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Columnista - 11 noviembre, 2022

El Club Valledupar y sus años de servicio digno

Aunque falte mucho todavía, setenta años de historia han sido bastante suficientes para una formación social donde los valores morales han predominado ante las tantas arremetidas de personas y entidades que han querido reducir a esta institución, a través de actos envidiosos y malversados a su más mínima expresión haciendo gala de todo tipo de […]

Aunque falte mucho todavía, setenta años de historia han sido bastante suficientes para una formación social donde los valores morales han predominado ante las tantas arremetidas de personas y entidades que han querido reducir a esta institución, a través de actos envidiosos y malversados a su más mínima expresión haciendo gala de todo tipo de críticas y acciones destructivas que solo han dado origen a su fortalecimiento permanente.

Nació como grande dentro de una comunidad sana, que a pesar de sus escasos conocimientos gozaba de una educación informal guiada por la moral y las buenas costumbres y que, por fortuna para todos, estas condiciones permanecen arraigadas en la gran mayoría de sus socios, quienes, venciendo tantas clases de tropiezos, por medio de sus dirigencias han sabido sostener como fortín de ética y ejemplo permanente para la comunidad regional.

Las familias de entonces eran las mismas que aún hoy día permanecen, lógicamente con sus ramificaciones, y han sido la base de esta institución, quienes han logrado hacer de su prestigio el arma más grande para nuestra sociedad; y esta institución ha permanecido de pie por siempre a pesar de que como toda sociedad y empresa que produce bienestar social muchas veces ha sido presa fácil de sus enemigos, cuando se incrustan en su seno los falsos señoriales que han querido llevarla a la deshonra. 

Pero ha permanecido recta haciendo alusión a sus orígenes y a sus fines y propósitos como la de hacer de esta región una comunidad más justa, equitativa y sobre todo educada en donde las acciones cívicas bien dirigidas sean la ruta a seguir por toda la sociedad que nos ampara.

Y qué decir desde el punto laboral y empresarial creciendo en forma permanente cada día, y que con la rectitud direccional representa dignidad y respeto para Valledupar y la región.

No hay que decaer un solo instante porque como toda empresa que se sacrifica por su sociedad tendrá enemigos permanentes a los qué hay que enseñarle a base de buenos ejemplos, lo importante de estas instituciones para el desarrollo regional, en especial cuando se muestran con orgullo los valores humanos en la gran mayoría de sus componentes.

Son setenta años de historia para una empresa que debe permanecer por siempre en la historia de la ciudad y de la provincia vallenata para que siga siendo el ejemplo permanente para una comunidad de progreso.

Las empresas de éxitos siempre serán aquellas que sean dirigidas por personas inspiradas en las necesidades de su sociedad y de sus componentes y no en los comentarios flotantes con rumores baladíes. Invertir en nuestra sociedad siempre será de gran beneficio.

Adelante señores directivos actuales que la lucha es permanente dentro de un entorno cada día sin valores y tengamos presente que la inteligencia muchas veces nos ha de acompañar si usamos la razón, pero la constancia no debe faltar nunca pues todo lo construido se puede ir a pique.

Felicitaciones a socios, directivas y comunidad Valduparense y recuerden que, el esfuerzo antecede al éxito y, para que este sea permanente, el esfuerzo también ha de serlo.

Columnista
11 noviembre, 2022

El Club Valledupar y sus años de servicio digno

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Fausto Cotes

Aunque falte mucho todavía, setenta años de historia han sido bastante suficientes para una formación social donde los valores morales han predominado ante las tantas arremetidas de personas y entidades que han querido reducir a esta institución, a través de actos envidiosos y malversados a su más mínima expresión haciendo gala de todo tipo de […]


Aunque falte mucho todavía, setenta años de historia han sido bastante suficientes para una formación social donde los valores morales han predominado ante las tantas arremetidas de personas y entidades que han querido reducir a esta institución, a través de actos envidiosos y malversados a su más mínima expresión haciendo gala de todo tipo de críticas y acciones destructivas que solo han dado origen a su fortalecimiento permanente.

Nació como grande dentro de una comunidad sana, que a pesar de sus escasos conocimientos gozaba de una educación informal guiada por la moral y las buenas costumbres y que, por fortuna para todos, estas condiciones permanecen arraigadas en la gran mayoría de sus socios, quienes, venciendo tantas clases de tropiezos, por medio de sus dirigencias han sabido sostener como fortín de ética y ejemplo permanente para la comunidad regional.

Las familias de entonces eran las mismas que aún hoy día permanecen, lógicamente con sus ramificaciones, y han sido la base de esta institución, quienes han logrado hacer de su prestigio el arma más grande para nuestra sociedad; y esta institución ha permanecido de pie por siempre a pesar de que como toda sociedad y empresa que produce bienestar social muchas veces ha sido presa fácil de sus enemigos, cuando se incrustan en su seno los falsos señoriales que han querido llevarla a la deshonra. 

Pero ha permanecido recta haciendo alusión a sus orígenes y a sus fines y propósitos como la de hacer de esta región una comunidad más justa, equitativa y sobre todo educada en donde las acciones cívicas bien dirigidas sean la ruta a seguir por toda la sociedad que nos ampara.

Y qué decir desde el punto laboral y empresarial creciendo en forma permanente cada día, y que con la rectitud direccional representa dignidad y respeto para Valledupar y la región.

No hay que decaer un solo instante porque como toda empresa que se sacrifica por su sociedad tendrá enemigos permanentes a los qué hay que enseñarle a base de buenos ejemplos, lo importante de estas instituciones para el desarrollo regional, en especial cuando se muestran con orgullo los valores humanos en la gran mayoría de sus componentes.

Son setenta años de historia para una empresa que debe permanecer por siempre en la historia de la ciudad y de la provincia vallenata para que siga siendo el ejemplo permanente para una comunidad de progreso.

Las empresas de éxitos siempre serán aquellas que sean dirigidas por personas inspiradas en las necesidades de su sociedad y de sus componentes y no en los comentarios flotantes con rumores baladíes. Invertir en nuestra sociedad siempre será de gran beneficio.

Adelante señores directivos actuales que la lucha es permanente dentro de un entorno cada día sin valores y tengamos presente que la inteligencia muchas veces nos ha de acompañar si usamos la razón, pero la constancia no debe faltar nunca pues todo lo construido se puede ir a pique.

Felicitaciones a socios, directivas y comunidad Valduparense y recuerden que, el esfuerzo antecede al éxito y, para que este sea permanente, el esfuerzo también ha de serlo.