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Columnista - 14 agosto, 2011

El Mundial

Por:  JAIME GNECCO HERNANDEZ No puedo ocultar el orgullo y  satisfacción que sentí viendo el partido de fútbol entre los seleccionados de Colombia y Costa Rica, equipo que se las traía, en la fecha de los octavos de final del mundial Sub 20 que ha organizado la Fifa en el país. Y a propósito, y […]

Por:  JAIME GNECCO HERNANDEZ

No puedo ocultar el orgullo y  satisfacción que sentí viendo el partido de fútbol entre los seleccionados de Colombia y Costa Rica, equipo que se las traía, en la fecha de los octavos de final del mundial Sub 20 que ha organizado la Fifa en el país. Y a propósito, y salvando las diferencias entre éste torneo y la Copa Mundo de mayores, se ve palpable lo pusilánime y falto de criterio que fue Belisario Betancur, quien como Presidente de la República  despreció la oportunidad que tenía Colombia para organizar el mundial de 1.986. Eso le pasa a los países que se someten a elegir para los cargos a individuos ineptos e irresolutos como lo demostró también éste personaje en la toma delPalacio de Justicia por el M-19. Pero esa es otra historia.
Orgullo y satisfacción porque estábamos acostumbrados a que cuando la Selección iba perdiendo los muchachos se aturrullaban de tal manera que eran incapaces de empatar y perdían irremediablemente; por eso nuestra cábala era que los nuestros marcaran primero con lo que se sentirían más serenos y confiados; pero con Costa Rica marcamos primero con una estirada de pierna y un puntazo de Muriel que fue un poema, la pelota rodó suave, sutil hacia las redes y los ticos nos empataron y enseguida nos superaron; tragedia, pensamos, porque el tiempo para empatar y ganar era exiguo. Dios mío, nos van a eliminar en la sala de nuestra propia casa cuando esto apenas empieza; alma del Pibe, ilumínalos, espíritu del Tino, diles por donde, valentía de Iguarán, dales coraje. Y ahí nació la verraquera, a cual más esforzado, todos con el mismo propósito, un único y común propósito; hacer dos goles, y el tiempo corriendo, corriendo, se va a acabar y en eso, el humilde, fulgurante y valioso gol de Franco que nadie sabe cómo ni cuando llegó ahí; bueno, ya empatamos, ya no perdemos porque en el alargue les ganamos, por Dios que sí.
Ya no perdemos, en el alargue a los ticos les va a salir el cansancio por correr una hora y media a 2.640 metros sobre el nivel del mar pensábamos esperanzados cuando en eso, la falta del tico y en el área:  Penalti, yo le había pedido a Márgara que le pidiera dos goles a San Rafael y ya nos había dado el de Franco, faltaba uno y ahí estaba el Penalty, lo tiraría James Rodríguez que es bueno, pero, resulta que yo le he visto fallar pénales a Pedernera, Maradona y Messi, así que, bueno, James lo cobró en forma magistral, al punto que el arquero que se tiró bien, no pudo llegar.
No sé qué le deparará el destino a ésta selección, ojalá salgan campeones, ¿por qué no?, De todas maneras, conmigo tienen un hincha más, porque al fin le salió la garra a los colombianos en las canchas de fútbol.
Según mi modesto entender, éste Mundial ha sido positivo para Colombia y el desempeño de nuestra selección hasta ahora ha servido como integrador de la comunidad; siempre he pensado que lo más integrador de nuestra comunidad es nuestra selección de fútbol, por eso desde aquí felicitamos y agradecemos al profesor Lara por su labor paciente y positiva con los muchachos, sabemos que no es un trabajo fácil y ni mucho menos agradecido, pero ahí está el hombre, dándole martillo al yunque, moldeando a los que algún día serán campeones.
Me imagino que la Fifa ha debido colaborar con el gobierno para la adecuación de los estadios que han quedado, todos somos testigos, como los que tienen los países civilizados; las personas sentadas y pienso que quien está sentado no se para a hacer desórdenes, más bien lo hace el que está parado e incómodo, maldiciendo, es decir, que la familia, que junta  discute de fútbol, junta podrá ir al estadio; eso es un privilegio social-deportivo que se ha ganado el habitante colombiano. Pensar que podíamos tenerlo desde 1.986, pero estamos en Colombia, a Dios gracias.
En el partido con Francia, que nos marcó primero y nuestros muchachos no se apocaron, noté que estábamos jugando por lo menos contra cuatro naciones africanas que fueron colonias de Francia; no sé cómo es el protocolo para éste asunto, pero creo que es necesaria una revisión pues en el papel, la Fifa aparece como un país colonialista.
Observe, amigo lector, cuando juega Francia, en el momento en que ejecutan su himno, La Marsellesa, que es el himno de todos los hombres  libres del mundo como se demostró en la película “Casablanca”, solo dos lo cantan, Fontaine  y Faure, franceses auténticos, los demás no abren la boca, porque no lo saben, ya que no estuvieron ni en la escuela ni en el ejército franceses; por eso los muchachos les hicieron cuatro goles, uno por cada colonia, pa que respeten.
Nuestra selección ha tenido un comportamiento ejemplar en el campo de juego, verdadero “fairplay” que no se ha desvirtuado con la acción de tanto patadura mal intencionado que ha venido al mundial cuyas hazañas son bendecidas por los árbitros; todo sea por la redonda número cinco, merecedora de todo.

Columnista
14 agosto, 2011

El Mundial

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jaime Gnecco Hernandez

Por:  JAIME GNECCO HERNANDEZ No puedo ocultar el orgullo y  satisfacción que sentí viendo el partido de fútbol entre los seleccionados de Colombia y Costa Rica, equipo que se las traía, en la fecha de los octavos de final del mundial Sub 20 que ha organizado la Fifa en el país. Y a propósito, y […]


Por:  JAIME GNECCO HERNANDEZ

No puedo ocultar el orgullo y  satisfacción que sentí viendo el partido de fútbol entre los seleccionados de Colombia y Costa Rica, equipo que se las traía, en la fecha de los octavos de final del mundial Sub 20 que ha organizado la Fifa en el país. Y a propósito, y salvando las diferencias entre éste torneo y la Copa Mundo de mayores, se ve palpable lo pusilánime y falto de criterio que fue Belisario Betancur, quien como Presidente de la República  despreció la oportunidad que tenía Colombia para organizar el mundial de 1.986. Eso le pasa a los países que se someten a elegir para los cargos a individuos ineptos e irresolutos como lo demostró también éste personaje en la toma delPalacio de Justicia por el M-19. Pero esa es otra historia.
Orgullo y satisfacción porque estábamos acostumbrados a que cuando la Selección iba perdiendo los muchachos se aturrullaban de tal manera que eran incapaces de empatar y perdían irremediablemente; por eso nuestra cábala era que los nuestros marcaran primero con lo que se sentirían más serenos y confiados; pero con Costa Rica marcamos primero con una estirada de pierna y un puntazo de Muriel que fue un poema, la pelota rodó suave, sutil hacia las redes y los ticos nos empataron y enseguida nos superaron; tragedia, pensamos, porque el tiempo para empatar y ganar era exiguo. Dios mío, nos van a eliminar en la sala de nuestra propia casa cuando esto apenas empieza; alma del Pibe, ilumínalos, espíritu del Tino, diles por donde, valentía de Iguarán, dales coraje. Y ahí nació la verraquera, a cual más esforzado, todos con el mismo propósito, un único y común propósito; hacer dos goles, y el tiempo corriendo, corriendo, se va a acabar y en eso, el humilde, fulgurante y valioso gol de Franco que nadie sabe cómo ni cuando llegó ahí; bueno, ya empatamos, ya no perdemos porque en el alargue les ganamos, por Dios que sí.
Ya no perdemos, en el alargue a los ticos les va a salir el cansancio por correr una hora y media a 2.640 metros sobre el nivel del mar pensábamos esperanzados cuando en eso, la falta del tico y en el área:  Penalti, yo le había pedido a Márgara que le pidiera dos goles a San Rafael y ya nos había dado el de Franco, faltaba uno y ahí estaba el Penalty, lo tiraría James Rodríguez que es bueno, pero, resulta que yo le he visto fallar pénales a Pedernera, Maradona y Messi, así que, bueno, James lo cobró en forma magistral, al punto que el arquero que se tiró bien, no pudo llegar.
No sé qué le deparará el destino a ésta selección, ojalá salgan campeones, ¿por qué no?, De todas maneras, conmigo tienen un hincha más, porque al fin le salió la garra a los colombianos en las canchas de fútbol.
Según mi modesto entender, éste Mundial ha sido positivo para Colombia y el desempeño de nuestra selección hasta ahora ha servido como integrador de la comunidad; siempre he pensado que lo más integrador de nuestra comunidad es nuestra selección de fútbol, por eso desde aquí felicitamos y agradecemos al profesor Lara por su labor paciente y positiva con los muchachos, sabemos que no es un trabajo fácil y ni mucho menos agradecido, pero ahí está el hombre, dándole martillo al yunque, moldeando a los que algún día serán campeones.
Me imagino que la Fifa ha debido colaborar con el gobierno para la adecuación de los estadios que han quedado, todos somos testigos, como los que tienen los países civilizados; las personas sentadas y pienso que quien está sentado no se para a hacer desórdenes, más bien lo hace el que está parado e incómodo, maldiciendo, es decir, que la familia, que junta  discute de fútbol, junta podrá ir al estadio; eso es un privilegio social-deportivo que se ha ganado el habitante colombiano. Pensar que podíamos tenerlo desde 1.986, pero estamos en Colombia, a Dios gracias.
En el partido con Francia, que nos marcó primero y nuestros muchachos no se apocaron, noté que estábamos jugando por lo menos contra cuatro naciones africanas que fueron colonias de Francia; no sé cómo es el protocolo para éste asunto, pero creo que es necesaria una revisión pues en el papel, la Fifa aparece como un país colonialista.
Observe, amigo lector, cuando juega Francia, en el momento en que ejecutan su himno, La Marsellesa, que es el himno de todos los hombres  libres del mundo como se demostró en la película “Casablanca”, solo dos lo cantan, Fontaine  y Faure, franceses auténticos, los demás no abren la boca, porque no lo saben, ya que no estuvieron ni en la escuela ni en el ejército franceses; por eso los muchachos les hicieron cuatro goles, uno por cada colonia, pa que respeten.
Nuestra selección ha tenido un comportamiento ejemplar en el campo de juego, verdadero “fairplay” que no se ha desvirtuado con la acción de tanto patadura mal intencionado que ha venido al mundial cuyas hazañas son bendecidas por los árbitros; todo sea por la redonda número cinco, merecedora de todo.