En Valledupar se realizó la ‘Jornada por la Libertad de Expresión’, convocada por la Fundación para la Libertad de Prensa –FLIP-, para hablar sobre el papel de la verdad en el conflicto, los retos y dificultades de la libertad de expresión en las regiones y la situación que vive el periodismo cesarense.
En Valledupar se realizó la ‘Jornada por la Libertad de Expresión’, convocada por la Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP, para hablar sobre el papel de la verdad en el conflicto, los retos y dificultades de la libertad de expresión en las regiones y la situación que vive el periodismo cesarense.
Esta interesante jornada que tuvo como conferencista a la reconocida periodista María Teresa Ronderos, directora del portal Verdad Abierta, se convirtió en un espacio de reflexión para los 80 periodistas asistentes, porque analizaron las conveniencias de informar la verdad, especialmente porque desde muchos sectores del país existe el convencimiento de que demasiada ‘verdad’ es dañina para la sociedad y no produce reconciliación, sino que retroalimenta el odio.
La conclusión a la que se llegó es que la urgencia del periodismo es evitarle más dolor a la gente, lo cual sólo se puede lograr contando lo que la está afectando; es decir, publicando verdades que impidan la repetición de los hechos victimizantes.
En el Cesar según datos de la FLIP, en los últimos cinco años se han registrado 22 ataques contra la prensa, de los cuales 12 han sido amenazas a periodistas, sin olvidar los asesinatos de los comunicadores en 1998 y 1999, Amparo Jiménez y Guzmán Quintero, respectivamente, situación que pone en desventaja al periodismo vallenato que en medio del miedo y la autocensura ha ejercido su rol.
Sin embargo, en el ejercicio académico realizado se reconoció la valentía del periodismo de la región, que a pesar de las dificultades y las presiones existentes para informar, se ha mantenido, una condición que puede ser hoy la principal herramienta para contar la verdad de la violencia del Cesar, ocasionada tanto por los grupos guerrilleros como paramilitares.
La invitación de la experimentada periodista al gremio vallenato y cesarense es a preguntarse por qué pasó, no qué pasó. Sólo así se podrá saber la verdad, la cual no está en las fuentes institucionales, sino en la gente, en las víctimas.
La ‘Jornada por la libertad de expresión’, que contó con el apoyo del Círculo de Periodistas de Valledupar -CPV-, PNUD y la Unidad Territorial de Víctimas, sirvió para conocer que esta última entidad avanza en el proceso de reparación colectiva a los periodistas víctimas del Cesar, de acuerdo con los parámetros de la Ley 1448 de 2011.
Muy oportuna la reflexión, especialmente hoy cuando se celebra según la Ley 918 de 2004, el Día del Periodista en Colombia en conmemoración de la primera publicación de la Declaración de los Derechos del Hombre, aunque la mayoría de agremiaciones conmemoren su día el 9 de febrero, como lo establecía la anterior Ley 51 del 18 de diciembre de 1975.
El reto y el desafío del periodismo vallenato y cesarense es asumir su responsabilidad social para contar las historias que dejaron en el departamento a más de 270 mil víctimas, de las cuales sólo en año y medio, 20 mil han declarado ante la Unidad de Víctimas su historia. La puerta está abierta. El periodismo tiene la palabra.
En Valledupar se realizó la ‘Jornada por la Libertad de Expresión’, convocada por la Fundación para la Libertad de Prensa –FLIP-, para hablar sobre el papel de la verdad en el conflicto, los retos y dificultades de la libertad de expresión en las regiones y la situación que vive el periodismo cesarense.
En Valledupar se realizó la ‘Jornada por la Libertad de Expresión’, convocada por la Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP, para hablar sobre el papel de la verdad en el conflicto, los retos y dificultades de la libertad de expresión en las regiones y la situación que vive el periodismo cesarense.
Esta interesante jornada que tuvo como conferencista a la reconocida periodista María Teresa Ronderos, directora del portal Verdad Abierta, se convirtió en un espacio de reflexión para los 80 periodistas asistentes, porque analizaron las conveniencias de informar la verdad, especialmente porque desde muchos sectores del país existe el convencimiento de que demasiada ‘verdad’ es dañina para la sociedad y no produce reconciliación, sino que retroalimenta el odio.
La conclusión a la que se llegó es que la urgencia del periodismo es evitarle más dolor a la gente, lo cual sólo se puede lograr contando lo que la está afectando; es decir, publicando verdades que impidan la repetición de los hechos victimizantes.
En el Cesar según datos de la FLIP, en los últimos cinco años se han registrado 22 ataques contra la prensa, de los cuales 12 han sido amenazas a periodistas, sin olvidar los asesinatos de los comunicadores en 1998 y 1999, Amparo Jiménez y Guzmán Quintero, respectivamente, situación que pone en desventaja al periodismo vallenato que en medio del miedo y la autocensura ha ejercido su rol.
Sin embargo, en el ejercicio académico realizado se reconoció la valentía del periodismo de la región, que a pesar de las dificultades y las presiones existentes para informar, se ha mantenido, una condición que puede ser hoy la principal herramienta para contar la verdad de la violencia del Cesar, ocasionada tanto por los grupos guerrilleros como paramilitares.
La invitación de la experimentada periodista al gremio vallenato y cesarense es a preguntarse por qué pasó, no qué pasó. Sólo así se podrá saber la verdad, la cual no está en las fuentes institucionales, sino en la gente, en las víctimas.
La ‘Jornada por la libertad de expresión’, que contó con el apoyo del Círculo de Periodistas de Valledupar -CPV-, PNUD y la Unidad Territorial de Víctimas, sirvió para conocer que esta última entidad avanza en el proceso de reparación colectiva a los periodistas víctimas del Cesar, de acuerdo con los parámetros de la Ley 1448 de 2011.
Muy oportuna la reflexión, especialmente hoy cuando se celebra según la Ley 918 de 2004, el Día del Periodista en Colombia en conmemoración de la primera publicación de la Declaración de los Derechos del Hombre, aunque la mayoría de agremiaciones conmemoren su día el 9 de febrero, como lo establecía la anterior Ley 51 del 18 de diciembre de 1975.
El reto y el desafío del periodismo vallenato y cesarense es asumir su responsabilidad social para contar las historias que dejaron en el departamento a más de 270 mil víctimas, de las cuales sólo en año y medio, 20 mil han declarado ante la Unidad de Víctimas su historia. La puerta está abierta. El periodismo tiene la palabra.