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Columnista - 18 noviembre, 2021

El festival de la alegría

Estuve en radio Guatapurí, en compañía del director del SENA regional Cesar, Jesús Namen Chavarro, fuimos entrevistados por Andrés, el hijo de la siempre recordada cacica Consuelo Araujo Noguera (q.e.p.d.).  Con un estilo de diestro espadachín de la palabra, Andrés me soltó la pregunta del millón: mi opinión sobre el pasado festival. De inmediato eché […]

Estuve en radio Guatapurí, en compañía del director del SENA regional Cesar, Jesús Namen Chavarro, fuimos entrevistados por Andrés, el hijo de la siempre recordada cacica Consuelo Araujo Noguera (q.e.p.d.). 

Con un estilo de diestro espadachín de la palabra, Andrés me soltó la pregunta del millón: mi opinión sobre el pasado festival. De inmediato eché mano del poeta, el cual habla sin pensar, es la intuición procesándose de manera lirica la que florece en mi garganta y deja que el verbo germine espontaneo, cual viento guajiro. El comunicador de manera escueta pero muy sincera me dio las gracias.

Algo de admiración me causaba ese caballero flaco de mirada acuciosa, irreverente al hablar, pues me recordó aquella mujer que ya empieza a ser devorada por la leyenda, la inigualable Consuelo. Ella siempre manifestó su aprecio por mi hermano Israel y por mí. 

El Festival de la Leyenda Vallenata, versión 54 del año 2021,  en homenaje a Rosendo Romero Ospino, ‘El poeta de Villanueva’, queda para la historia, un homenaje a la poesía, un rescate a los compositores y un mensaje a la nueva ola.

Es la primera vez que en el palacio presidencial un presidente de la republica canta con cinco reyes vallenatos: Manuel Vega, Alfonso Monsalvo, Fernando Rangel, Jaime Dangond y Alberto Jamaica, e hizo dúo con un tenor consentido por nosotros, Iván Villazón. 

Allí estuve con mis poemas cantados, me apoyaron con su actuación Pipe Peláez y su canto de dulzaina afinado el catedrático Juan Manuel Pérez. Rodolfo Molina, presidente de la Fundación Festival Vallenato, recibió ‘La cruz de Boyacá’, para la Fundación Festival Vallenato, por su defensa, preservación y promoción al folclor vallenato; esta cruz es considerada una de las más importantes que existe en Colombia.

Se llegó el día y la hora, el presidente Iván Duque Márquez hizo su ingreso triunfal a la plaza, fue recibido con aplausos; el presidente reactivó la economía colombiana en nuestra plaza, vinieron las condecoraciones, por primera vez un homenajeado recibe siete distinciones. 

Fuera de tarima también recibí del Centro Comercial Guatapurí, de la universidad del Área Andina, la UDES. Mi pueblo me hizo una caravana con los Jeeps Willys de Valledupar, y carros particulares de mi pueblo. La Casa de la Cultura hizo un conversatorio con dramatizados para cada una de mis canciones, rueda de prensa en Mayales Plaza; luego hicieron con la dinastía Romero una presentación para sus clientes.

La filarmónica de Comfacesar y la Fundación Filarmónica del Cesar interpretaron mis canciones, en el auditorio hermoso de la universidad del Área Andina; después el juglar urbano Eibar Gutiérrez, futuro rey vallenato, no me cabe duda, hizo obra de teatro mi canción, lo cual me erizó los vellitos.  

Las frases que más escuché: “Bien merecido maestro”, “Qué bueno recibirlo en vida y en sus papeles”.

Una vez terminó el evento, sentí que bajé de las nubes, y reafirmo una vez más: el Festival Vallenato es nuestro Grammy. ¡Gracias Consuelo, Escalona, Alfonso López, Gabriel García Márquez! Dios los tenga en su gloria. Gracias Rodolfo Molina y sus mosqueteros, gracias Dios bendito por el vallenato.

Performance: ganó un arhuaco, estoy con el indígena; se descubre una estrella que cega con su brillo, Isabel Sofía Picón; nuevamente gana en la piqueria un llanero; había una alegría  adicional porque el festival volvió a la plaza, el pueblo estaba feliz, gran acierto, el Festival Vallenato es la alegría del pueblo.

Columnista
18 noviembre, 2021

El festival de la alegría

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Rosendo Romero Ospino

Estuve en radio Guatapurí, en compañía del director del SENA regional Cesar, Jesús Namen Chavarro, fuimos entrevistados por Andrés, el hijo de la siempre recordada cacica Consuelo Araujo Noguera (q.e.p.d.).  Con un estilo de diestro espadachín de la palabra, Andrés me soltó la pregunta del millón: mi opinión sobre el pasado festival. De inmediato eché […]


Estuve en radio Guatapurí, en compañía del director del SENA regional Cesar, Jesús Namen Chavarro, fuimos entrevistados por Andrés, el hijo de la siempre recordada cacica Consuelo Araujo Noguera (q.e.p.d.). 

Con un estilo de diestro espadachín de la palabra, Andrés me soltó la pregunta del millón: mi opinión sobre el pasado festival. De inmediato eché mano del poeta, el cual habla sin pensar, es la intuición procesándose de manera lirica la que florece en mi garganta y deja que el verbo germine espontaneo, cual viento guajiro. El comunicador de manera escueta pero muy sincera me dio las gracias.

Algo de admiración me causaba ese caballero flaco de mirada acuciosa, irreverente al hablar, pues me recordó aquella mujer que ya empieza a ser devorada por la leyenda, la inigualable Consuelo. Ella siempre manifestó su aprecio por mi hermano Israel y por mí. 

El Festival de la Leyenda Vallenata, versión 54 del año 2021,  en homenaje a Rosendo Romero Ospino, ‘El poeta de Villanueva’, queda para la historia, un homenaje a la poesía, un rescate a los compositores y un mensaje a la nueva ola.

Es la primera vez que en el palacio presidencial un presidente de la republica canta con cinco reyes vallenatos: Manuel Vega, Alfonso Monsalvo, Fernando Rangel, Jaime Dangond y Alberto Jamaica, e hizo dúo con un tenor consentido por nosotros, Iván Villazón. 

Allí estuve con mis poemas cantados, me apoyaron con su actuación Pipe Peláez y su canto de dulzaina afinado el catedrático Juan Manuel Pérez. Rodolfo Molina, presidente de la Fundación Festival Vallenato, recibió ‘La cruz de Boyacá’, para la Fundación Festival Vallenato, por su defensa, preservación y promoción al folclor vallenato; esta cruz es considerada una de las más importantes que existe en Colombia.

Se llegó el día y la hora, el presidente Iván Duque Márquez hizo su ingreso triunfal a la plaza, fue recibido con aplausos; el presidente reactivó la economía colombiana en nuestra plaza, vinieron las condecoraciones, por primera vez un homenajeado recibe siete distinciones. 

Fuera de tarima también recibí del Centro Comercial Guatapurí, de la universidad del Área Andina, la UDES. Mi pueblo me hizo una caravana con los Jeeps Willys de Valledupar, y carros particulares de mi pueblo. La Casa de la Cultura hizo un conversatorio con dramatizados para cada una de mis canciones, rueda de prensa en Mayales Plaza; luego hicieron con la dinastía Romero una presentación para sus clientes.

La filarmónica de Comfacesar y la Fundación Filarmónica del Cesar interpretaron mis canciones, en el auditorio hermoso de la universidad del Área Andina; después el juglar urbano Eibar Gutiérrez, futuro rey vallenato, no me cabe duda, hizo obra de teatro mi canción, lo cual me erizó los vellitos.  

Las frases que más escuché: “Bien merecido maestro”, “Qué bueno recibirlo en vida y en sus papeles”.

Una vez terminó el evento, sentí que bajé de las nubes, y reafirmo una vez más: el Festival Vallenato es nuestro Grammy. ¡Gracias Consuelo, Escalona, Alfonso López, Gabriel García Márquez! Dios los tenga en su gloria. Gracias Rodolfo Molina y sus mosqueteros, gracias Dios bendito por el vallenato.

Performance: ganó un arhuaco, estoy con el indígena; se descubre una estrella que cega con su brillo, Isabel Sofía Picón; nuevamente gana en la piqueria un llanero; había una alegría  adicional porque el festival volvió a la plaza, el pueblo estaba feliz, gran acierto, el Festival Vallenato es la alegría del pueblo.