EL TINAJERO Por José Atuesta Mindiola Marco Mendoza Romero, será siempre recordado en el municipio de Valledupar, como un líder comunal y miembro activo de la política. Su niñez estuvo alejada de la escuela. El trabajo fue el designio de su vida. En sus manos están las huellas de sus variadas faenas: agricultor, alfarero, balsamero, […]
EL TINAJERO
Por José Atuesta Mindiola
Marco Mendoza Romero, será siempre recordado en el municipio de Valledupar, como un líder comunal y miembro activo de la política. Su niñez estuvo alejada de la escuela. El trabajo fue el designio de su vida. En sus manos están las huellas de sus variadas faenas: agricultor, alfarero, balsamero, aserrador, constructor de kioscos de palmas, y en ocasiones, pescador y cazador.
Su nombre completo es Marco Aurelio. Alguna revelación divina debió de tener su humilde madre, Heroína Mendoza, para bautizarlo con el nombre del famoso Emperador romano, que la historia reconoce como un hombre erudito, liberal, generoso y con gran dominio de la oratoria. Este hombre nativo de Valledupar, pero hijo ilustre de Mariangola, a pesar de ser casi iletrado, desarrolla de manera natural la inteligencia para la oratoria, para comprender las pericias de la política y desde muy joven se erige como un líder comunitario. Su primer cargo público fue en 1958, cuando es nombrado comisario de Mariangola, y cuando éste es erigido corregimiento el 2 de diciembre del mismo año, ejerció el cargo de inspector encargado. Después, ocupó este cargo en el corregimiento de Caracolí y varias veces fue inspector de rentas departamental.
Suma a su historial, ser el primer presidente de la Junta de Acción Comunal de Mariangola, creada por la personería jurídica 606 del 22 de agosto de 1967 del departamento del Magdalena. En su calidad de dignatario viajó a Santa Marta a notificarse, y una vez reconocido como tal, su primera diligencia fue enviarle al presidente de la república, Carlos Lleras Restrepo, el famoso telegrama. “De presidente a presidente lo saludo: En nombre de la comunidad de Mariangola, solicito incluir en el presupuesto nacional, varias partidas para la construcción del acueducto, y la instalación de una planta para la electrificación del pueblo”.
Marco Aurelio, parece que hizo suya, la máxima del filosofo Sócrates: “Los malos hombres viven para comer y beber, pero los buenos comen y beben para vivir”. En sus más de noventa años vividos, ha sido generoso con su familia, con sus amigos, con su pueblo y temeroso de Dios (es un nazareno íntegro). Ha disfrutado del placer de la fiesta y del vino, y siempre solidario en la alegría y en el dolor. Una de sus grandes pasiones fue la política, en la época del MRL, estuvo bajo las orientaciones de Alfonso López Michelsen y de Edgardo Pupo. Después, fue miembro reconocido del movimiento Mayorías Liberales que lideraba Pepe Castro.
DECIMAS AL SENADOR FELIXVALERA. En su condición de hombre público, que en estos momentos, en su calidad de senador, representa la más alta dignidad del Cesar en el Congreso de la Republica, le hago este homenaje a su tierra, Los Venados y a su natalicio (22 de octubre).
Décimas al senador Félix Valera
I
La tierra de Los Venados,
fortín de indios Garupales,
un potosí de frutales
con los cerezos rosados.
Otros hombres abnegados
llegaron en cofradía,
los Quintero, los García,
los Barriga y los Valera,
y en ellos la primavera
de ilusiones florecía.
II
Viejos tiempos recordados,
el abuelo en su labranza;
se oye un eco en lontananza
en la piel de los venados.
Tardes de soles cromados,
narra un viejo cazador,
el venado en estupor
contemplaba el horizonte:
por ese animal del monte,
te nombra el historiador.
III
De esa tierra venaera
estirpe de gente noble,
florecido como el roble
procede Félix Valera:
de inteligencia sincera
que hereda de Nicolasa,
la santa madre que en casa
le pide a Dios redentor,
por su hijo el senador
un líder de humilde raza.
JOSE ATUESTA MENDIOLA
EL TINAJERO Por José Atuesta Mindiola Marco Mendoza Romero, será siempre recordado en el municipio de Valledupar, como un líder comunal y miembro activo de la política. Su niñez estuvo alejada de la escuela. El trabajo fue el designio de su vida. En sus manos están las huellas de sus variadas faenas: agricultor, alfarero, balsamero, […]
EL TINAJERO
Por José Atuesta Mindiola
Marco Mendoza Romero, será siempre recordado en el municipio de Valledupar, como un líder comunal y miembro activo de la política. Su niñez estuvo alejada de la escuela. El trabajo fue el designio de su vida. En sus manos están las huellas de sus variadas faenas: agricultor, alfarero, balsamero, aserrador, constructor de kioscos de palmas, y en ocasiones, pescador y cazador.
Su nombre completo es Marco Aurelio. Alguna revelación divina debió de tener su humilde madre, Heroína Mendoza, para bautizarlo con el nombre del famoso Emperador romano, que la historia reconoce como un hombre erudito, liberal, generoso y con gran dominio de la oratoria. Este hombre nativo de Valledupar, pero hijo ilustre de Mariangola, a pesar de ser casi iletrado, desarrolla de manera natural la inteligencia para la oratoria, para comprender las pericias de la política y desde muy joven se erige como un líder comunitario. Su primer cargo público fue en 1958, cuando es nombrado comisario de Mariangola, y cuando éste es erigido corregimiento el 2 de diciembre del mismo año, ejerció el cargo de inspector encargado. Después, ocupó este cargo en el corregimiento de Caracolí y varias veces fue inspector de rentas departamental.
Suma a su historial, ser el primer presidente de la Junta de Acción Comunal de Mariangola, creada por la personería jurídica 606 del 22 de agosto de 1967 del departamento del Magdalena. En su calidad de dignatario viajó a Santa Marta a notificarse, y una vez reconocido como tal, su primera diligencia fue enviarle al presidente de la república, Carlos Lleras Restrepo, el famoso telegrama. “De presidente a presidente lo saludo: En nombre de la comunidad de Mariangola, solicito incluir en el presupuesto nacional, varias partidas para la construcción del acueducto, y la instalación de una planta para la electrificación del pueblo”.
Marco Aurelio, parece que hizo suya, la máxima del filosofo Sócrates: “Los malos hombres viven para comer y beber, pero los buenos comen y beben para vivir”. En sus más de noventa años vividos, ha sido generoso con su familia, con sus amigos, con su pueblo y temeroso de Dios (es un nazareno íntegro). Ha disfrutado del placer de la fiesta y del vino, y siempre solidario en la alegría y en el dolor. Una de sus grandes pasiones fue la política, en la época del MRL, estuvo bajo las orientaciones de Alfonso López Michelsen y de Edgardo Pupo. Después, fue miembro reconocido del movimiento Mayorías Liberales que lideraba Pepe Castro.
DECIMAS AL SENADOR FELIXVALERA. En su condición de hombre público, que en estos momentos, en su calidad de senador, representa la más alta dignidad del Cesar en el Congreso de la Republica, le hago este homenaje a su tierra, Los Venados y a su natalicio (22 de octubre).
Décimas al senador Félix Valera
I
La tierra de Los Venados,
fortín de indios Garupales,
un potosí de frutales
con los cerezos rosados.
Otros hombres abnegados
llegaron en cofradía,
los Quintero, los García,
los Barriga y los Valera,
y en ellos la primavera
de ilusiones florecía.
II
Viejos tiempos recordados,
el abuelo en su labranza;
se oye un eco en lontananza
en la piel de los venados.
Tardes de soles cromados,
narra un viejo cazador,
el venado en estupor
contemplaba el horizonte:
por ese animal del monte,
te nombra el historiador.
III
De esa tierra venaera
estirpe de gente noble,
florecido como el roble
procede Félix Valera:
de inteligencia sincera
que hereda de Nicolasa,
la santa madre que en casa
le pide a Dios redentor,
por su hijo el senador
un líder de humilde raza.
JOSE ATUESTA MENDIOLA