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Columnista - 21 septiembre, 2013

El más mejor (III Parte)

Chico Bolaños anduvo por todos los rincones del viejo departamento del Magdalena y en diferentes ocasiones tropezó con juglares a quienes se enfrentaba en piquerías.

Por José M. Aponte Martínez

Chico Bolaños anduvo por todos los rincones del viejo departamento del Magdalena y en diferentes ocasiones tropezó con juglares a quienes se enfrentaba en piquerías.

Alguna vez se había encontrado por sorpresa, en Varas Blancas, con Francisco El Hombre y para tarde es ya montaron ante el público que los rodeaba un desafío, Chico que apenas era un asustadizo muchacho frente a la veteranía y fama del contendor, jaló con gran brío su acordeón que llevaba colgado en el hombro derecho, puso sus dedos sobre las teclas y arrancó adelante en franco duelo de improvisaciones y le picó con un sencillo verso: Tocá Francisco tocá/y si no tienes con qué/Bolaño te dá”

Chico Bolaños inicia sin dudas una escuela que tuvo más renombre a lo largo y ancho de todo el territorio provinciano, de mucha prestancia para el surgimiento de los cantos vallenatos, desafortunadamente murió el día 28 de Agosto en la localidad de Bosconia (Cesar) bajo el efecto letal de un trago de ron que había sido ligado por equivocación en una botella con secuelas de insecticida, para el menoscabo de la incipiente era musical de nuestra comarca.

El Festival de la Leyenda Vallenata y el público aficionado le siguen debiendo a este artífice de las notas vernáculas, la compensación merecida a su talento e ingenio con un homenaje de reconocimiento a las vivencias que tan bardo personaje nos dejó convertidas en música”. 
  
Como cosa extraña no conocí a Chico Bolaños, a pesar de que cuando murió, yo ya tenía 21 años y parrandeaba bastante, lo que me hace pensar que Villanueva no era sitio de su preferencia, pero sí sé que una de las personas que se lo gozó fue Enriquito Orozco en sus cumpleaños el 26 de Diciembre, más que todo en Codazzi y no podía faltar, Rafael Escalona quien terminó siendo su yerno, pues con su hija Sol Marina dejó un hijo, el hoy abogado, periodista y camarógrafo Rafael Escalona Bolaños.

En una ocasión llegó Bolaños a La Jagua, lógicamente que de El Pedregal con un acordeón nuevo de tres teclados y coincidió con Emiliano, a quien le informaron sobre la llegada del famoso Chico, que a diferencia de otros acordeoneros tenía voz de trueno muy bonita y cuando Emiliano se le presentó lo recibió con este verso: 

“Ha llegado Emiliano y ha llegado como un loco, con un machetico mopo a meterse con Bolaños”. El machetico mopo a que aducía Bolaños era un acordeoncito viejo de dos teclados que usaba Emiliano.

Mile no contestó y entonces Bolaños le entregó su acordeón nuevo y le dijo: tocá ésta para que veas que es como bajarse de un burro y montarse en un fino caballo; así parrandearon todo el día, interpretando cada quien sus mejores canciones.

La mamá de Chico Bolaños se llamaba Cristiana Marzal Aponte, tiene los dos apellidos de mi papá invertidos, pero con seguridad Chico salió músico por su papá, porque como dice el Doctor Crispín Villazón de Armas, padre del famoso cantante Iván Villazón Aponte, los Aponte y los Marzal ni chiflan y esa vocación de Iván tampoco es por los Villazón, sino por los Pumarejo en donde músicos, compositores y parranderos se dan silvestres. ¿Cierto Fredys?

Para leer la primera parte de la columna El Más Mejor I dar click aquí

 

Columnista
21 septiembre, 2013

El más mejor (III Parte)

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José M. Aponte Martínez

Chico Bolaños anduvo por todos los rincones del viejo departamento del Magdalena y en diferentes ocasiones tropezó con juglares a quienes se enfrentaba en piquerías.


Por José M. Aponte Martínez

Chico Bolaños anduvo por todos los rincones del viejo departamento del Magdalena y en diferentes ocasiones tropezó con juglares a quienes se enfrentaba en piquerías.

Alguna vez se había encontrado por sorpresa, en Varas Blancas, con Francisco El Hombre y para tarde es ya montaron ante el público que los rodeaba un desafío, Chico que apenas era un asustadizo muchacho frente a la veteranía y fama del contendor, jaló con gran brío su acordeón que llevaba colgado en el hombro derecho, puso sus dedos sobre las teclas y arrancó adelante en franco duelo de improvisaciones y le picó con un sencillo verso: Tocá Francisco tocá/y si no tienes con qué/Bolaño te dá”

Chico Bolaños inicia sin dudas una escuela que tuvo más renombre a lo largo y ancho de todo el territorio provinciano, de mucha prestancia para el surgimiento de los cantos vallenatos, desafortunadamente murió el día 28 de Agosto en la localidad de Bosconia (Cesar) bajo el efecto letal de un trago de ron que había sido ligado por equivocación en una botella con secuelas de insecticida, para el menoscabo de la incipiente era musical de nuestra comarca.

El Festival de la Leyenda Vallenata y el público aficionado le siguen debiendo a este artífice de las notas vernáculas, la compensación merecida a su talento e ingenio con un homenaje de reconocimiento a las vivencias que tan bardo personaje nos dejó convertidas en música”. 
  
Como cosa extraña no conocí a Chico Bolaños, a pesar de que cuando murió, yo ya tenía 21 años y parrandeaba bastante, lo que me hace pensar que Villanueva no era sitio de su preferencia, pero sí sé que una de las personas que se lo gozó fue Enriquito Orozco en sus cumpleaños el 26 de Diciembre, más que todo en Codazzi y no podía faltar, Rafael Escalona quien terminó siendo su yerno, pues con su hija Sol Marina dejó un hijo, el hoy abogado, periodista y camarógrafo Rafael Escalona Bolaños.

En una ocasión llegó Bolaños a La Jagua, lógicamente que de El Pedregal con un acordeón nuevo de tres teclados y coincidió con Emiliano, a quien le informaron sobre la llegada del famoso Chico, que a diferencia de otros acordeoneros tenía voz de trueno muy bonita y cuando Emiliano se le presentó lo recibió con este verso: 

“Ha llegado Emiliano y ha llegado como un loco, con un machetico mopo a meterse con Bolaños”. El machetico mopo a que aducía Bolaños era un acordeoncito viejo de dos teclados que usaba Emiliano.

Mile no contestó y entonces Bolaños le entregó su acordeón nuevo y le dijo: tocá ésta para que veas que es como bajarse de un burro y montarse en un fino caballo; así parrandearon todo el día, interpretando cada quien sus mejores canciones.

La mamá de Chico Bolaños se llamaba Cristiana Marzal Aponte, tiene los dos apellidos de mi papá invertidos, pero con seguridad Chico salió músico por su papá, porque como dice el Doctor Crispín Villazón de Armas, padre del famoso cantante Iván Villazón Aponte, los Aponte y los Marzal ni chiflan y esa vocación de Iván tampoco es por los Villazón, sino por los Pumarejo en donde músicos, compositores y parranderos se dan silvestres. ¿Cierto Fredys?

Para leer la primera parte de la columna El Más Mejor I dar click aquí