En nuestro folclor vallenato, el acordeón ha sido el instrumento insigne a través de la historia, líder de esa trilogía que se inmortalizó en Colombia, que logró atravesar fronteras y hoy es reconocida universalmente como la principal representación musical de la Nación. De la misma forma, el intérprete de ese instrumento se ha consolidado como […]
En nuestro folclor vallenato, el acordeón ha sido el instrumento insigne a través de la historia, líder de esa trilogía que se inmortalizó en Colombia, que logró atravesar fronteras y hoy es reconocida universalmente como la principal representación musical de la Nación. De la misma forma, el intérprete de ese instrumento se ha consolidado como el bastión, cabeza y abanderado de las agrupaciones o conjuntos vallenatos.
Con base en lo anterior, en los festivales de nuestra música el principal concurso es el de acordeoneros en diversas categorías, y eso apoya la circunstancia de que los más insignes músicos de nuestro folclor han interpretado el instrumento de origen alemán: Alejandro Durán, Luis Enrique Martínez, Calixto Ochoa, Alfredo Gutiérrez, Emiliano Zuleta y Juan Humberto Rois, por sólo mencionar un puñado.
Sabemos que en sus inicios el acordeonero en el género vallenato tocaba, cantaba, componía y verseaba, a ese músico fue al que de manera primigenia se le denominó juglar, porque entre otras cosas, hacía correrías por los pueblos del Caribe llevando noticias cantadas y enfrentándose a sus pares que encontraba en los caminos.
Cuando empezó a desligarse el canto del acordeón, y surgieron vocalistas como Alberto Fernández, Pedro García, Armando Moscote y el mismísimo Jorge Oñate, se empezó a compartir ese liderazgo del acordeonero con el cantante y se inició a hablar de la pareja musical conformada por acordeón y voz; verbigracia Los Cañaguateros y su cantante Pedro García, Los Hermanos Zuleta, Los Hermanos López y su cantante Jorge Oñate, Náfer Durán y su cantante Diomedes Díaz, Israel Romero y Rafael Orozco, a manera de ejemplos. También hubo un tiempo en el que predominaron las agrupaciones: El Binomio de Oro, Los Diablitos, Los Betos, Las Estrellas Vallenatas.
El vocalista asumió el liderazgo, especialmente en las agrupaciones comerciales, y surgieron figuras que independientemente de quien los acompañara en el acordeón, aseguraban éxito en sus grabaciones y en las presentaciones en vivo. Sin duda, el cabeza de ese movimiento fue Jorge Oñate, pero quien lo cristalizó en su máxima expresión fue Diomedes Díaz, seguido por ‘Poncho’ Zuleta, ‘Beto’ Zabaleta, Silvio Brito, entre otros.
Pero los acordeoneros se han resistido a perder ese liderazgo, y aún en la época de la nueva ola se hablaba de parejas musicales como Juan Mario De la Espriella y Silvestre Dangond, Peter Manjarrés y Sergio Luis Rodríguez. Con el paso del tiempo, algunos cantantes han intentado relegar a los acordeoneros, pero muchos se mantienen en resistencia y a la fecha no se han dejado arrinconar, aunque otros ya tiraron la toalla.
COLOFÓN: No veo que se le haga un bien al vallenato con proyectos musicales en los que el acordeonero no aparece sino en los créditos con letras pequeñitas, acompañando al guacharaquero, a los coristas y al resto de la agrupación.
En nuestro folclor vallenato, el acordeón ha sido el instrumento insigne a través de la historia, líder de esa trilogía que se inmortalizó en Colombia, que logró atravesar fronteras y hoy es reconocida universalmente como la principal representación musical de la Nación. De la misma forma, el intérprete de ese instrumento se ha consolidado como […]
En nuestro folclor vallenato, el acordeón ha sido el instrumento insigne a través de la historia, líder de esa trilogía que se inmortalizó en Colombia, que logró atravesar fronteras y hoy es reconocida universalmente como la principal representación musical de la Nación. De la misma forma, el intérprete de ese instrumento se ha consolidado como el bastión, cabeza y abanderado de las agrupaciones o conjuntos vallenatos.
Con base en lo anterior, en los festivales de nuestra música el principal concurso es el de acordeoneros en diversas categorías, y eso apoya la circunstancia de que los más insignes músicos de nuestro folclor han interpretado el instrumento de origen alemán: Alejandro Durán, Luis Enrique Martínez, Calixto Ochoa, Alfredo Gutiérrez, Emiliano Zuleta y Juan Humberto Rois, por sólo mencionar un puñado.
Sabemos que en sus inicios el acordeonero en el género vallenato tocaba, cantaba, componía y verseaba, a ese músico fue al que de manera primigenia se le denominó juglar, porque entre otras cosas, hacía correrías por los pueblos del Caribe llevando noticias cantadas y enfrentándose a sus pares que encontraba en los caminos.
Cuando empezó a desligarse el canto del acordeón, y surgieron vocalistas como Alberto Fernández, Pedro García, Armando Moscote y el mismísimo Jorge Oñate, se empezó a compartir ese liderazgo del acordeonero con el cantante y se inició a hablar de la pareja musical conformada por acordeón y voz; verbigracia Los Cañaguateros y su cantante Pedro García, Los Hermanos Zuleta, Los Hermanos López y su cantante Jorge Oñate, Náfer Durán y su cantante Diomedes Díaz, Israel Romero y Rafael Orozco, a manera de ejemplos. También hubo un tiempo en el que predominaron las agrupaciones: El Binomio de Oro, Los Diablitos, Los Betos, Las Estrellas Vallenatas.
El vocalista asumió el liderazgo, especialmente en las agrupaciones comerciales, y surgieron figuras que independientemente de quien los acompañara en el acordeón, aseguraban éxito en sus grabaciones y en las presentaciones en vivo. Sin duda, el cabeza de ese movimiento fue Jorge Oñate, pero quien lo cristalizó en su máxima expresión fue Diomedes Díaz, seguido por ‘Poncho’ Zuleta, ‘Beto’ Zabaleta, Silvio Brito, entre otros.
Pero los acordeoneros se han resistido a perder ese liderazgo, y aún en la época de la nueva ola se hablaba de parejas musicales como Juan Mario De la Espriella y Silvestre Dangond, Peter Manjarrés y Sergio Luis Rodríguez. Con el paso del tiempo, algunos cantantes han intentado relegar a los acordeoneros, pero muchos se mantienen en resistencia y a la fecha no se han dejado arrinconar, aunque otros ya tiraron la toalla.
COLOFÓN: No veo que se le haga un bien al vallenato con proyectos musicales en los que el acordeonero no aparece sino en los créditos con letras pequeñitas, acompañando al guacharaquero, a los coristas y al resto de la agrupación.