El pasado sábado 30 de abril se festejó en Colombia el Día del Niño, fecha escogida por la Unisef, con la finalidad de sensibilizar a la familia, la sociedad y el Estado sobre los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
El pasado sábado 30 de abril se festejó en Colombia el Día del Niño, fecha escogida por la Unisef, con la finalidad de sensibilizar a la familia, la sociedad y el Estado sobre los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
En Colombia, se aprobó el Día del Niño, mediante la Ley 724/2001 y se celebra el último sábado del mes de abril, que, para el caso de Valledupar, se ve opacado por dos motivos: i) la realización del Festival de la Leyenda Vallenata, y ii) Por el paro que a nivel nacional se viene adelantando por parte del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.
El certamen folclórico, hasta el momento de redactar estas líneas, se viene desarrollando con absoluta normalidad, aunque estoy seguro que no faltará la polémica por la escogencia del quinto rey de reyes, pues cada quien tiene un favorito, y resulta imposible que la decisión final deje a todos contentos. El segundo motivo, que opacó la celebración del Día del Niño, es el paro nacional del ICBF, que reclama, entre otras cosas, -Una justa retribución salarial, -La ampliación de la planta de personal, a todas luces insuficiente para atender la gran demanda de los usuarios durante las 24 horas, como se pretende, y por último, sienta su voz de protesta por el manejo inescrupulosos del Programa de Alimentación Escolar, que por desgracia ha servido para llenar los bolsillos de muchos corruptos en detrimento de los derechos fundamentales de nuestros niños.
El paro es indefinido, y es necesario dar a conocer los motivos, pues, hasta el momento, no se ha logrado captar la atención de los medios, de tal manera que se hace uso de las redes sociales y de espacios de opinión, para que se conozcan las razones por las cuales no se viene atendiendo a nuestros usuarios.
Se espera que la directora del ICBF doctora Lina Arbeláez se siente a dialogar con los directivos sindicales y se logre una concertación del justo pliego de peticiones, en beneficio del buen funcionamiento de la entidad, de la familia y, por sobre todo, de nuestro niños, niñas y adolescentes.
Nota de cierre: Debe priorizarse el tema de la nutrición infantil en el Cesar, al igual que el tema de la vacunación contra el Covid-19, pues todavía estamos rezagados.
Por Darío Arregocés Baute