Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 28 junio, 2019

El Cesar también se raja

Si la semana anterior Valledupar se rajó en el índice de competitividad por ciudades (ICC) del concejo privado de competitividad (CPC), esta semana el DANE reveló el crecimiento del PIB de los departamentos y siguiendo esa tendencia de malos resultados ocupamos los tres últimos lugares con menor crecimiento al lado de Guajira y Chocó. Con […]

Boton Wpp

Si la semana anterior Valledupar se rajó en el índice de competitividad por ciudades (ICC) del concejo privado de competitividad (CPC), esta semana el DANE reveló el crecimiento del PIB de los departamentos y siguiendo esa tendencia de malos resultados ocupamos los tres últimos lugares con menor crecimiento al lado de Guajira y Chocó.

Con estos datos está demostrado que ni los parques, ni las obras grandes están contribuyendo al crecimiento económico del departamento y no aportamos al incremento del PIB nacional, situación que además de comprometer al gobernador involucra a los alcaldes de todos los municipios del departamento, considerando que en el 2017 tampoco tenemos un lugar sobresaliente en la economía.

Es curioso que mientras Córdoba y Sucre se destacan como por un crecimiento orientado al aumento de su productividad, el Cesar y Guajira queden rezagados, ahora bien, la situación del departamento de la Guajira se puede explicar por la inestabilidad política que sufre desde hace varios años impidiéndoles mantener un gobernador hasta el final del periodo, pero en el Cesar la cosa es distinta, los últimos tres gobernadores han logrado terminar sus mandatos sin problema administrando sumas importantísimas en el presupuesto departamental destinadas a suntuosas obras que deberían tener un impacto en el nivel de vida y en la economía de los cesarenses; sin embargo la realidad es otra y la productividad del Cesar no fue la mejor el año pasado.

Otro detalle que llama la atención es que siendo el Cesar y la Guajira epicentro de una importante actividad minera esto no pesó para colarnos entre los departamento con un desempeño significativo en el PIB, quiere decir que el carbón no es suficiente para impulsar la economía de la región, se requiere mirar otros sectores, en departamentos como Antioquia y Caldas que hoy muestran cifras de crecimiento interesantes, se lo deben al impulso de la economía naranja y el desarrollo industrial, áreas que el departamento del Cesar aún no encuentra como explotarlas.

Le corresponde a los equipos económicos de cada una de las campañas que buscan suceder al gobernador Francisco Ovalle, mirar con mucho cuidado estas cifras para lograr diseñar las propuestas dirigidas a mejorar en los próximos años, en lugar de eso prefieren figurar de víctimas atacando a un determinado sector político, lo que necesitamos en el Cesar son verdaderas propuestas para superar las grandes dificultades que afrontamos, una de ellas nuestro pobre desempeño en la productividad del país con condiciones de cero crecimiento y sin reducción de la pobreza ni la desigualdad.

Columnista
28 junio, 2019

El Cesar también se raja

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Carlos Andrés Añez Maestre

Si la semana anterior Valledupar se rajó en el índice de competitividad por ciudades (ICC) del concejo privado de competitividad (CPC), esta semana el DANE reveló el crecimiento del PIB de los departamentos y siguiendo esa tendencia de malos resultados ocupamos los tres últimos lugares con menor crecimiento al lado de Guajira y Chocó. Con […]


Si la semana anterior Valledupar se rajó en el índice de competitividad por ciudades (ICC) del concejo privado de competitividad (CPC), esta semana el DANE reveló el crecimiento del PIB de los departamentos y siguiendo esa tendencia de malos resultados ocupamos los tres últimos lugares con menor crecimiento al lado de Guajira y Chocó.

Con estos datos está demostrado que ni los parques, ni las obras grandes están contribuyendo al crecimiento económico del departamento y no aportamos al incremento del PIB nacional, situación que además de comprometer al gobernador involucra a los alcaldes de todos los municipios del departamento, considerando que en el 2017 tampoco tenemos un lugar sobresaliente en la economía.

Es curioso que mientras Córdoba y Sucre se destacan como por un crecimiento orientado al aumento de su productividad, el Cesar y Guajira queden rezagados, ahora bien, la situación del departamento de la Guajira se puede explicar por la inestabilidad política que sufre desde hace varios años impidiéndoles mantener un gobernador hasta el final del periodo, pero en el Cesar la cosa es distinta, los últimos tres gobernadores han logrado terminar sus mandatos sin problema administrando sumas importantísimas en el presupuesto departamental destinadas a suntuosas obras que deberían tener un impacto en el nivel de vida y en la economía de los cesarenses; sin embargo la realidad es otra y la productividad del Cesar no fue la mejor el año pasado.

Otro detalle que llama la atención es que siendo el Cesar y la Guajira epicentro de una importante actividad minera esto no pesó para colarnos entre los departamento con un desempeño significativo en el PIB, quiere decir que el carbón no es suficiente para impulsar la economía de la región, se requiere mirar otros sectores, en departamentos como Antioquia y Caldas que hoy muestran cifras de crecimiento interesantes, se lo deben al impulso de la economía naranja y el desarrollo industrial, áreas que el departamento del Cesar aún no encuentra como explotarlas.

Le corresponde a los equipos económicos de cada una de las campañas que buscan suceder al gobernador Francisco Ovalle, mirar con mucho cuidado estas cifras para lograr diseñar las propuestas dirigidas a mejorar en los próximos años, en lugar de eso prefieren figurar de víctimas atacando a un determinado sector político, lo que necesitamos en el Cesar son verdaderas propuestas para superar las grandes dificultades que afrontamos, una de ellas nuestro pobre desempeño en la productividad del país con condiciones de cero crecimiento y sin reducción de la pobreza ni la desigualdad.