Un lamentable accidente de tránsito ocurrido cerca del parque Los Algarrobillos, al sur de Valledupar, cobró la vida de Sebastián Figueroa Martínez, de 19 años y estudiante de octavo semestre de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Popular del Cesar, y Juan David Espinosa Duarte, de 15 años, estudiante de grado décimo del colegio Pablo Sexto.
Según el periodista Ramón Meneses, tío de Sebastián, el accidente se produjo la noche del miércoles, aparentemente, cuando otro conductor de moto omitió una señal de pare, impactando la motocicleta en la que se movilizaban los jóvenes. Meneses lamentó la imprudencia como causa del siniestro y destacó las cualidades de su sobrino, quien además impartía clases de refuerzo.
“Nosotros decimos que para que haya un accidente debe haber imprudencia por alguno de los conductores. Desafortunadamente la imprudencia de este joven anoche ocasionó esta tragedia“, señaló.
Meneses refiere que el papá le advertía que no manejara la motocicleta después de las nueve de la noche, pero esta vez el joven hizo la excepción y, desafortunadamente, perdió la vida en este aparatoso accidente.
Sebastián Figueroa Martínez, quien residía en el barrio Sicarare, sufrió golpes en la cabeza, la cara y el pecho, mientras que Espinosa Duarte sufrió fracturas en la clavícula, una pierna y el abdomen.
Sebastián fue reanimado en el lugar del accidente y trasladado a una clínica, pero falleció en el trayecto. Juan David falleció en la clínica tras ser atendido.
Él era Sebastián Figueroa, el joven que ayudaba a niños con tareas
Se conoció que, Espinosa iba todas las tardes a la casa de Sebastián quien le ayudaba con clases de refuerzo de la asignatura de Matemáticas, y la noche del fatal accidente, después de terminar de estudiar, el joven de 19 años se ofreció a llevarlo en la motocicleta hasta su vivienda, que no se encontraba muy lejos.
Harold Figueroa, padre de Sebastián, expresó que su hijo “no era callejero, no le gustaba manejar velozmente y no salía a altas horas de la noche de la casa”, por lo cual, cuando escuchó el sonido de la moto fue a darse cuenta de lo que estaba pasando, pero ya los jóvenes habían emprendido su camino a bordo de la motocicleta.
El padre también contó que a su casa siempre llegaban niños en horas de la tarde, porque entre Sebastián y su hermana los ayudaban con sus labores académicas.
Este hecho ha dejado consternada a la familia Figueroa Martínez, quien recuerda a su ser querido como un joven responsable, proactivo y buen hijo, incluso, era considerado como el ejemplo de la familia debido a que era estudioso que hasta se había ganado una especialización y, además de realizar sus labores académicas, trabajaba en una empresa como digitador.
Por Redacción Judicial
