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El Vallenato - 9 junio, 2019

“El Grammy Vallenato sí vale la pena”

Ante el continuo interrogante, planteado por periodistas e investigadores de la música vallenata, es importante darle las respuestas necesarias y enrutar este proceso de la Categoría Cumbia-Vallenato/Álbum por el camino que debe ser.

No es cierto que el logro de tener la Categoría Cumbia-Vallenato/Álbum sea mirado como una subcategoría dentro de los Premios Grammy Latinos.

Catalogarla así sería minimizar su conquista y la Academia Latina de la Grabación, ente que tiene la responsabilidad de su asidero y propagación no tiene categorías de segunda o tercera clase. Todas cumplen su cometido y dentro de la organización que las rige reciben el tratamiento que han logrado mantener.

En el caso del Vallenato es bueno hacer hincapié en lo siguiente: nunca, antes del nacimiento de la categoría, este género musical había sido tenido en cuenta dentro de esos inmensos premios, ya sea como participantes en una categoría o como protagonistas de una gala o exaltado algunos de sus personajes. A partir del nacimiento de la misma se han dado los siguientes hechos, que es bueno que nuestros lectores tengan en cuenta:

Al nacer la categoría Cumbia-Vallenato/Álbum entró el nombre de los artistas de Colombia en la baraja del premio de la música más importante que tiene el continente y el mundo como lo son los Grammy tanto americanos como latinos, sin dejar de lado que Carlos Vives y Egidio Cuadrado abrieron los caminos al ganar con los Clásicos de la Provincia, tres Grammy, uno americano y dos latinos con nuestra música vallenata, que crearon un excelente espacio para nuestro folclor. Sobre esa base, inicié todo el proceso de buscar una categoría como en efecto ocurrió y del que son testigo los artistas vallenatos, periodistas y agentes comerciales de nuestra música, hecho del que se pretendieron apoderar unas personas que no sudaron ese proceso y que le hicieron apología al hecho vivido por el famoso extravío de la Custodia de Badillo.

Este desatinado momento no fue óbice para que se ubicara el vallenato, un movimiento musical de gran fortaleza en Colombia, no solo por sus ventas, sino por su masificación en todos los medios de comunicación, las nuevas tecnologías y los grandes conciertos, situaciones que no son determinantes para otorgar el Grammy en la mencionada categoría.

Nunca antes se le había hecho un reconocimiento al vallenato como ocurrió después del surgimiento de esa categoría, al exaltar los nombres de personas como Rafael Escalona y Jorge Oñate, cuyas vidas artísticas han sido pilares que el camino que nuestra música tenga hoy día una gran fortaleza. Igual tener unos ganadores en esa categoría como lo son los hermanos Emiliano Alcides y Tomás Alfonso Zuleta Díaz; Jorge Celedón en cuatro ocasiones, con el acordeón de Jimmy Zambrano, Gustavo García, Sergio Luis Rodríguez; Peter Manjarres con dos juntos a los acordeoneros Sergio Luis Rodríguez y Emilianito Zuleta; Juan Carlos Coronel, Juan Piña y Rodrigo Rodríguez; Diomedes Díaz y Álvaro López; el artista Fonseca, con un producto homenaje al cantautor Diomedes Díaz; Felipe Peláez, y el más reciente Silvestre Dangond con su acordeonero Lucas Dangond.

Jorge Celedón

Producto de esa categoría, es importante destacar el hecho propiciado por la academia latina de la grabación, al hacerle un llamado a todos los músicos ejecutantes del acordeón, en sus distintas músicas locales que tiene nuestra América, situación lograda sin confrontarlos que elevó a nuestro género musical. Allí vimos a Emiliano Zuleta Díaz ejecutar instrumentalmente la obra de su padre Emiliano Zuleta Baquero, ‘La Gota Fría’. Sin embargo, no se han percatado en Colombia, hecho que lamento, por la mezquina visión de muchos medios de comunicación, artistas, investigadores, agremiaciones artísticas, casas disqueras, hayan contribuido a que no se haga más evidente esa conquista, pero la realidad que en la mano tenemos es que lo único que tiene Colombia seguro es la Categoría Cumbia-Vallenato/Álbum.

‘Poncho’ Zuleta.

Es evidente que a partir de la creación de la mencionada categoría, las otras músicas locales, que poco contaban en el contexto de ese premio, se han vuelto más visibles. Si no miremos lo logrado por artistas como Chocquibtown, Cholo Valderrama, entre otros, quienes alzan con orgullo un Grammy en defensa de su música.

Sumado a todos esos antecedentes, quiero decirles que los parámetros usados por la Academia Latina de la Grabación son claros y transparentes, sin dejar de lado, que pueden ocurrir errores propios de los seres humanos, “que a veces lo que no nos comemos, lo dañamos”, práctica usual en nuestro medio y que hace carrera en los dobles y triples discursos que se hacen sobre el tema del Grammy Vallenato, pero de lo que sí estoy seguro es que allá todos los productos que llegan dentro de la fecha límite de recepción son revisados minuciosamente por comités definidos en cada una de las categorías, que hasta el momento tienen esos premios.

Por lo tanto, cuando llega un producto musical se revisa el mismo como tal, sin la carga que muchos argumentan: “ventas de CD”, “fama”, “trayectoria”, sino lo que contiene el producto y es juzgado “solo por su contenido”. Luego el mismo se somete a la visión equivocada o acertada de los “Miembros Votantes” que tiene la academia, que son en este momento más de 8.000. Estos miembros votantes son los responsables, luego de la preselección (por los comités de categorías), de seleccionar cinco artistas por categoría y luego de uno como ganador de la misma.

Felipe Peláez.

Es bueno anotar que la Academia Latina de la Grabación no hace visible los nombres de las personas que son escogidas para esos comités, por razones obvias, para evitar la contaminación que suele ocurrir en estos casos, pero de lo que sí estoy seguro es que la mayoría de quienes lo conforman son personas probas y ejemplo de transparencia, quienes han estado cada vez que los requiere el ente organizador, en el trabajo arduo de selección de muchos productos vallenatos.

No es cierto que la Academia omite cualquier estrategia de promoción frente a nuestra categoría Cumbia-Vallenato/Álbum, ya que cada vez que expone los nominados aparece la categoría como tal. Es importante hacer notar que esta categoría no se hizo para grandes o nacientes artistas, en el caso del vallenato. No, todo lo contrario; la misma tiene todas las aperturas posibles, ya que cualquier artista, consagrado o nuevo, puede inscribir su producto a través de su casa disquera o de manera independiente y sujetarse a los reglamentos que tiene la Academia Latina de la Grabación.

Si todo lo expuesto está sustentado por la verdad, no lo es menos, lo siguiente, que es donde creo radica el problema de esta categoría:
La mayoría de las personas que hacen parte de los medios de comunicación, investigadores, artistas vallenatos y de otros géneros, se han dedicado a subestimar lo logrado y en el caso de los artistas vallenatos pierden el tiempo en pobres comentarios y no se organizan, mucho menos quienes le acompañan.

Al artista colombiano, y en especial a los vallenatos, en la mayoría de los casos le duele el triunfo del otro, lo que ha generado una postura muy feudal frente a lo que significa el Premio Grammy para el mundo de la música y quien lo gana.

Las casas disqueras, con contadas excepciones, andan algarete y no han mirado con seriedad el tema de sus artistas y ante todo el de la naciente Categoría Cumbia-Vallenato/Álbum. Nada más se les escucha hablar mal de ese logro y no construyen mejores caminos para mejorar la imagen de sus artistas.

Diomedes Díaz.

A los medios de comunicación les resulta más rentable hacer crónicas y reportajes con géneros externos que con los colombianos. Este hecho está más que probado a lo largo de la historia del arte nacional, en donde hay varios elementos visibles: a la radio, prensa y televisión les gusta más lo extranjero que lo nacional, que nuestros artistas poco o nada hacen para mejorar su comportamiento, que siempre deja mucho que desear. Poco protagonismo de las agremiaciones, que tienen que ver con los derechos de autor y conexos en Colombia.

Que los artistas vallenatos no han querido mirar más allá de “la confrontación” que implica estar en una tarima o producir un producto musical, mientras la relación entre ellos está más sujeta a ganarle a como dé lugar al otro y no de construir mejores conquistas, para un género musical que debe estar mejor, pero que ese pugilato sin sentido que desarrollan resta cada vez más la posibilidad de ver un gremio solidario y unido frente a grandes propósitos sociales. Necesitamos transformar la postura de ellos, en donde podamos encontramos artistas que hablen bien de sus colegas. No es raro encontrar una vorágine de comentarios, que en vez de sumar, restan.

Fonseca.

No queremos a un artista vallenato o de otros géneros enviando malos comentarios a la Academia contra el nominado o ganador de la Categoría Cumbia-Vallenato/Álbum, sino proponiendo hechos positivos y organizándose él y a quienes le acompañan, no solo como miembros de ese ente que organiza los Premios Grammy Latinos sino en el tema de un justo pago por presentación a sus compañeros de formula musical, este es un tema que sigue oliendo a mal y que si no se organiza como tal, tendrá las consecuencias fiscales y sociales que debe tener ese mal acto.

Que la radio, en especial, se dedicó a construir el edificio de “la payola” en detrimento de nuestra música nacional y en especial del Vallenato, en donde el artista vallenato y sus compositores han puesto los ladrillos para que ellos, se llenen los bolsillos a costa de la divulgación de la mala, regular o en pocos casos de la buena mercancía que se está produciendo en varios frentes de la música colombiana.

El problema artístico de Colombia es cultural y como tal debemos analizarlos en un gran debate nacional, con todas las partes involucradas y solo así, podemos construir unas verdaderas políticas públicas culturales que beneficien más a los artistas y no, a los entes que les aglutina.

Desarrollar la gratitud como un don preciado. Bien lo dijo Emiliano con su acordeón al pecho, cuando aparecieron gestores que se quisieron abrogar la lucha creada y sostenida por mí, para lograr esa categoría que tanto bien le ha hecho al vallenato en esos reconocidos premios:

“Hay que recocer y no echar al olvido/ que esa dura batalla fue de Félix Carrillo/ sino fuera por él no habría Grammy Latino”
*Escritor, periodista, compositor, productor musical, gestor cultural, para que el vallenato tenga la categoría Cumbia-Vallenato/Álbum en los Premios Grammy Latinos.

Por Félix Carrillo Hinojosa / EL PILÓN

El Vallenato
9 junio, 2019

“El Grammy Vallenato sí vale la pena”

Ante el continuo interrogante, planteado por periodistas e investigadores de la música vallenata, es importante darle las respuestas necesarias y enrutar este proceso de la Categoría Cumbia-Vallenato/Álbum por el camino que debe ser.


No es cierto que el logro de tener la Categoría Cumbia-Vallenato/Álbum sea mirado como una subcategoría dentro de los Premios Grammy Latinos.

Catalogarla así sería minimizar su conquista y la Academia Latina de la Grabación, ente que tiene la responsabilidad de su asidero y propagación no tiene categorías de segunda o tercera clase. Todas cumplen su cometido y dentro de la organización que las rige reciben el tratamiento que han logrado mantener.

En el caso del Vallenato es bueno hacer hincapié en lo siguiente: nunca, antes del nacimiento de la categoría, este género musical había sido tenido en cuenta dentro de esos inmensos premios, ya sea como participantes en una categoría o como protagonistas de una gala o exaltado algunos de sus personajes. A partir del nacimiento de la misma se han dado los siguientes hechos, que es bueno que nuestros lectores tengan en cuenta:

Al nacer la categoría Cumbia-Vallenato/Álbum entró el nombre de los artistas de Colombia en la baraja del premio de la música más importante que tiene el continente y el mundo como lo son los Grammy tanto americanos como latinos, sin dejar de lado que Carlos Vives y Egidio Cuadrado abrieron los caminos al ganar con los Clásicos de la Provincia, tres Grammy, uno americano y dos latinos con nuestra música vallenata, que crearon un excelente espacio para nuestro folclor. Sobre esa base, inicié todo el proceso de buscar una categoría como en efecto ocurrió y del que son testigo los artistas vallenatos, periodistas y agentes comerciales de nuestra música, hecho del que se pretendieron apoderar unas personas que no sudaron ese proceso y que le hicieron apología al hecho vivido por el famoso extravío de la Custodia de Badillo.

Este desatinado momento no fue óbice para que se ubicara el vallenato, un movimiento musical de gran fortaleza en Colombia, no solo por sus ventas, sino por su masificación en todos los medios de comunicación, las nuevas tecnologías y los grandes conciertos, situaciones que no son determinantes para otorgar el Grammy en la mencionada categoría.

Nunca antes se le había hecho un reconocimiento al vallenato como ocurrió después del surgimiento de esa categoría, al exaltar los nombres de personas como Rafael Escalona y Jorge Oñate, cuyas vidas artísticas han sido pilares que el camino que nuestra música tenga hoy día una gran fortaleza. Igual tener unos ganadores en esa categoría como lo son los hermanos Emiliano Alcides y Tomás Alfonso Zuleta Díaz; Jorge Celedón en cuatro ocasiones, con el acordeón de Jimmy Zambrano, Gustavo García, Sergio Luis Rodríguez; Peter Manjarres con dos juntos a los acordeoneros Sergio Luis Rodríguez y Emilianito Zuleta; Juan Carlos Coronel, Juan Piña y Rodrigo Rodríguez; Diomedes Díaz y Álvaro López; el artista Fonseca, con un producto homenaje al cantautor Diomedes Díaz; Felipe Peláez, y el más reciente Silvestre Dangond con su acordeonero Lucas Dangond.

Jorge Celedón

Producto de esa categoría, es importante destacar el hecho propiciado por la academia latina de la grabación, al hacerle un llamado a todos los músicos ejecutantes del acordeón, en sus distintas músicas locales que tiene nuestra América, situación lograda sin confrontarlos que elevó a nuestro género musical. Allí vimos a Emiliano Zuleta Díaz ejecutar instrumentalmente la obra de su padre Emiliano Zuleta Baquero, ‘La Gota Fría’. Sin embargo, no se han percatado en Colombia, hecho que lamento, por la mezquina visión de muchos medios de comunicación, artistas, investigadores, agremiaciones artísticas, casas disqueras, hayan contribuido a que no se haga más evidente esa conquista, pero la realidad que en la mano tenemos es que lo único que tiene Colombia seguro es la Categoría Cumbia-Vallenato/Álbum.

‘Poncho’ Zuleta.

Es evidente que a partir de la creación de la mencionada categoría, las otras músicas locales, que poco contaban en el contexto de ese premio, se han vuelto más visibles. Si no miremos lo logrado por artistas como Chocquibtown, Cholo Valderrama, entre otros, quienes alzan con orgullo un Grammy en defensa de su música.

Sumado a todos esos antecedentes, quiero decirles que los parámetros usados por la Academia Latina de la Grabación son claros y transparentes, sin dejar de lado, que pueden ocurrir errores propios de los seres humanos, “que a veces lo que no nos comemos, lo dañamos”, práctica usual en nuestro medio y que hace carrera en los dobles y triples discursos que se hacen sobre el tema del Grammy Vallenato, pero de lo que sí estoy seguro es que allá todos los productos que llegan dentro de la fecha límite de recepción son revisados minuciosamente por comités definidos en cada una de las categorías, que hasta el momento tienen esos premios.

Por lo tanto, cuando llega un producto musical se revisa el mismo como tal, sin la carga que muchos argumentan: “ventas de CD”, “fama”, “trayectoria”, sino lo que contiene el producto y es juzgado “solo por su contenido”. Luego el mismo se somete a la visión equivocada o acertada de los “Miembros Votantes” que tiene la academia, que son en este momento más de 8.000. Estos miembros votantes son los responsables, luego de la preselección (por los comités de categorías), de seleccionar cinco artistas por categoría y luego de uno como ganador de la misma.

Felipe Peláez.

Es bueno anotar que la Academia Latina de la Grabación no hace visible los nombres de las personas que son escogidas para esos comités, por razones obvias, para evitar la contaminación que suele ocurrir en estos casos, pero de lo que sí estoy seguro es que la mayoría de quienes lo conforman son personas probas y ejemplo de transparencia, quienes han estado cada vez que los requiere el ente organizador, en el trabajo arduo de selección de muchos productos vallenatos.

No es cierto que la Academia omite cualquier estrategia de promoción frente a nuestra categoría Cumbia-Vallenato/Álbum, ya que cada vez que expone los nominados aparece la categoría como tal. Es importante hacer notar que esta categoría no se hizo para grandes o nacientes artistas, en el caso del vallenato. No, todo lo contrario; la misma tiene todas las aperturas posibles, ya que cualquier artista, consagrado o nuevo, puede inscribir su producto a través de su casa disquera o de manera independiente y sujetarse a los reglamentos que tiene la Academia Latina de la Grabación.

Si todo lo expuesto está sustentado por la verdad, no lo es menos, lo siguiente, que es donde creo radica el problema de esta categoría:
La mayoría de las personas que hacen parte de los medios de comunicación, investigadores, artistas vallenatos y de otros géneros, se han dedicado a subestimar lo logrado y en el caso de los artistas vallenatos pierden el tiempo en pobres comentarios y no se organizan, mucho menos quienes le acompañan.

Al artista colombiano, y en especial a los vallenatos, en la mayoría de los casos le duele el triunfo del otro, lo que ha generado una postura muy feudal frente a lo que significa el Premio Grammy para el mundo de la música y quien lo gana.

Las casas disqueras, con contadas excepciones, andan algarete y no han mirado con seriedad el tema de sus artistas y ante todo el de la naciente Categoría Cumbia-Vallenato/Álbum. Nada más se les escucha hablar mal de ese logro y no construyen mejores caminos para mejorar la imagen de sus artistas.

Diomedes Díaz.

A los medios de comunicación les resulta más rentable hacer crónicas y reportajes con géneros externos que con los colombianos. Este hecho está más que probado a lo largo de la historia del arte nacional, en donde hay varios elementos visibles: a la radio, prensa y televisión les gusta más lo extranjero que lo nacional, que nuestros artistas poco o nada hacen para mejorar su comportamiento, que siempre deja mucho que desear. Poco protagonismo de las agremiaciones, que tienen que ver con los derechos de autor y conexos en Colombia.

Que los artistas vallenatos no han querido mirar más allá de “la confrontación” que implica estar en una tarima o producir un producto musical, mientras la relación entre ellos está más sujeta a ganarle a como dé lugar al otro y no de construir mejores conquistas, para un género musical que debe estar mejor, pero que ese pugilato sin sentido que desarrollan resta cada vez más la posibilidad de ver un gremio solidario y unido frente a grandes propósitos sociales. Necesitamos transformar la postura de ellos, en donde podamos encontramos artistas que hablen bien de sus colegas. No es raro encontrar una vorágine de comentarios, que en vez de sumar, restan.

Fonseca.

No queremos a un artista vallenato o de otros géneros enviando malos comentarios a la Academia contra el nominado o ganador de la Categoría Cumbia-Vallenato/Álbum, sino proponiendo hechos positivos y organizándose él y a quienes le acompañan, no solo como miembros de ese ente que organiza los Premios Grammy Latinos sino en el tema de un justo pago por presentación a sus compañeros de formula musical, este es un tema que sigue oliendo a mal y que si no se organiza como tal, tendrá las consecuencias fiscales y sociales que debe tener ese mal acto.

Que la radio, en especial, se dedicó a construir el edificio de “la payola” en detrimento de nuestra música nacional y en especial del Vallenato, en donde el artista vallenato y sus compositores han puesto los ladrillos para que ellos, se llenen los bolsillos a costa de la divulgación de la mala, regular o en pocos casos de la buena mercancía que se está produciendo en varios frentes de la música colombiana.

El problema artístico de Colombia es cultural y como tal debemos analizarlos en un gran debate nacional, con todas las partes involucradas y solo así, podemos construir unas verdaderas políticas públicas culturales que beneficien más a los artistas y no, a los entes que les aglutina.

Desarrollar la gratitud como un don preciado. Bien lo dijo Emiliano con su acordeón al pecho, cuando aparecieron gestores que se quisieron abrogar la lucha creada y sostenida por mí, para lograr esa categoría que tanto bien le ha hecho al vallenato en esos reconocidos premios:

“Hay que recocer y no echar al olvido/ que esa dura batalla fue de Félix Carrillo/ sino fuera por él no habría Grammy Latino”
*Escritor, periodista, compositor, productor musical, gestor cultural, para que el vallenato tenga la categoría Cumbia-Vallenato/Álbum en los Premios Grammy Latinos.

Por Félix Carrillo Hinojosa / EL PILÓN