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Columnista - 14 abril, 2025

El impresentable Trump

La diplomacia es el arte de decirle al otro ¡hijo de puta! con tal sutileza y estilo que el que reciba el madrazo lo tome como un cumplido y con tanta felicidad que termine dando las gracias; en realidad  es la disciplina que evita que los seres humanos nos  agarremos de las mechas en una confrontación sin precedentes y más ahora con la proliferación de las armas nucleares.

Boton Wpp

La diplomacia es el arte de decirle al otro ¡hijo de puta! con tal sutileza y estilo que el que reciba el madrazo lo tome como un cumplido y con tanta felicidad que termine dando las gracias; en realidad  es la disciplina que evita que los seres humanos nos  agarremos de las mechas en una confrontación sin precedentes y más ahora con la proliferación de las armas nucleares.

La guerra comercial que inició Estados Unidos contra China hace unos años e intensificada por el primer gobierno de Donald Trump, seguida tímidamente por el gobierno Biden y retomada nuevamente por Trump en su actual gobierno, está tocando el punto más álgido desde sus inicios; recuerden que los primeros rounds se vivieron por la disputa de la tecnología 5G de la cual China es vanguardista y que mostró la punta del iceberg con dos eventos que sirvieron para distraer a la galería; uno, fue el encarcelamiento de la hija del dueño de la empresa Huawei en territorio estadounidense, y la otra fue la pugna por la red social Tik tok, propiedad de los chinos, a quien USA acusó de estar espiándolos.

Para nadie es un secreto que la hegemonía del tío Sam la ha impuesto a fuerza de chantaje financiero y bajo amenaza de la fuerza militar, nadie es lo suficientemente ingenuo para pensar que el poderío norteamericano lo ha logrado precisamente con el uso de las más transparentes reglas de diplomacia mundial, si de algo ha adolecido el país del norte es precisamente de diplomacia pura; en otras palabras, tienen muy buenos diplomáticos que negocian con el cañón y la chequera debajo de la mesa, pero tanto el discurso como la retórica les ha favorecido  para que el mundo los vea como unos verdaderos “socios”.

Pero Donald Trump llegó para demostrarle al mundo que la gran potencia no está dispuesta a seguir siendo el gran benefactor del mundo (según su propio discurso) puesto que asegura que ellos (los norteamericanos) han servido y subsidiado a cientos de países y éstos no han sido lo suficientemente agradecidos; de hecho, han abusado de esa ayuda y por supuesto incluye a China en esa gran bolsa de destinatarios de la nueva estrategia de chantaje y presión para obligar a renegociar las condiciones actuales que el mundo tiene con ellos; sin embargo, si ya de por sí el mercado es lo suficientemente desigual en esa relación, imagínense que resultará de esta nueva “renegociación” al estilo Trump.

Todos sabemos que Trump llegó al poder para hacerse más rico de lo que ya es y, por supuesto, a los más cercanos de sus socios, sin importar que para ello deba doblegar al sistema democrático de la gran nación que llegó a ser Estados Unidos.  De hecho, su legado de ser el país de las libertades no fue acuñado en vano, la solidez de su sistema político, judicial y legislativo  y la división de estos tres poderes, hacía que todos se sintieran protegidos por un gran estado; parece que hoy eso está pasando a la historia, el motivo: la implantación de un modelo de gobierno que desprecia los valores, la ética, el respeto y, por supuesto, las mínimas normas de relaciones entre naciones y entre ciudadanos.  Para la muestra, las declaraciones en público de Mr. Trump luego de imponer un aumento de aranceles a diestra y siniestra a todos sus socios en donde literal dijo que: “Estaba esperando a que todos esos países le fueran a chupar el culo pidiéndole renegociar los aranceles”.  Todo un gamín al poder.

Pero Trump no contaba con la astucia de China, que no solo se le plantó amenazante, sino que le devolvió el golpe muy bien planeado, recordemos que el mayor acreedor de USA es China, quien es el dueño del 16,6 % del total de la deuda de Estados Unidos y cuyo mercado solo le representa un 14 %, pero en términos proporcionales y de dependencia no es tanto el tamaño de ese mercado sino los productos estratégicos que USA demanda de China y que son vitales para el desarrollo tecnológico y la industria militar y en carta blanca.   China no les teme.

Leí a muchos analistas criollos diciendo que había una gran oportunidad para Colombia para aprovechar ese mercado que deja la China en Estados Unidos. Aquí una lista de los productos: celulares, computadores, baterías, juguetes y equipos de telecomunicaciones. ¿Cómo es que los vamos a producir? 

Por: Eloy Gutiérrez Anaya.

Columnista
14 abril, 2025

El impresentable Trump

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Eloy Gutiérrez Anaya

La diplomacia es el arte de decirle al otro ¡hijo de puta! con tal sutileza y estilo que el que reciba el madrazo lo tome como un cumplido y con tanta felicidad que termine dando las gracias; en realidad  es la disciplina que evita que los seres humanos nos  agarremos de las mechas en una confrontación sin precedentes y más ahora con la proliferación de las armas nucleares.


La diplomacia es el arte de decirle al otro ¡hijo de puta! con tal sutileza y estilo que el que reciba el madrazo lo tome como un cumplido y con tanta felicidad que termine dando las gracias; en realidad  es la disciplina que evita que los seres humanos nos  agarremos de las mechas en una confrontación sin precedentes y más ahora con la proliferación de las armas nucleares.

La guerra comercial que inició Estados Unidos contra China hace unos años e intensificada por el primer gobierno de Donald Trump, seguida tímidamente por el gobierno Biden y retomada nuevamente por Trump en su actual gobierno, está tocando el punto más álgido desde sus inicios; recuerden que los primeros rounds se vivieron por la disputa de la tecnología 5G de la cual China es vanguardista y que mostró la punta del iceberg con dos eventos que sirvieron para distraer a la galería; uno, fue el encarcelamiento de la hija del dueño de la empresa Huawei en territorio estadounidense, y la otra fue la pugna por la red social Tik tok, propiedad de los chinos, a quien USA acusó de estar espiándolos.

Para nadie es un secreto que la hegemonía del tío Sam la ha impuesto a fuerza de chantaje financiero y bajo amenaza de la fuerza militar, nadie es lo suficientemente ingenuo para pensar que el poderío norteamericano lo ha logrado precisamente con el uso de las más transparentes reglas de diplomacia mundial, si de algo ha adolecido el país del norte es precisamente de diplomacia pura; en otras palabras, tienen muy buenos diplomáticos que negocian con el cañón y la chequera debajo de la mesa, pero tanto el discurso como la retórica les ha favorecido  para que el mundo los vea como unos verdaderos “socios”.

Pero Donald Trump llegó para demostrarle al mundo que la gran potencia no está dispuesta a seguir siendo el gran benefactor del mundo (según su propio discurso) puesto que asegura que ellos (los norteamericanos) han servido y subsidiado a cientos de países y éstos no han sido lo suficientemente agradecidos; de hecho, han abusado de esa ayuda y por supuesto incluye a China en esa gran bolsa de destinatarios de la nueva estrategia de chantaje y presión para obligar a renegociar las condiciones actuales que el mundo tiene con ellos; sin embargo, si ya de por sí el mercado es lo suficientemente desigual en esa relación, imagínense que resultará de esta nueva “renegociación” al estilo Trump.

Todos sabemos que Trump llegó al poder para hacerse más rico de lo que ya es y, por supuesto, a los más cercanos de sus socios, sin importar que para ello deba doblegar al sistema democrático de la gran nación que llegó a ser Estados Unidos.  De hecho, su legado de ser el país de las libertades no fue acuñado en vano, la solidez de su sistema político, judicial y legislativo  y la división de estos tres poderes, hacía que todos se sintieran protegidos por un gran estado; parece que hoy eso está pasando a la historia, el motivo: la implantación de un modelo de gobierno que desprecia los valores, la ética, el respeto y, por supuesto, las mínimas normas de relaciones entre naciones y entre ciudadanos.  Para la muestra, las declaraciones en público de Mr. Trump luego de imponer un aumento de aranceles a diestra y siniestra a todos sus socios en donde literal dijo que: “Estaba esperando a que todos esos países le fueran a chupar el culo pidiéndole renegociar los aranceles”.  Todo un gamín al poder.

Pero Trump no contaba con la astucia de China, que no solo se le plantó amenazante, sino que le devolvió el golpe muy bien planeado, recordemos que el mayor acreedor de USA es China, quien es el dueño del 16,6 % del total de la deuda de Estados Unidos y cuyo mercado solo le representa un 14 %, pero en términos proporcionales y de dependencia no es tanto el tamaño de ese mercado sino los productos estratégicos que USA demanda de China y que son vitales para el desarrollo tecnológico y la industria militar y en carta blanca.   China no les teme.

Leí a muchos analistas criollos diciendo que había una gran oportunidad para Colombia para aprovechar ese mercado que deja la China en Estados Unidos. Aquí una lista de los productos: celulares, computadores, baterías, juguetes y equipos de telecomunicaciones. ¿Cómo es que los vamos a producir? 

Por: Eloy Gutiérrez Anaya.