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Columnista - 25 marzo, 2014

El gallo robado

“De esa cuerda tan famosa que tiene allá en Pivijay, que le ha dado tanta gloria a don Vicente Caballero, fue escogido un brioso pollo de talla muy singular pa ponerle el mismo nombre de un amigo parrandero, y don Vicente a mi me cuenta que le puso Poncho Zuleta” Tenemos presente el aparte que […]

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“De esa cuerda tan famosa que tiene allá en Pivijay, que le ha dado tanta gloria a don Vicente Caballero, fue escogido un brioso pollo de talla muy singular pa ponerle el mismo nombre de un amigo parrandero, y don Vicente a mi me cuenta que le puso Poncho Zuleta”

Tenemos presente el aparte que antecede de la canción de la autoría del coleccionista de música y catedrático vallenatologo Julio Oñate Martínez titulada “La muerte del buen amigo”, incluida por los Hermanos Zuleta en el L.P. “Rio crecido” en el año 1974 a propósito de la vaina que sucedió con un brioso gallo de propiedad del colega y amigo Henny Márquez González, Procurador Judicial en Valledupar y gallero de convicción, muy conocido, porque en sus carros coloca un grandísimo letrero “daña plante” en el que avisa con corazón incluido que el ama a su esposa Esperanza para que todas sepan que es fósforo Globo, que solo prende con su cajeta.

Resulta que ese juicioso cuchacho con quien compartimos muchos momentos agradables durante tres años en Valledupar, tenía un gallo al que hacía llamar “yo si mato”, porque no había rival al que no le clavara el tiro de morcillera, con una habilidad inigualable con el pico y la espuela convertido en el terror de todas las cuerdas de Riohacha y sus alrededores, llevaba ganadas tantas peleas que el dueño no vivía del sueldo sino del instinto criminal criminal del animal y cómo les parece que el dos de febrero reciente pasado, Henny llegó con su gallo a la gallera de Riohacha y desde luego, cuando lo vieron entrar el revuelo fue general, enseguida se regó la información que ese ejemplar más peligroso que clavo en tobogán estaba en el escenario, hasta los otros gallos se asustaron, comenzaron a cantar pero de físico miedo; pues bien, él lo ubicó en el guacal asignado, y comenzó a saludar a sus amigos.

Todo iba maravillosamente bien hasta cuando le tocó el turno de pelear y lo fueron a buscar, fue cuando el orgulloso propietario con el alma fría y desconsolado se enteró, que allí de vaina estaban las plumas, se lo habían robado!, y a pesar de que el Doctor Márquez dijo que si no aparecía habría una mortandad nunca apareció, la conmoción fue general, él se ofreció en canje a los posibles secuestradores y nada, ofreció recompensa y gracias a eso, días después le llegó la información que lo tenían indocumentado en Venezuela, que ya no se llamaba “Yo si mato”, sino “Bolivariano”, pero no sabían sus nuevos dueños un detalle, que tenía un ojo verde y otro azulejo, y así se les cayó el negocio, porque cometieron el error de traerlo a pelear en una gallera de Maicao y por su fama de asesino lo conocían, y la información llegó al dueño de la gallera donde se produjo el robo y se desplazó hasta allá y lo rescató.

He sabido, que Henny anda en trámites de cancillería para lograr la extradición de quienes tuvieron la osadía de ‘Yo si mato’ que le produce la platica para girarle a Renata que está en Paris y los otros dos muchachos en Argentina y Bogotá, mejor dicho al otro papá de la casa.

Columnista
25 marzo, 2014

El gallo robado

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Eduardo Acosta Medina

“De esa cuerda tan famosa que tiene allá en Pivijay, que le ha dado tanta gloria a don Vicente Caballero, fue escogido un brioso pollo de talla muy singular pa ponerle el mismo nombre de un amigo parrandero, y don Vicente a mi me cuenta que le puso Poncho Zuleta” Tenemos presente el aparte que […]


“De esa cuerda tan famosa que tiene allá en Pivijay, que le ha dado tanta gloria a don Vicente Caballero, fue escogido un brioso pollo de talla muy singular pa ponerle el mismo nombre de un amigo parrandero, y don Vicente a mi me cuenta que le puso Poncho Zuleta”

Tenemos presente el aparte que antecede de la canción de la autoría del coleccionista de música y catedrático vallenatologo Julio Oñate Martínez titulada “La muerte del buen amigo”, incluida por los Hermanos Zuleta en el L.P. “Rio crecido” en el año 1974 a propósito de la vaina que sucedió con un brioso gallo de propiedad del colega y amigo Henny Márquez González, Procurador Judicial en Valledupar y gallero de convicción, muy conocido, porque en sus carros coloca un grandísimo letrero “daña plante” en el que avisa con corazón incluido que el ama a su esposa Esperanza para que todas sepan que es fósforo Globo, que solo prende con su cajeta.

Resulta que ese juicioso cuchacho con quien compartimos muchos momentos agradables durante tres años en Valledupar, tenía un gallo al que hacía llamar “yo si mato”, porque no había rival al que no le clavara el tiro de morcillera, con una habilidad inigualable con el pico y la espuela convertido en el terror de todas las cuerdas de Riohacha y sus alrededores, llevaba ganadas tantas peleas que el dueño no vivía del sueldo sino del instinto criminal criminal del animal y cómo les parece que el dos de febrero reciente pasado, Henny llegó con su gallo a la gallera de Riohacha y desde luego, cuando lo vieron entrar el revuelo fue general, enseguida se regó la información que ese ejemplar más peligroso que clavo en tobogán estaba en el escenario, hasta los otros gallos se asustaron, comenzaron a cantar pero de físico miedo; pues bien, él lo ubicó en el guacal asignado, y comenzó a saludar a sus amigos.

Todo iba maravillosamente bien hasta cuando le tocó el turno de pelear y lo fueron a buscar, fue cuando el orgulloso propietario con el alma fría y desconsolado se enteró, que allí de vaina estaban las plumas, se lo habían robado!, y a pesar de que el Doctor Márquez dijo que si no aparecía habría una mortandad nunca apareció, la conmoción fue general, él se ofreció en canje a los posibles secuestradores y nada, ofreció recompensa y gracias a eso, días después le llegó la información que lo tenían indocumentado en Venezuela, que ya no se llamaba “Yo si mato”, sino “Bolivariano”, pero no sabían sus nuevos dueños un detalle, que tenía un ojo verde y otro azulejo, y así se les cayó el negocio, porque cometieron el error de traerlo a pelear en una gallera de Maicao y por su fama de asesino lo conocían, y la información llegó al dueño de la gallera donde se produjo el robo y se desplazó hasta allá y lo rescató.

He sabido, que Henny anda en trámites de cancillería para lograr la extradición de quienes tuvieron la osadía de ‘Yo si mato’ que le produce la platica para girarle a Renata que está en Paris y los otros dos muchachos en Argentina y Bogotá, mejor dicho al otro papá de la casa.