La alcaldesa de Bogotá empezó por subestimar la naturaleza y el riesgo de la covid-19. El 8 de marzo sostuvo que la covid-19 era un “tipo común de gripa” y con ello generó un gran impacto de desinformación. Después, decidió echarle la culpa a la operadora de El Dorado y al presidente, a quienes responsabilizó […]
La alcaldesa de Bogotá empezó por subestimar la naturaleza y el riesgo de la covid-19. El 8 de marzo sostuvo que la covid-19 era un “tipo común de gripa” y con ello generó un gran impacto de desinformación.
Después, decidió echarle la culpa a la operadora de El Dorado y al presidente, a quienes responsabilizó del alto número de contagiados en la ciudad por no haber cerrado el aeropuerto. Dijo que ella “lo hubiera cerrado en febrero, sin duda”. Olvidó que el 16 de marzo había solicitado, casi al borde del llanto, que se permitiera la entrada de vuelos incluso de países “con contagio” porque Bogotá “también tenía contagiados”. Para rematar, olvidó que el control sanitario de El Dorado le corresponde por ley (715 de 2001) a la Secretaría de Salud de Bogotá. Si el alto número de contagios en la ciudad se debió a los viajeros infectados que llegaron por El Dorado, como la alcaldesa dice, toda la responsabilidad es de ella y de nadie más.
Y ahora, cuando Duque dio la orden de permitir la reactivación de los sectores de construcción y manufactura, se atravesó. Sostuvo que “la manufactura no entrará en actividad el lunes 27 porque no estamos preparados”. Para sustentar su posición alegó que la construcción “genera 560.000 viajes al día y la manufactura 567.000 viajes” y que ello generaría “aglomeraciones en el transporte” y riesgo de salud para los trabajadores. Sus cifras contradicen las de la propia Alcaldía. La encuesta de Secretaría de Movilidad muestra que Transmilenio hace el 18 % de todos los viajes de la ciudad, alrededor de 2.5 millones. De esos viajes, solo el 31 %, 775.000, son de trabajo. Decir que entre construcción y manufactura hacen 1.127.000 viajes es un despropósito. Además Caracol dice que hay 175 mil trabajadores en Bogotá en el sector de construcción habitacional. Como mucho, serían 350 mil viajes, sin descontar quienes se mueven en bicicleta, motos y a pie. En fin, todo el sustento de la posición de López es falso. Para rematar el Secretario de Movilidad de Bogotá está en Argentina desde el 17 de marzo.
La Alcaldesa aseguró hace unos días que había entregado 1.700.000 mercados. También falso. La cifra real, según la página de Bogotá Solidaria, era solo de 30.000. Al 24 de abril se han entregado 54.770.
Seguramente como resultado de su error de juicio, y con el afán de exculpar sus responsabilidades, la alcaldesa ha mentido sistemáticamente y ha intentado trasladar sus pecados a otros. Además la cuarentena inició el 24 de marzo, terminaba el 13 de abril y se extendió hasta el 27. La alcaldía ha tenido más de un mes para prepararse para el fin de la cuarentena y la reactivación de todos los sectores productivos, no solo la manufactura. Ni los empleados ni los empresarios deben pagar su imprevisión.
La alcaldesa de Bogotá empezó por subestimar la naturaleza y el riesgo de la covid-19. El 8 de marzo sostuvo que la covid-19 era un “tipo común de gripa” y con ello generó un gran impacto de desinformación. Después, decidió echarle la culpa a la operadora de El Dorado y al presidente, a quienes responsabilizó […]
La alcaldesa de Bogotá empezó por subestimar la naturaleza y el riesgo de la covid-19. El 8 de marzo sostuvo que la covid-19 era un “tipo común de gripa” y con ello generó un gran impacto de desinformación.
Después, decidió echarle la culpa a la operadora de El Dorado y al presidente, a quienes responsabilizó del alto número de contagiados en la ciudad por no haber cerrado el aeropuerto. Dijo que ella “lo hubiera cerrado en febrero, sin duda”. Olvidó que el 16 de marzo había solicitado, casi al borde del llanto, que se permitiera la entrada de vuelos incluso de países “con contagio” porque Bogotá “también tenía contagiados”. Para rematar, olvidó que el control sanitario de El Dorado le corresponde por ley (715 de 2001) a la Secretaría de Salud de Bogotá. Si el alto número de contagios en la ciudad se debió a los viajeros infectados que llegaron por El Dorado, como la alcaldesa dice, toda la responsabilidad es de ella y de nadie más.
Y ahora, cuando Duque dio la orden de permitir la reactivación de los sectores de construcción y manufactura, se atravesó. Sostuvo que “la manufactura no entrará en actividad el lunes 27 porque no estamos preparados”. Para sustentar su posición alegó que la construcción “genera 560.000 viajes al día y la manufactura 567.000 viajes” y que ello generaría “aglomeraciones en el transporte” y riesgo de salud para los trabajadores. Sus cifras contradicen las de la propia Alcaldía. La encuesta de Secretaría de Movilidad muestra que Transmilenio hace el 18 % de todos los viajes de la ciudad, alrededor de 2.5 millones. De esos viajes, solo el 31 %, 775.000, son de trabajo. Decir que entre construcción y manufactura hacen 1.127.000 viajes es un despropósito. Además Caracol dice que hay 175 mil trabajadores en Bogotá en el sector de construcción habitacional. Como mucho, serían 350 mil viajes, sin descontar quienes se mueven en bicicleta, motos y a pie. En fin, todo el sustento de la posición de López es falso. Para rematar el Secretario de Movilidad de Bogotá está en Argentina desde el 17 de marzo.
La Alcaldesa aseguró hace unos días que había entregado 1.700.000 mercados. También falso. La cifra real, según la página de Bogotá Solidaria, era solo de 30.000. Al 24 de abril se han entregado 54.770.
Seguramente como resultado de su error de juicio, y con el afán de exculpar sus responsabilidades, la alcaldesa ha mentido sistemáticamente y ha intentado trasladar sus pecados a otros. Además la cuarentena inició el 24 de marzo, terminaba el 13 de abril y se extendió hasta el 27. La alcaldía ha tenido más de un mes para prepararse para el fin de la cuarentena y la reactivación de todos los sectores productivos, no solo la manufactura. Ni los empleados ni los empresarios deben pagar su imprevisión.