En medio de tantas dificultades y en pleno proceso de reacomodamiento pospandemia, la gente necesita alicientes o motivos que le ayuden a disipar las penas. El deporte, en especial el fútbol, cumple esa función como terapia social. El fútbol siempre hará falta como mecanismo necesario para conectar culturalmente a países, regiones, ciudades y pueblos, son […]
En medio de tantas dificultades y en pleno proceso de reacomodamiento pospandemia, la gente necesita alicientes o motivos que le ayuden a disipar las penas. El deporte, en especial el fútbol, cumple esa función como terapia social.
El fútbol siempre hará falta como mecanismo necesario para conectar culturalmente a países, regiones, ciudades y pueblos, son muchos los aspectos positivos que permite este deporte para que la gente, por momentos, se olvide de sus problemas y de las afugias del día a día.
Con la llegada de un nuevo técnico y la vinculación de jóvenes figuras a la Selección de Fútbol de Colombia son muchas las ilusiones que se han avivado para el pueblo colombiano en cuanto al futuro del balompié nacional.
La convocatoria de jugadores, tanto nuevos como viejos, a la Selección Colombia y el desarrollo de dos partidos amistosos fueron insumos suficientes para que muchos volvieran a esa dinámica de armar tertulias para hacer análisis futbolísticos, apuestas deportivas y a soñar con volver a tener un glorioso equipo colombiano.
Lo importante es que el pueblo tenga motivos para sueños colectivos y si a través del fútbol eso es posible entonces bienvenido sea este emocionante deporte a nivel a de la selección nacional.
Con la nueva era de la selección surge la esperanza de volver a un mundial, el proceso es largo y apenas comienza, ya hubo dos pruebas pilotos que, según los analistas y expertos en la materia, Colombia será protagonista en los próximos torneos internacionales con miras a la cita mundialista posterior a la de Qatar 2022.
Por supuesto que los dos recientes partidos amistosos de Colombia dejan balances para analizar, según la prensa especializada, a los jugadores veteranos no les fue muy bien y eso obligaría a replantear las próximas convocatorias, máxime cuando a los nuevos futbolistas las cosas le resultaron mejor y dieron resultados con juego productivo y goles. Entre tanto, James se volvió a lesionar y volvería a la inactividad en la que ha estado en los últimos años.
Esas emociones e ilusiones del fútbol también se despiertan en el campo regional, los costeños siempre estamos a la expectativa de que el Junior de Barranquilla, el cuadro más representativo y competitivo de la Costa Caribe, se meta a ‘la pelea’ de los ocho finalistas de cada torneo y que además de eso conquiste nuevos títulos para esta región.
Claro que también existen muchos otros equipos de la Costa Caribe que también tienen su público que los sigue y se mantiene expectante a sus resultados, eso aumenta el nivel de entusiasmo que genera el fútbol.
Para el caso de Valledupar las cosas en el fútbol no andan bien, el equipo considerado vallenato está en el abismo de la tabla de resultados y ya para el presente torneo no alberga ninguna esperanza de clasificación, a pesar de ello ahí está un público que siempre lo apoya, no en la proporción ideal que se esperaría, pero el respaldo en las gradas no falla.
El Valledupar Fútbol Club acaba de ser sancionado por parte del comité disciplinario de la Dimayor con cuatro fechas de suspensión de la plaza, una multa de 15 millones de pesos y la pérdida de los puntos, tras los hechos presentados el pasado sábado durante el partido disputado contra Leones por la fecha 14.
El fútbol siempre hará falta y por ende al cuadro vallenato hay que seguirlo respaldando, ojalá también desde la institucionalidad.
En medio de tantas dificultades y en pleno proceso de reacomodamiento pospandemia, la gente necesita alicientes o motivos que le ayuden a disipar las penas. El deporte, en especial el fútbol, cumple esa función como terapia social. El fútbol siempre hará falta como mecanismo necesario para conectar culturalmente a países, regiones, ciudades y pueblos, son […]
En medio de tantas dificultades y en pleno proceso de reacomodamiento pospandemia, la gente necesita alicientes o motivos que le ayuden a disipar las penas. El deporte, en especial el fútbol, cumple esa función como terapia social.
El fútbol siempre hará falta como mecanismo necesario para conectar culturalmente a países, regiones, ciudades y pueblos, son muchos los aspectos positivos que permite este deporte para que la gente, por momentos, se olvide de sus problemas y de las afugias del día a día.
Con la llegada de un nuevo técnico y la vinculación de jóvenes figuras a la Selección de Fútbol de Colombia son muchas las ilusiones que se han avivado para el pueblo colombiano en cuanto al futuro del balompié nacional.
La convocatoria de jugadores, tanto nuevos como viejos, a la Selección Colombia y el desarrollo de dos partidos amistosos fueron insumos suficientes para que muchos volvieran a esa dinámica de armar tertulias para hacer análisis futbolísticos, apuestas deportivas y a soñar con volver a tener un glorioso equipo colombiano.
Lo importante es que el pueblo tenga motivos para sueños colectivos y si a través del fútbol eso es posible entonces bienvenido sea este emocionante deporte a nivel a de la selección nacional.
Con la nueva era de la selección surge la esperanza de volver a un mundial, el proceso es largo y apenas comienza, ya hubo dos pruebas pilotos que, según los analistas y expertos en la materia, Colombia será protagonista en los próximos torneos internacionales con miras a la cita mundialista posterior a la de Qatar 2022.
Por supuesto que los dos recientes partidos amistosos de Colombia dejan balances para analizar, según la prensa especializada, a los jugadores veteranos no les fue muy bien y eso obligaría a replantear las próximas convocatorias, máxime cuando a los nuevos futbolistas las cosas le resultaron mejor y dieron resultados con juego productivo y goles. Entre tanto, James se volvió a lesionar y volvería a la inactividad en la que ha estado en los últimos años.
Esas emociones e ilusiones del fútbol también se despiertan en el campo regional, los costeños siempre estamos a la expectativa de que el Junior de Barranquilla, el cuadro más representativo y competitivo de la Costa Caribe, se meta a ‘la pelea’ de los ocho finalistas de cada torneo y que además de eso conquiste nuevos títulos para esta región.
Claro que también existen muchos otros equipos de la Costa Caribe que también tienen su público que los sigue y se mantiene expectante a sus resultados, eso aumenta el nivel de entusiasmo que genera el fútbol.
Para el caso de Valledupar las cosas en el fútbol no andan bien, el equipo considerado vallenato está en el abismo de la tabla de resultados y ya para el presente torneo no alberga ninguna esperanza de clasificación, a pesar de ello ahí está un público que siempre lo apoya, no en la proporción ideal que se esperaría, pero el respaldo en las gradas no falla.
El Valledupar Fútbol Club acaba de ser sancionado por parte del comité disciplinario de la Dimayor con cuatro fechas de suspensión de la plaza, una multa de 15 millones de pesos y la pérdida de los puntos, tras los hechos presentados el pasado sábado durante el partido disputado contra Leones por la fecha 14.
El fútbol siempre hará falta y por ende al cuadro vallenato hay que seguirlo respaldando, ojalá también desde la institucionalidad.