Es grande el malestar que afecta al sector agropecuario del Cesar. En efecto, un departamento llamado a ser una región agropecuaria, por la calidad de sus tierras, la diversidad de sus suelos y su disposición de agua natural, buena parte del año, en buena parte de su territorio, entre otros factores, hoy tiene que ver […]
Es grande el malestar que afecta al sector agropecuario del Cesar. En efecto, un departamento llamado a ser una región agropecuaria, por la calidad de sus tierras, la diversidad de sus suelos y su disposición de agua natural, buena parte del año, en buena parte de su territorio, entre otros factores, hoy tiene que ver abandonado este sector de la economía.
Desde su creación, hace ya cerca de 45 años, se pensó que su vocación geográfica y cultural era la agricultura y la ganadería, objetivo que no debió perder nunca. Sin embargo, con el “san benito” de la minería y – ahora- hasta sin las regalías, muchos se ilusionaron y, a pesar de llevar más de 20 años de explotación minera, nulo o muy poco ha sido lo que ha mejorado la situación de la gran mayoría de la población del otrora “departamento piloto” de Colombia.
El sábado pasado, cuando se esperaba al Ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo Salazar, grande fue la decepción y el descontento de los gremios y productores agrícolas y pecuarios, cuando se enteraron que ya Restrepo Salazar no venía, tanto a la reunión con ellos como a la entrega de unas casas en la vereda “Las Casitas”, en un proyecto con recursos del gobierno nacional, Comfacesar y el Municipio de Valledupar.
El malestar de los gremios agropecuarios del Cesar tiene mucho fundamento. El titular de la cartera agropecuaria vino hace diez meses y nunca más volvió. Uno de sus viceministros, Ricardo Sánchez, vino en febrero y quedó a regresar cada mes y hasta el sol de hoy tampoco ha vuelto.
La crisis del sector agropecuario en el Cesar es profunda; el algodón que había resurgido, otra vez está por el suelo, por el clima, la revaluación y las importaciones; la ganadería anda mal, también, debido a los problemas del clima y la incertidumbre generada por la entrada en vigencia de los TLC y por el precio de la leche a $700 pesos, cerca de la tercera parte de lo que vale un litro de gaseosa, que es pura agua y azúcar. El cacao, igualmente, anda mal y ni se diga del sector de los cafeteros.
A los problemas del clima, en los dos últimos años, hay que sumarle al problema de la falta de vías y el poco o nulo acceso al crédito fresco, debido a la falta de realismo del sector financiero y – en particular- del Banco Agrario.
Hoy, nuevamente, volvemos a llamar la atención del gobierno nacional, del Presidente de la República, Juan Manuel Sangos Calderón, y del Ministro Juan Camilo Restrepo, para que le presten la debida atención a la situación del agro cesarense, a riesgo de ver crecer la pobreza, el desempleo y la inseguridad en esta región del país.
Ministro, con todo respeto y consideración, usted sabe que este es un departamento agropecuario, la minería fue una simple ilusión que sólo nos va a dejar los problemas ambientales y sociales; lo nuestro, en el mediano y largo plazo, es la ganadería y la agricultura, tanto de cultivos permanentes como de los semestrales, pero se requiere el apoyo decidido del gobierno nacional, con crédito, con vías y con opciones de mercado para poner a producir nuestros campos; de lo contrario estamos expuestos de nuevo a la violencia, esta vez la de la delincuencia común y callejera, producto del desespero de miles de personas que no tienen opciones de ingreso. Este es un S.O.S., por el agro cesarense que ya no aguanta más.
Es grande el malestar que afecta al sector agropecuario del Cesar. En efecto, un departamento llamado a ser una región agropecuaria, por la calidad de sus tierras, la diversidad de sus suelos y su disposición de agua natural, buena parte del año, en buena parte de su territorio, entre otros factores, hoy tiene que ver […]
Es grande el malestar que afecta al sector agropecuario del Cesar. En efecto, un departamento llamado a ser una región agropecuaria, por la calidad de sus tierras, la diversidad de sus suelos y su disposición de agua natural, buena parte del año, en buena parte de su territorio, entre otros factores, hoy tiene que ver abandonado este sector de la economía.
Desde su creación, hace ya cerca de 45 años, se pensó que su vocación geográfica y cultural era la agricultura y la ganadería, objetivo que no debió perder nunca. Sin embargo, con el “san benito” de la minería y – ahora- hasta sin las regalías, muchos se ilusionaron y, a pesar de llevar más de 20 años de explotación minera, nulo o muy poco ha sido lo que ha mejorado la situación de la gran mayoría de la población del otrora “departamento piloto” de Colombia.
El sábado pasado, cuando se esperaba al Ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo Salazar, grande fue la decepción y el descontento de los gremios y productores agrícolas y pecuarios, cuando se enteraron que ya Restrepo Salazar no venía, tanto a la reunión con ellos como a la entrega de unas casas en la vereda “Las Casitas”, en un proyecto con recursos del gobierno nacional, Comfacesar y el Municipio de Valledupar.
El malestar de los gremios agropecuarios del Cesar tiene mucho fundamento. El titular de la cartera agropecuaria vino hace diez meses y nunca más volvió. Uno de sus viceministros, Ricardo Sánchez, vino en febrero y quedó a regresar cada mes y hasta el sol de hoy tampoco ha vuelto.
La crisis del sector agropecuario en el Cesar es profunda; el algodón que había resurgido, otra vez está por el suelo, por el clima, la revaluación y las importaciones; la ganadería anda mal, también, debido a los problemas del clima y la incertidumbre generada por la entrada en vigencia de los TLC y por el precio de la leche a $700 pesos, cerca de la tercera parte de lo que vale un litro de gaseosa, que es pura agua y azúcar. El cacao, igualmente, anda mal y ni se diga del sector de los cafeteros.
A los problemas del clima, en los dos últimos años, hay que sumarle al problema de la falta de vías y el poco o nulo acceso al crédito fresco, debido a la falta de realismo del sector financiero y – en particular- del Banco Agrario.
Hoy, nuevamente, volvemos a llamar la atención del gobierno nacional, del Presidente de la República, Juan Manuel Sangos Calderón, y del Ministro Juan Camilo Restrepo, para que le presten la debida atención a la situación del agro cesarense, a riesgo de ver crecer la pobreza, el desempleo y la inseguridad en esta región del país.
Ministro, con todo respeto y consideración, usted sabe que este es un departamento agropecuario, la minería fue una simple ilusión que sólo nos va a dejar los problemas ambientales y sociales; lo nuestro, en el mediano y largo plazo, es la ganadería y la agricultura, tanto de cultivos permanentes como de los semestrales, pero se requiere el apoyo decidido del gobierno nacional, con crédito, con vías y con opciones de mercado para poner a producir nuestros campos; de lo contrario estamos expuestos de nuevo a la violencia, esta vez la de la delincuencia común y callejera, producto del desespero de miles de personas que no tienen opciones de ingreso. Este es un S.O.S., por el agro cesarense que ya no aguanta más.