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Editorial - 10 noviembre, 2021

El debate político

Se avecinan unas elecciones al Congreso de la República y empiezan a barajarse y a desgajarse las candidaturas. Un hecho sobresaliente es que por existir un régimen en el Senado, de circunscripción nacional, pululan los aspirantes por estos territorios buscando votos. Las estrategias son variadas. También de los candidatos presidenciales. Una es la de mostrar […]

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Se avecinan unas elecciones al Congreso de la República y empiezan a barajarse y a desgajarse las candidaturas. Un hecho sobresaliente es que por existir un régimen en el Senado, de circunscripción nacional, pululan los aspirantes por estos territorios buscando votos. Las estrategias son variadas.

También de los candidatos presidenciales. Una es la de mostrar su talante y su carácter para exhibir credenciales en lo nacional, ofrecer iniciativas  y hacer ver sus trayectorias. Otros hacen aproximaciones hacia la localidad aprovechando su relación familiar (el presidencial Oscar Iván Zuluaga, ayer) o de nacimiento en el departamento (el senador Antonio Sanguino).

La vehemencia critica del senador hacia el gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo, ahora también se evidencia con la feroz crítica contra el alcalde de Valledupar, Mello Castro, por la invitación a buscar un tercero operador de Emdupar. Se le ha endilgado oportunismo, que nunca se había referido a la empresa de servicios en su vida política, y hasta de que atacando aquí, oculta allá, porque es un aliado de Claudia López, la alcaldesa de Bogotá, de su Partido Verde, que pasa por un momento de gran impopularidad por los bajos resultados en seguridad.

Lo de Sanguino es  demostración de la ausencia de nuestros congresistas y dirigentes políticos, que son incapaces de pedir la palabra, hablar y poner los dedos en la llaga, o salir en la defensa de la gestión municipal.

¿Su forma de hacer política, basada en contratos y puestos, los inhibe de censurar, representar el bien común? Cuando se trata del representante Cristian Moreno, que valerosamente  se separa de la cortesana actitud de los parlamentarios frente al gobierno departamental y municipal, al levantar su voz recibe aplausos, aunque no dejan de cobrarle que ahora critica el Centro Cultural de la Música Vallenata, y hace unos meses lo defendía públicamente cuando simpatizaba con el mandatario departamental. 

Esos cambios repentinos suelen llamar la atención. Qué no decir de la diputada Claudia Margarita Zuleta, que tomó distancia del presidente Duque, después de que asumió los costos de aspirar a la Gobernación con la divisa del Centro Democrático, que, en lla Asamblea,   ejemplarmente representa en la oposición  al gobierno  Monsalvo Gnecco.

El último acontecimiento fue el del paisano Alfredo Saade, abrazándose con Gustavo Petro, después denostando de la posición de Colombia Humana contra los cristianos y luego retornando al abrazo para entrar en una consulta de enanos frente a aquel  irremplazable líder de la izquierda.

Otras veces es la rotulación o militancia por conveniencia del partido por el cual inscribirse, porque las elecciones también tienen sus reglas y sus riesgos. ¿Sabemos por qué el candidato a la Cámara Carlos Felipe Quintero no va en las listas de Cambio Radical sino en las del Partido Liberal, pero también podría ir en La U?

EL PILÓN tiene que ser receptor del debate de las ideas y las inconsistencias de los candidatos y de sus compromisos con la gente, aspecto poco movido en nuestro medio de empresarios electorales, y debe explicar las reglas y mecánica electoral. 

Editorial
10 noviembre, 2021

El debate político

Se avecinan unas elecciones al Congreso de la República y empiezan a barajarse y a desgajarse las candidaturas. Un hecho sobresaliente es que por existir un régimen en el Senado, de circunscripción nacional, pululan los aspirantes por estos territorios buscando votos. Las estrategias son variadas. También de los candidatos presidenciales. Una es la de mostrar […]


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Se avecinan unas elecciones al Congreso de la República y empiezan a barajarse y a desgajarse las candidaturas. Un hecho sobresaliente es que por existir un régimen en el Senado, de circunscripción nacional, pululan los aspirantes por estos territorios buscando votos. Las estrategias son variadas.

También de los candidatos presidenciales. Una es la de mostrar su talante y su carácter para exhibir credenciales en lo nacional, ofrecer iniciativas  y hacer ver sus trayectorias. Otros hacen aproximaciones hacia la localidad aprovechando su relación familiar (el presidencial Oscar Iván Zuluaga, ayer) o de nacimiento en el departamento (el senador Antonio Sanguino).

La vehemencia critica del senador hacia el gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo, ahora también se evidencia con la feroz crítica contra el alcalde de Valledupar, Mello Castro, por la invitación a buscar un tercero operador de Emdupar. Se le ha endilgado oportunismo, que nunca se había referido a la empresa de servicios en su vida política, y hasta de que atacando aquí, oculta allá, porque es un aliado de Claudia López, la alcaldesa de Bogotá, de su Partido Verde, que pasa por un momento de gran impopularidad por los bajos resultados en seguridad.

Lo de Sanguino es  demostración de la ausencia de nuestros congresistas y dirigentes políticos, que son incapaces de pedir la palabra, hablar y poner los dedos en la llaga, o salir en la defensa de la gestión municipal.

¿Su forma de hacer política, basada en contratos y puestos, los inhibe de censurar, representar el bien común? Cuando se trata del representante Cristian Moreno, que valerosamente  se separa de la cortesana actitud de los parlamentarios frente al gobierno departamental y municipal, al levantar su voz recibe aplausos, aunque no dejan de cobrarle que ahora critica el Centro Cultural de la Música Vallenata, y hace unos meses lo defendía públicamente cuando simpatizaba con el mandatario departamental. 

Esos cambios repentinos suelen llamar la atención. Qué no decir de la diputada Claudia Margarita Zuleta, que tomó distancia del presidente Duque, después de que asumió los costos de aspirar a la Gobernación con la divisa del Centro Democrático, que, en lla Asamblea,   ejemplarmente representa en la oposición  al gobierno  Monsalvo Gnecco.

El último acontecimiento fue el del paisano Alfredo Saade, abrazándose con Gustavo Petro, después denostando de la posición de Colombia Humana contra los cristianos y luego retornando al abrazo para entrar en una consulta de enanos frente a aquel  irremplazable líder de la izquierda.

Otras veces es la rotulación o militancia por conveniencia del partido por el cual inscribirse, porque las elecciones también tienen sus reglas y sus riesgos. ¿Sabemos por qué el candidato a la Cámara Carlos Felipe Quintero no va en las listas de Cambio Radical sino en las del Partido Liberal, pero también podría ir en La U?

EL PILÓN tiene que ser receptor del debate de las ideas y las inconsistencias de los candidatos y de sus compromisos con la gente, aspecto poco movido en nuestro medio de empresarios electorales, y debe explicar las reglas y mecánica electoral.