más costosas del país. Los motivos son muchos: los elevados precios de los bienes raíces, de los materiales de construcción y la mano […]

Por: Basilio Padilla

Para nadie es extraño que en el Cesar y especialmente en nuestra ciudad capital se esté viviendo un fenómeno económico que hace que Valledupar sea una de las ciudades más costosas del país. Los motivos son muchos: los elevados precios de los bienes raíces, de los materiales de construcción y la mano de obra; especulación ésta hecha por personas que están llegando de otras partes del país, como ya se dijo, encareciéndolo todo. La especulación se presenta, por ejemplo, en proyectos de vivienda que comienzan ofertándolas a 150 millones, pero apenas ponen el primer ladrillo les doblan su precio. A esto se suma la circulación de grandes cantidades de dinero que no sabe de dónde vienen o de dónde están saliendo, lo que contribuye también a enrarecer el ambiente. Otro caso es la baja producción agrícola que hace que los productos de la canasta familiar sean más caros, porque vienen de otras partes y si le agregamos finalmente la avaricia de muchos que quieren hacerse ricos en pocos días, la situación actual en Valledupar es para preocuparse.

Este fenómeno ha hecho que se haya creado una erosión en el poder adquisitivo monetario, donde el lenguaje normal de compra y venta es de “millones” en adelante. Ya se habla de millones como si fuese veinte mil pesos. Podría yo sin duda alguna predecir que el índice de inflación local es más elevado que en otras regiones del país.

El único sector que no está participando de esta burbuja es el ganadero, donde los precios todavía registran cierta depresión desde que Venezuela decidió comprar carne de Argentina y Brasil. Como siempre, hablamos de otros mercados, pero el pequeño productor de bovino, ni siquiera sabe cómo acceder a ellos y los mercaderes intermediarios son los que se benefician de estas exportaciones.

Pero bien, regresemos al tema central que es de la posible ruptura de una burbuja en lo que se refiere a los bienes raíces, tal como sucedió en los EE.UU., hace 5 años aproximadamente. Los elementos que se presentaron fueron básicamente los mismos: elevados precios de casas y lotes y bancos promoviendo préstamos a intereses altos, con otra gran cantidad de precios agregados: mantenimientos, penalidades, etc. Cuando todo este sistema no se pudo mantener, todo colapsó ante los dos más importantes aspectos de este fenómeno: costos de los bienes y costos de los préstamos. Los resultados fueron muy obvios. No solamente todo este sistema se vino al suelo, sino que también afectó al resto del sector económico, con miles de bancos declarándose en bancarrota y millones de propiedades expuestas al remate. Los precios entonces regresaron a niveles mucho más bajos y el gobierno tuvo que intervenir para salvar a muchos del desastre causado por esta burbuja.
En nuestra ciudad un lote comercial que hace dos años costaba 200 millones, hoy en día no es extraño que cueste 800 millones. Ya todo mundo quiere comprar en el nuevo Centro Comercial Los Mayales porque dicen que los precios que comienzan en 120 millones por cada propiedad, en corto tiempo subirán a los 200 millones. Muchos podrían alegar que estos son los riesgos de nuestro libre sistema económico, pero si no existe la prudencia y el control, todos podremos sufrir los devastadores efectos de una posible burbuja, donde miles de familias tienen que declararse en bancarrota ante la incapacidad de pagar sus cuentas.

Columnista
13 junio, 2012

El peligro de las burbujas

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Basilio Padilla

Por: Basilio Padilla Para nadie es extraño que en el Cesar y especialmente en nuestra ciudad capital se esté viviendo un fenómeno económico que hace que Valledupar sea una de las ciudades más costosas del país. Los motivos son muchos: los elevados precios de los bienes raíces, de los materiales de construcción y la mano […]


Por: Basilio Padilla

Para nadie es extraño que en el Cesar y especialmente en nuestra ciudad capital se esté viviendo un fenómeno económico que hace que Valledupar sea una de las ciudades más costosas del país. Los motivos son muchos: los elevados precios de los bienes raíces, de los materiales de construcción y la mano de obra; especulación ésta hecha por personas que están llegando de otras partes del país, como ya se dijo, encareciéndolo todo. La especulación se presenta, por ejemplo, en proyectos de vivienda que comienzan ofertándolas a 150 millones, pero apenas ponen el primer ladrillo les doblan su precio. A esto se suma la circulación de grandes cantidades de dinero que no sabe de dónde vienen o de dónde están saliendo, lo que contribuye también a enrarecer el ambiente. Otro caso es la baja producción agrícola que hace que los productos de la canasta familiar sean más caros, porque vienen de otras partes y si le agregamos finalmente la avaricia de muchos que quieren hacerse ricos en pocos días, la situación actual en Valledupar es para preocuparse.

Este fenómeno ha hecho que se haya creado una erosión en el poder adquisitivo monetario, donde el lenguaje normal de compra y venta es de “millones” en adelante. Ya se habla de millones como si fuese veinte mil pesos. Podría yo sin duda alguna predecir que el índice de inflación local es más elevado que en otras regiones del país.

El único sector que no está participando de esta burbuja es el ganadero, donde los precios todavía registran cierta depresión desde que Venezuela decidió comprar carne de Argentina y Brasil. Como siempre, hablamos de otros mercados, pero el pequeño productor de bovino, ni siquiera sabe cómo acceder a ellos y los mercaderes intermediarios son los que se benefician de estas exportaciones.

Pero bien, regresemos al tema central que es de la posible ruptura de una burbuja en lo que se refiere a los bienes raíces, tal como sucedió en los EE.UU., hace 5 años aproximadamente. Los elementos que se presentaron fueron básicamente los mismos: elevados precios de casas y lotes y bancos promoviendo préstamos a intereses altos, con otra gran cantidad de precios agregados: mantenimientos, penalidades, etc. Cuando todo este sistema no se pudo mantener, todo colapsó ante los dos más importantes aspectos de este fenómeno: costos de los bienes y costos de los préstamos. Los resultados fueron muy obvios. No solamente todo este sistema se vino al suelo, sino que también afectó al resto del sector económico, con miles de bancos declarándose en bancarrota y millones de propiedades expuestas al remate. Los precios entonces regresaron a niveles mucho más bajos y el gobierno tuvo que intervenir para salvar a muchos del desastre causado por esta burbuja.
En nuestra ciudad un lote comercial que hace dos años costaba 200 millones, hoy en día no es extraño que cueste 800 millones. Ya todo mundo quiere comprar en el nuevo Centro Comercial Los Mayales porque dicen que los precios que comienzan en 120 millones por cada propiedad, en corto tiempo subirán a los 200 millones. Muchos podrían alegar que estos son los riesgos de nuestro libre sistema económico, pero si no existe la prudencia y el control, todos podremos sufrir los devastadores efectos de una posible burbuja, donde miles de familias tienen que declararse en bancarrota ante la incapacidad de pagar sus cuentas.