El Estatuto de Oposición llega para fortalecer la democracia y salvaguardar los recursos y las políticas públicas, ya no solo a nivel nacional sino también territorial. Con el naciente estatuto en Colombia que empezó a regir a partir de la posesión como presidente de la República de Iván Duque, se empieza a saldar la enorme […]
El Estatuto de Oposición llega para fortalecer la democracia y salvaguardar los recursos y las políticas públicas, ya no solo a nivel nacional sino también territorial. Con el naciente estatuto en Colombia que empezó a regir a partir de la posesión como presidente de la República de Iván Duque, se empieza a saldar la enorme deuda con las regiones en temas de balanza, equidad política y democrática. Si bien estamos acostumbrados a ver en estas coyunturas políticas de los últimos tiempos en Colombia a líderes, ONG, académicos, gremios, periodistas y hasta personas del común arreglándoselas por si mismos o buscando una plataforma de comunicación, ya fuese a través de los medios o redes sociales para combatir decisiones administrativas y/o políticas públicas que no eran favorables a su interés a nivel nacional, en los territorios prácticamente era poco o nada lo que podíamos hacer. Los dirigentes políticos regionales que son elegidos para el cuatrienio gobiernan de manera libre y sin preocupaciones, casi que solos e independientes únicamente con su equipo y fuerza electoral, dejando a sus contrincantes u opositores, como decimos coloquialmente en la costa, “despachando desde la tienda de su casa”. Era más difícil para quienes no comulgan con sus ideas acceder a la prensa, los micrófonos y hasta la información pública, para realizar el deber de la oposición. En los municipios más caótico por lo pequeños y de más dominación. Solo quedaba de parte de los entes de control fiscal y disciplinario lo poco que se podía ejercer, entidades que siguen siendo de fácil acceso para el gobernante local que impide en muchas ocasiones el curso de los procesos para el esclarecimiento de cualquier decisión que se podía considerar incorrecta. Todas esas situaciones que ponían en déficit la democracia y transparencia de donde se ejerce el poder descentralizado, al parecer quedarán en el pasado de la historia política de las regiones en todo el territorio nacional colombiano. El Estatuto de Oposición garantiza que los candidatos que les sigan en votos a quienes queden elegidos en cargos territoriales de elección popular podrán ocupar un espacio en las asambleas y consejos municipales, cosa que recibo con gran jolgorio ya que estos podrán ejercer libremente el derecho a la oposición. Considero absolutamente positivo todos los lineamientos y normas allí plasmadas, en donde hay gran parte de lo mucho que a nivel regional necesitábamos realizar para garantizar una voz y un espacio a esos líderes que no están de acuerdo con las políticas de sus contrincantes con quienes fueron derrotados en las urnas. Pienso que para la democracia es vital que haya una balanza de quienes administrarán los recursos públicos, como lo ampara la constitución, las leyes, y que también sean escuchados los argumentos, ideas, denuncias y debates de quienes no estén de acuerdo y crean que hay unas mejores vías para realizarlas. Es por eso que con este paso con el que debimos haber avanzado hace muchos años se abre el debate para avanzar en materia democrática en los territorios del país, será algo con muchas ventajas a la hora de aplicar el presupuesto y sean implementadas las políticas públicas que finalmente van a ser o no beneficiosas para todos los ciudadanos. Esto traerá la consolidación de la democracia no solo en la capital donde siempre ha existido el control político donde está el poder central, sino también en los departamentos y municipios que buena falta sí nos hacía.
El Estatuto de Oposición llega para fortalecer la democracia y salvaguardar los recursos y las políticas públicas, ya no solo a nivel nacional sino también territorial. Con el naciente estatuto en Colombia que empezó a regir a partir de la posesión como presidente de la República de Iván Duque, se empieza a saldar la enorme […]
El Estatuto de Oposición llega para fortalecer la democracia y salvaguardar los recursos y las políticas públicas, ya no solo a nivel nacional sino también territorial. Con el naciente estatuto en Colombia que empezó a regir a partir de la posesión como presidente de la República de Iván Duque, se empieza a saldar la enorme deuda con las regiones en temas de balanza, equidad política y democrática. Si bien estamos acostumbrados a ver en estas coyunturas políticas de los últimos tiempos en Colombia a líderes, ONG, académicos, gremios, periodistas y hasta personas del común arreglándoselas por si mismos o buscando una plataforma de comunicación, ya fuese a través de los medios o redes sociales para combatir decisiones administrativas y/o políticas públicas que no eran favorables a su interés a nivel nacional, en los territorios prácticamente era poco o nada lo que podíamos hacer. Los dirigentes políticos regionales que son elegidos para el cuatrienio gobiernan de manera libre y sin preocupaciones, casi que solos e independientes únicamente con su equipo y fuerza electoral, dejando a sus contrincantes u opositores, como decimos coloquialmente en la costa, “despachando desde la tienda de su casa”. Era más difícil para quienes no comulgan con sus ideas acceder a la prensa, los micrófonos y hasta la información pública, para realizar el deber de la oposición. En los municipios más caótico por lo pequeños y de más dominación. Solo quedaba de parte de los entes de control fiscal y disciplinario lo poco que se podía ejercer, entidades que siguen siendo de fácil acceso para el gobernante local que impide en muchas ocasiones el curso de los procesos para el esclarecimiento de cualquier decisión que se podía considerar incorrecta. Todas esas situaciones que ponían en déficit la democracia y transparencia de donde se ejerce el poder descentralizado, al parecer quedarán en el pasado de la historia política de las regiones en todo el territorio nacional colombiano. El Estatuto de Oposición garantiza que los candidatos que les sigan en votos a quienes queden elegidos en cargos territoriales de elección popular podrán ocupar un espacio en las asambleas y consejos municipales, cosa que recibo con gran jolgorio ya que estos podrán ejercer libremente el derecho a la oposición. Considero absolutamente positivo todos los lineamientos y normas allí plasmadas, en donde hay gran parte de lo mucho que a nivel regional necesitábamos realizar para garantizar una voz y un espacio a esos líderes que no están de acuerdo con las políticas de sus contrincantes con quienes fueron derrotados en las urnas. Pienso que para la democracia es vital que haya una balanza de quienes administrarán los recursos públicos, como lo ampara la constitución, las leyes, y que también sean escuchados los argumentos, ideas, denuncias y debates de quienes no estén de acuerdo y crean que hay unas mejores vías para realizarlas. Es por eso que con este paso con el que debimos haber avanzado hace muchos años se abre el debate para avanzar en materia democrática en los territorios del país, será algo con muchas ventajas a la hora de aplicar el presupuesto y sean implementadas las políticas públicas que finalmente van a ser o no beneficiosas para todos los ciudadanos. Esto traerá la consolidación de la democracia no solo en la capital donde siempre ha existido el control político donde está el poder central, sino también en los departamentos y municipios que buena falta sí nos hacía.