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Columnista - 22 agosto, 2012

El nuevo hombre colombiano y la apologética*

Desde mí cocina Por: Silvia Betancourt Alliegro La «lógica» apologética se basa en el «blanqueamiento» de las causas que apoya, principalmente a través de la omisión de los hechos negativos. En la vida socio -política colombiana nos estamos asomando a una involución que nace del caos, de la insolencia, del cinismo, y de todas los […]

Desde mí cocina

Por: Silvia Betancourt Alliegro

La «lógica» apologética se basa en el «blanqueamiento» de las causas que apoya, principalmente a través de la omisión de los hechos negativos.

En la vida socio -política colombiana nos estamos asomando a una involución que nace del caos, de la insolencia, del cinismo, y de todas los demás pillajes que llevaría mucho espacio describir.

Podemos sustentar que ya está en desarrollo el nuevo hombre colombiano, aunque aún, y a pesar de los malos ejemplos, los jóvenes siguen estudiando a conciencia y a sabiendas de que tal vez jamás podrán ejercer la profesión por la que se desvelaron, en su país, a menos que consigan recomendación de algún poderoso o que sea príncipe heredero – que los delfines ya están tomando posiciones para el relevo de poder en las regiones, nadie lo puede negar-.

Pero… detrás de ‘los elegidos’ se apresuran los de abajo, nacidos estigmatizados bajo una estratificación que quiere anclarlos por toda la eternidad al sometimiento a las castas. Tendremos que estudiar a fondo el sistema imperante en la India.

Ellos son los muchachos educados en universidades públicas, y que se esfuerzan el doble que los elegidos para asimilar el conocimiento acumulado por la especie durante milenios; que aprendieron por herencia que las consignas inducen a las masas a marchar en pos de bienes materiales pero sólo para los ‘socios’ gremiales, los que no son fuerza laboral formal, así mueran de hambre frente a las sedes de los sindicalizados, no recibirán amparo por parte de ese proletariado que se ha convertido poco a poco en burguesía emergente.

Y tan es así, que ningún hijo de sindicalista aspira a ocupar el puesto dentro de la sociedad que dejará vacante su padre cuando fallezca, no señor, para ellos no está ‘in’ usar trajes y zapatos de obrero ¡ellos quieren lucir ropa de ‘marca’ que los uniforme como muchachos de casta!  Y lo inverosímil es que los padres son sus patrocinadores.

Hay que hacerse algunas preguntas para reflexionar, que para eso son, pongamos ejemplos:

¿Qué quiso explicar Aristóteles en su tratado “Refutación de los sofismas?”
¿Aún estamos bajo el Estatismo, o los monopolios lo han sustituido?
¿Podrá la Apologética restablecer su imperio?
¿El objetivismo se ha perdido al agonizar el espíritu de los partidos?
¿La ‘situación límite’ que padecemos nos condena a la abulia y el pesimismo?

¿Recobrará el terreno perdido la Teoría de la Predeterminación apoyada por la Apologética*, mientras los curas median entre la insurrección y el régimen sólido para entronizar burgueses?
Son demasiadas mentiras, bendecidas junto a las armas, que son para matar, que se sepa.

*Apologética en Wikipedia: Actualmente el término hace referencia al método de estudio empleado en algunos casos particulares, por grupos o individuos que promueven causas sistemáticamente, justificando ortodoxias, o negando a conveniencia algunos actos e incluso crímenes.
La «lógica» apologética se basa en el «blanqueamiento» de las causas que apoya, principalmente a través de la omisión de los hechos negativos (percepción selectiva) y la exageración de los argumentos y hechos positivos; ambas técnicas comunes en la retórica clásica.

[email protected]
@yastao

Columnista
22 agosto, 2012

El nuevo hombre colombiano y la apologética*

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Silvia Betancourt Alliegro

Desde mí cocina Por: Silvia Betancourt Alliegro La «lógica» apologética se basa en el «blanqueamiento» de las causas que apoya, principalmente a través de la omisión de los hechos negativos. En la vida socio -política colombiana nos estamos asomando a una involución que nace del caos, de la insolencia, del cinismo, y de todas los […]


Desde mí cocina

Por: Silvia Betancourt Alliegro

La «lógica» apologética se basa en el «blanqueamiento» de las causas que apoya, principalmente a través de la omisión de los hechos negativos.

En la vida socio -política colombiana nos estamos asomando a una involución que nace del caos, de la insolencia, del cinismo, y de todas los demás pillajes que llevaría mucho espacio describir.

Podemos sustentar que ya está en desarrollo el nuevo hombre colombiano, aunque aún, y a pesar de los malos ejemplos, los jóvenes siguen estudiando a conciencia y a sabiendas de que tal vez jamás podrán ejercer la profesión por la que se desvelaron, en su país, a menos que consigan recomendación de algún poderoso o que sea príncipe heredero – que los delfines ya están tomando posiciones para el relevo de poder en las regiones, nadie lo puede negar-.

Pero… detrás de ‘los elegidos’ se apresuran los de abajo, nacidos estigmatizados bajo una estratificación que quiere anclarlos por toda la eternidad al sometimiento a las castas. Tendremos que estudiar a fondo el sistema imperante en la India.

Ellos son los muchachos educados en universidades públicas, y que se esfuerzan el doble que los elegidos para asimilar el conocimiento acumulado por la especie durante milenios; que aprendieron por herencia que las consignas inducen a las masas a marchar en pos de bienes materiales pero sólo para los ‘socios’ gremiales, los que no son fuerza laboral formal, así mueran de hambre frente a las sedes de los sindicalizados, no recibirán amparo por parte de ese proletariado que se ha convertido poco a poco en burguesía emergente.

Y tan es así, que ningún hijo de sindicalista aspira a ocupar el puesto dentro de la sociedad que dejará vacante su padre cuando fallezca, no señor, para ellos no está ‘in’ usar trajes y zapatos de obrero ¡ellos quieren lucir ropa de ‘marca’ que los uniforme como muchachos de casta!  Y lo inverosímil es que los padres son sus patrocinadores.

Hay que hacerse algunas preguntas para reflexionar, que para eso son, pongamos ejemplos:

¿Qué quiso explicar Aristóteles en su tratado “Refutación de los sofismas?”
¿Aún estamos bajo el Estatismo, o los monopolios lo han sustituido?
¿Podrá la Apologética restablecer su imperio?
¿El objetivismo se ha perdido al agonizar el espíritu de los partidos?
¿La ‘situación límite’ que padecemos nos condena a la abulia y el pesimismo?

¿Recobrará el terreno perdido la Teoría de la Predeterminación apoyada por la Apologética*, mientras los curas median entre la insurrección y el régimen sólido para entronizar burgueses?
Son demasiadas mentiras, bendecidas junto a las armas, que son para matar, que se sepa.

*Apologética en Wikipedia: Actualmente el término hace referencia al método de estudio empleado en algunos casos particulares, por grupos o individuos que promueven causas sistemáticamente, justificando ortodoxias, o negando a conveniencia algunos actos e incluso crímenes.
La «lógica» apologética se basa en el «blanqueamiento» de las causas que apoya, principalmente a través de la omisión de los hechos negativos (percepción selectiva) y la exageración de los argumentos y hechos positivos; ambas técnicas comunes en la retórica clásica.

[email protected]
@yastao