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Columnista - 11 abril, 2010

El otro Uribe, el irrelegible

P E R I S C O P I O Por: Jaime Gnecco Hernandez Hacía tiempos que no veía ni escuchaba a Uribe Vélez por  Tv; desde los tiempos en que comenzó con su discurso pendenciero y prepotente, con la arrogancia de los que han conseguido grandes victorias, su gestualidad era la de Hitler en […]

P E R I S C O P I O

Por: Jaime Gnecco Hernandez

Hacía tiempos que no veía ni escuchaba a Uribe Vélez por  Tv; desde los tiempos en que comenzó con su discurso pendenciero y prepotente, con la arrogancia de los que han conseguido grandes victorias, su gestualidad era la de Hitler en los pathés que mostraban en los cines durante la Segunda Guerra Mundial, donde asustaba a los niños de los países ocupados a través de las blitzkrieg que efectuaba la Wermacht respaldada por la aviación.
Ahora lo he vuelto a ver; se le acabó la furia, está mansito, tratando de complacer a la audiencia con elogios para todos, como pidiendo perdón para la próxima ocasión que no sabe si la tendrá; pero a éste cordero se le ven las orejas de zorro y no engaña a nadie, pues sigue diciendo mentiras. Como el primer día.
Ahora en sus alocuciones también se parece a Hitler, pero en la parodia que le hizo en el cine Charlie Chaplin, ya que resulta cómico verlo ahora tan modosito después de haber tenido su tiempo de ogro amenazador; y entiende que buena parte del tiempo se la pasó cazando peleas con quien no correspondía, saliendo a defender  a quienes no tenían defensa ni le tocaba a él defenderlos; no sabemos quien lo va a defender a él cuando empiecen a surgirle los problemas por su comportamiento  atrabiliario contra  los opositores.
Quizá lo defiendan los que se beneficiaron con las promociones de su gobierno, los de Agro Ingreso Seguro, los de los falsos positivos, los de las chuzadas telefónicas, los informantes, los que consiguieron las curules espurias de congresistas con los mismos votos que lo reeligieron a él, afincados en la plata del erario y los fusiles, quizá los corruptos que  se robaban y se siguen robando la plata que llega, con razón no se ha hecho nada, no porque no haya habido plata sino porque se la robaron toda. Toda.
El pueblo colombiano no puede distraerse ni equivocarse para las elecciones del 30 de mayo pues puede sucedernos como narra La Biblia la equivocación que sufrió el pueblo judío que escogió la libertad  de Barrabás y la crucifixión de Cristo, no dándose cuenta que le hacían el juego a los jerarcas de los fariseos, hipócritas que aparentan guardar la forma y en el fondo son sólo corruptos que defienden sus intereses personales, y poco les importa el destino de la mayoría. Aquí en Colombia los fariseos se han enseñoreado durante los últimos ocho años y si se les vota seguiremos en las mismas, con la posibilidad cierta de una guerra con Venezuela si el elegido es Santos,  pues su ego soberbio está por encima de la razón, véase  la indiferencia con que tratan e irrespetan al pueblo colombiano al sabotear en forma desfachatada desde el gobierno los ingentes esfuerzos de una mujer valerosa y decidida ejecutiva como lo es la senadora Piedad Córdoba, en una de sus  ejecuciones más patrióticas: la liberación de los secuestrados.
Lo han hecho todo en su contra para que fracase en sus propósitos; le niegan la movilidad para sus desplazamientos, no le informan de las decisiones específicas del gobierno con respecto a los secuestrados, que ya sabemos fueron raptados por las Farc en acto cruel, ruin e inhumano, pero es con ellos con quienes hay que hablar para liberarlos, no con Benedicto XVI; sin embargo, la tratan de guerrillera y terrorista  porque dizque “anda con ellos”, el Alto Comisionado de Paz no se digna dirigirle la palabra para entorpecer todo, en fin, un sinnúmero de cosas ridículas y humillantes que la buena señora tolera con estoicismo ejemplar, pues sabe que la noble causa que la anima la obliga a seguir adelante sin desmayos, reclamos  ni quejas. Por eso el pueblo la ha recompensado entregándole de nuevo su credencial a pesar de la campaña gobiernista en su contra. Parodiando a Churchill, de ella podríamos de decir que “nunca nadie hizo tanto por tantos”. Y  lo ha hecho casi que solitaria y con viento en contra y cómo molesta el sol en la cara.
Si el gobierno no tiene quien haga el trabajo de entenderse con la guerrilla para la liberación de los colombianos, por qué no permite que alguien que pueda hacerlo lo lleve a cabo?. Eso es algo que se puede y se debe hacer, porque es necesario, o es que el gobierno no lo considera necesario?. Acaso los colombianos sólo son pasibles de ser extraditados y no liberados; después vienen los reclamos porque el Tribunal Europeo de Derechos Humanos se niega a la extradición hacia Colombia de un mercenario internacional con el argumento que sus derechos humanos pueden ser violados a través de la tortura. El que no conoce el tema, sufre de engaño, pero el que lo conoce, es mucho gallo.
Presidente: acaso no sabe Ud. que lo que más queremos los colombianos son la Selección de fútbol, la liberación de los secuestrados y la Paz.? Sépalo. Quiere Ud. hacer algo al respecto antes de irse? Todavía tiene tiempo. Recuerde que sigue incumplida su promesa de ponerse el camuflado e ir por ellos al monte. Para cuándo cumplirá?

Columnista
11 abril, 2010

El otro Uribe, el irrelegible

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jaime Gnecco Hernandez

P E R I S C O P I O Por: Jaime Gnecco Hernandez Hacía tiempos que no veía ni escuchaba a Uribe Vélez por  Tv; desde los tiempos en que comenzó con su discurso pendenciero y prepotente, con la arrogancia de los que han conseguido grandes victorias, su gestualidad era la de Hitler en […]


P E R I S C O P I O

Por: Jaime Gnecco Hernandez

Hacía tiempos que no veía ni escuchaba a Uribe Vélez por  Tv; desde los tiempos en que comenzó con su discurso pendenciero y prepotente, con la arrogancia de los que han conseguido grandes victorias, su gestualidad era la de Hitler en los pathés que mostraban en los cines durante la Segunda Guerra Mundial, donde asustaba a los niños de los países ocupados a través de las blitzkrieg que efectuaba la Wermacht respaldada por la aviación.
Ahora lo he vuelto a ver; se le acabó la furia, está mansito, tratando de complacer a la audiencia con elogios para todos, como pidiendo perdón para la próxima ocasión que no sabe si la tendrá; pero a éste cordero se le ven las orejas de zorro y no engaña a nadie, pues sigue diciendo mentiras. Como el primer día.
Ahora en sus alocuciones también se parece a Hitler, pero en la parodia que le hizo en el cine Charlie Chaplin, ya que resulta cómico verlo ahora tan modosito después de haber tenido su tiempo de ogro amenazador; y entiende que buena parte del tiempo se la pasó cazando peleas con quien no correspondía, saliendo a defender  a quienes no tenían defensa ni le tocaba a él defenderlos; no sabemos quien lo va a defender a él cuando empiecen a surgirle los problemas por su comportamiento  atrabiliario contra  los opositores.
Quizá lo defiendan los que se beneficiaron con las promociones de su gobierno, los de Agro Ingreso Seguro, los de los falsos positivos, los de las chuzadas telefónicas, los informantes, los que consiguieron las curules espurias de congresistas con los mismos votos que lo reeligieron a él, afincados en la plata del erario y los fusiles, quizá los corruptos que  se robaban y se siguen robando la plata que llega, con razón no se ha hecho nada, no porque no haya habido plata sino porque se la robaron toda. Toda.
El pueblo colombiano no puede distraerse ni equivocarse para las elecciones del 30 de mayo pues puede sucedernos como narra La Biblia la equivocación que sufrió el pueblo judío que escogió la libertad  de Barrabás y la crucifixión de Cristo, no dándose cuenta que le hacían el juego a los jerarcas de los fariseos, hipócritas que aparentan guardar la forma y en el fondo son sólo corruptos que defienden sus intereses personales, y poco les importa el destino de la mayoría. Aquí en Colombia los fariseos se han enseñoreado durante los últimos ocho años y si se les vota seguiremos en las mismas, con la posibilidad cierta de una guerra con Venezuela si el elegido es Santos,  pues su ego soberbio está por encima de la razón, véase  la indiferencia con que tratan e irrespetan al pueblo colombiano al sabotear en forma desfachatada desde el gobierno los ingentes esfuerzos de una mujer valerosa y decidida ejecutiva como lo es la senadora Piedad Córdoba, en una de sus  ejecuciones más patrióticas: la liberación de los secuestrados.
Lo han hecho todo en su contra para que fracase en sus propósitos; le niegan la movilidad para sus desplazamientos, no le informan de las decisiones específicas del gobierno con respecto a los secuestrados, que ya sabemos fueron raptados por las Farc en acto cruel, ruin e inhumano, pero es con ellos con quienes hay que hablar para liberarlos, no con Benedicto XVI; sin embargo, la tratan de guerrillera y terrorista  porque dizque “anda con ellos”, el Alto Comisionado de Paz no se digna dirigirle la palabra para entorpecer todo, en fin, un sinnúmero de cosas ridículas y humillantes que la buena señora tolera con estoicismo ejemplar, pues sabe que la noble causa que la anima la obliga a seguir adelante sin desmayos, reclamos  ni quejas. Por eso el pueblo la ha recompensado entregándole de nuevo su credencial a pesar de la campaña gobiernista en su contra. Parodiando a Churchill, de ella podríamos de decir que “nunca nadie hizo tanto por tantos”. Y  lo ha hecho casi que solitaria y con viento en contra y cómo molesta el sol en la cara.
Si el gobierno no tiene quien haga el trabajo de entenderse con la guerrilla para la liberación de los colombianos, por qué no permite que alguien que pueda hacerlo lo lleve a cabo?. Eso es algo que se puede y se debe hacer, porque es necesario, o es que el gobierno no lo considera necesario?. Acaso los colombianos sólo son pasibles de ser extraditados y no liberados; después vienen los reclamos porque el Tribunal Europeo de Derechos Humanos se niega a la extradición hacia Colombia de un mercenario internacional con el argumento que sus derechos humanos pueden ser violados a través de la tortura. El que no conoce el tema, sufre de engaño, pero el que lo conoce, es mucho gallo.
Presidente: acaso no sabe Ud. que lo que más queremos los colombianos son la Selección de fútbol, la liberación de los secuestrados y la Paz.? Sépalo. Quiere Ud. hacer algo al respecto antes de irse? Todavía tiene tiempo. Recuerde que sigue incumplida su promesa de ponerse el camuflado e ir por ellos al monte. Para cuándo cumplirá?