El presidente Petro volvió a equivocarse, como lo hizo con Armando Benedetti y Holman Morris, y no conforme con eso, comparó a Mendoza con el escritor de novela erótica Henry Miller...
Es de todos conocidos que el presidente Gustavo Petro y Daniel Mendoza Leal, “El Matarife”, tienen una relación de años atrás; son amigos, compinches de fiestas. Además, los une la rabia por el expresidente Álvaro Uribe. Sin embargo, lo que jamás nadie llegó a imaginarse es que Petro lo ubicaría en un cargo diplomático, como la embajada en Tailandia, que, si bien no es de gran importancia, sí requiere una carrera diplomática y, más aún, unas calidades morales que el señor Mendoza no tiene, por todos sus antecedentes de persona con serios problemas de comportamiento.
Mendoza es el creador y director de la serie “El Matarife”, en la cual comete muchas inexactitudes que lo obligaron a rectificar después de sufrir una denuncia por injuria y calumnia. Sin embargo, lo más grave de todo este escándalo, que estremeció al país y que le demostró a Mendoza cuánto lo quieren en Colombia, es su vida personal, llena de expresiones de carácter sexual desobligantes, irrespetuosas y sucias contra las mujeres y los niños.
Los trinos que le dieron la vuelta a las redes demuestran el talante bajo de una persona que, para salvarse, se escudó en una supuesta novela, olvidando que cuando se hacen trinos, sin citarlos, se convierten en afirmaciones.
Pero lo que diga Mendoza para salir del huracán es algo hasta intrascendente, porque ante la avalancha mediática y de opinión que dejó a Mendoza en el lugar que se merece, desde el mismo gobierno le dijeron que era mejor que declinara, porque su nombramiento sería inviable, insostenible y muy difícil de manejar, a lo que Mendoza, así no lo reconozca, accedió.
Pero más allá de la suciedad de El Matarife, a quien le fue peor fue al presidente Gustavo Petro, que presuntamente alicorado pronunció un discurso en Barranquilla bastante bajo, agresivo y mediocre para defender a su amigo a nombre del amor.
El presidente Petro volvió a equivocarse, como lo hizo con Armando Benedetti y Holman Morris, y no conforme con eso, comparó a Mendoza con el escritor de novela erótica Henry Miller, que en nada se parece a Mendoza, porque una cosa es literatura de alta calidad y otra, los trinos pedófilos y misóginos de El Matarife. Paso de agache también la primera dama, Verónica Alcocer, que se considera feminista y que, ante este despropósito de su esposo, no dijo absolutamente nada.
De verdad que el presidente Petro sigue autodestruyéndose debido a su talante autoritario y poco empático, en este caso con las mujeres de Colombia, que pensaron que por fin llegaría un gobierno que las trataría con respeto, y lo que ocurrió fue todo lo contrario.
Vale la pena resaltar el papel que jugó la vicepresidenta Francia Márquez, que dejó claro en un comunicado que no estaba de acuerdo con el nombramiento de semejante personaje. Bien por Francia, a quien hemos criticado, pero en este caso se comportó con mucha coherencia.
Presidente Petro, gobierne, que el tiempo se agota; evite estos desgastes que no le convienen para nada y cúmplale al pueblo con el cambio que prometió.
Por Jacobo Solano Cerchiaro
El presidente Petro volvió a equivocarse, como lo hizo con Armando Benedetti y Holman Morris, y no conforme con eso, comparó a Mendoza con el escritor de novela erótica Henry Miller...
Es de todos conocidos que el presidente Gustavo Petro y Daniel Mendoza Leal, “El Matarife”, tienen una relación de años atrás; son amigos, compinches de fiestas. Además, los une la rabia por el expresidente Álvaro Uribe. Sin embargo, lo que jamás nadie llegó a imaginarse es que Petro lo ubicaría en un cargo diplomático, como la embajada en Tailandia, que, si bien no es de gran importancia, sí requiere una carrera diplomática y, más aún, unas calidades morales que el señor Mendoza no tiene, por todos sus antecedentes de persona con serios problemas de comportamiento.
Mendoza es el creador y director de la serie “El Matarife”, en la cual comete muchas inexactitudes que lo obligaron a rectificar después de sufrir una denuncia por injuria y calumnia. Sin embargo, lo más grave de todo este escándalo, que estremeció al país y que le demostró a Mendoza cuánto lo quieren en Colombia, es su vida personal, llena de expresiones de carácter sexual desobligantes, irrespetuosas y sucias contra las mujeres y los niños.
Los trinos que le dieron la vuelta a las redes demuestran el talante bajo de una persona que, para salvarse, se escudó en una supuesta novela, olvidando que cuando se hacen trinos, sin citarlos, se convierten en afirmaciones.
Pero lo que diga Mendoza para salir del huracán es algo hasta intrascendente, porque ante la avalancha mediática y de opinión que dejó a Mendoza en el lugar que se merece, desde el mismo gobierno le dijeron que era mejor que declinara, porque su nombramiento sería inviable, insostenible y muy difícil de manejar, a lo que Mendoza, así no lo reconozca, accedió.
Pero más allá de la suciedad de El Matarife, a quien le fue peor fue al presidente Gustavo Petro, que presuntamente alicorado pronunció un discurso en Barranquilla bastante bajo, agresivo y mediocre para defender a su amigo a nombre del amor.
El presidente Petro volvió a equivocarse, como lo hizo con Armando Benedetti y Holman Morris, y no conforme con eso, comparó a Mendoza con el escritor de novela erótica Henry Miller, que en nada se parece a Mendoza, porque una cosa es literatura de alta calidad y otra, los trinos pedófilos y misóginos de El Matarife. Paso de agache también la primera dama, Verónica Alcocer, que se considera feminista y que, ante este despropósito de su esposo, no dijo absolutamente nada.
De verdad que el presidente Petro sigue autodestruyéndose debido a su talante autoritario y poco empático, en este caso con las mujeres de Colombia, que pensaron que por fin llegaría un gobierno que las trataría con respeto, y lo que ocurrió fue todo lo contrario.
Vale la pena resaltar el papel que jugó la vicepresidenta Francia Márquez, que dejó claro en un comunicado que no estaba de acuerdo con el nombramiento de semejante personaje. Bien por Francia, a quien hemos criticado, pero en este caso se comportó con mucha coherencia.
Presidente Petro, gobierne, que el tiempo se agota; evite estos desgastes que no le convienen para nada y cúmplale al pueblo con el cambio que prometió.
Por Jacobo Solano Cerchiaro