El Hospital Rosario Pumarejo de López pareciera estar condenado a morir lentamente. La crisis de la más importante Empresa Social del Estado en el Cesar, se evidencia en la parálisis que desde hace un mes protagoniza el personal en todos los servicios. Somos ya cansados pero decidimos escribir y escribir. ¿Qué nos queda?
El Hospital Rosario Pumarejo de López pareciera estar condenado a morir lentamente. La crisis de la más importante Empresa Social del Estado en el Cesar, se evidencia en la parálisis que desde hace un mes protagoniza el personal en todos los servicios. Somos ya cansados pero decidimos escribir y escribir. ¿Qué nos queda?
La protesta la encabeza el cuerpo asistencial, pero a ella están unidos los administrativos y de otros servicios; en fin, toda la fuerza laboral que otrora lo hiciera grande, pero que por la abultada deuda por conceptos salariales sumado a la lánguida situaciónn económica por la llegada del coronavirus, paralizan el centro asistencial.
El único servicio habilitado es el de urgencias vitales. Al rompe, el Secretario de Salud del Cesar, Hernán Baquero, denunció que el cuerpo médico del ‘Rosario’ habría rechazado el reciente sábado a dos pacientes, el primero un anciano que venía en condición crítica desde La Jagua de Ibirico, y uno más que habría sido remitido desde la red pública municipal del HEAD sede del CDV también en delicadas condiciones. Ambos según lo dicho por el secretario habrían sido llevados a la Clínica de Alta Complejidad del Caribe, después de pasearlos por diferentes centros asistenciales de Valledupar.
La denuncia es grave. Sin embargo, los voceros de las protestas en el Rosario Pumarejo negaron la situación y de contera, considerando también otros aspectos claves de la negociación, respondieron al funcionario endureciendo la parálisis al encadenarse a sus sillas e iniciando una huelga de hambre en los accesos del Hospital.
“Seguimos en pie de lucha”, fue el grito de los manifestantes al tiempo que el Secretario de Salud, declaraba que como autoridad reguladora, ordenaría una investigación por los hechos, a los que calificó de inhumanos y poco éticos.
Ya nos habíamos pronunciado en este mismo espacio, con la preocupación que nos asiste pidiendo al departamento que se pagara la deuda que tiene con la ESE, así como gestionar las soluciones de giros de alivios que la Nación realiza a la red hospitalaria para hacer frente a la crisis por la pandemia y donde no se incluyó al hospital. Como también la puesta en funcionamiento de Ucis con todo y ventiladores mecánicos y no meras camas UCI; en verdad ya se está tocando fondo.
Mientras se ponen de acuerdo el Cesar supera los 3 mil 500 contagios de covid-19, de los cuales más de 2 mil 300 están en Valledupar y la cifra de muertes alcanza las 75. A todas luces, reconociendo el derecho a la protesta, no hay tiempo para las diferencias; la época de contención pasó y, aunque no se puede bajar en la prevención, hoy es vital la atención.
Entendíamos que las auditorías de estos días correspondían al corte y conciliación de cuentas necesarias para pagar por nación y gobernación y las EPS, algunas en liquidación bajo el control de la Superintendencia de Salud. Por lo que recomendamos entonces que la Secretaría de Salud día a día informe de los avances logrados, las posiciones de las partes; y podamos contrastarla con aquellas de los que realizan la protesta.
El Hospital Rosario Pumarejo de López pareciera estar condenado a morir lentamente. La crisis de la más importante Empresa Social del Estado en el Cesar, se evidencia en la parálisis que desde hace un mes protagoniza el personal en todos los servicios. Somos ya cansados pero decidimos escribir y escribir. ¿Qué nos queda?
El Hospital Rosario Pumarejo de López pareciera estar condenado a morir lentamente. La crisis de la más importante Empresa Social del Estado en el Cesar, se evidencia en la parálisis que desde hace un mes protagoniza el personal en todos los servicios. Somos ya cansados pero decidimos escribir y escribir. ¿Qué nos queda?
La protesta la encabeza el cuerpo asistencial, pero a ella están unidos los administrativos y de otros servicios; en fin, toda la fuerza laboral que otrora lo hiciera grande, pero que por la abultada deuda por conceptos salariales sumado a la lánguida situaciónn económica por la llegada del coronavirus, paralizan el centro asistencial.
El único servicio habilitado es el de urgencias vitales. Al rompe, el Secretario de Salud del Cesar, Hernán Baquero, denunció que el cuerpo médico del ‘Rosario’ habría rechazado el reciente sábado a dos pacientes, el primero un anciano que venía en condición crítica desde La Jagua de Ibirico, y uno más que habría sido remitido desde la red pública municipal del HEAD sede del CDV también en delicadas condiciones. Ambos según lo dicho por el secretario habrían sido llevados a la Clínica de Alta Complejidad del Caribe, después de pasearlos por diferentes centros asistenciales de Valledupar.
La denuncia es grave. Sin embargo, los voceros de las protestas en el Rosario Pumarejo negaron la situación y de contera, considerando también otros aspectos claves de la negociación, respondieron al funcionario endureciendo la parálisis al encadenarse a sus sillas e iniciando una huelga de hambre en los accesos del Hospital.
“Seguimos en pie de lucha”, fue el grito de los manifestantes al tiempo que el Secretario de Salud, declaraba que como autoridad reguladora, ordenaría una investigación por los hechos, a los que calificó de inhumanos y poco éticos.
Ya nos habíamos pronunciado en este mismo espacio, con la preocupación que nos asiste pidiendo al departamento que se pagara la deuda que tiene con la ESE, así como gestionar las soluciones de giros de alivios que la Nación realiza a la red hospitalaria para hacer frente a la crisis por la pandemia y donde no se incluyó al hospital. Como también la puesta en funcionamiento de Ucis con todo y ventiladores mecánicos y no meras camas UCI; en verdad ya se está tocando fondo.
Mientras se ponen de acuerdo el Cesar supera los 3 mil 500 contagios de covid-19, de los cuales más de 2 mil 300 están en Valledupar y la cifra de muertes alcanza las 75. A todas luces, reconociendo el derecho a la protesta, no hay tiempo para las diferencias; la época de contención pasó y, aunque no se puede bajar en la prevención, hoy es vital la atención.
Entendíamos que las auditorías de estos días correspondían al corte y conciliación de cuentas necesarias para pagar por nación y gobernación y las EPS, algunas en liquidación bajo el control de la Superintendencia de Salud. Por lo que recomendamos entonces que la Secretaría de Salud día a día informe de los avances logrados, las posiciones de las partes; y podamos contrastarla con aquellas de los que realizan la protesta.