El departamento es el más importante de la costa Caribe y el segundo a nivel nacional después del Meta.
Las 90 mil hectáreas de palma en los diferentes municipios y la existencia de las 10 extractoras de aceite posicionan al departamento del Cesar como el más importante de la costa Caribe y el segundo a nivel nacional después del Meta. Así destacó el secretario de Agricultura del Cesar, Carlos Eduardo Campo Cuello, a propósito de la versión 46 del Congreso Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, que se adelanta en la ciudad de Cali.
“Nuestras buenas prácticas de cómo llevar a cabo con responsabilidad la actividad palmera crean impacto en el departamento. Hay que destacar que Cenipalma junto con la Gobernación del Cesar trabajan en proyectos importantes a través de Colciencias para mejorar la sostenibilidad de la palma de aceite con una variedad más adaptada hacia los cambios climáticos, con optimización del uso del agua con sistemas de riego certificados, y con sistemas de fertilización que no afecten la naturaleza”, explicó el funcionario.
Al respecto, el director de Planeación y Desarrollo Sostenible de la Federación Nacional Fedepalmas, Andrés Felipe García, acotó que “el Cesar es uno de los departamentos con mayor producción del país, puesto que tiene unos importantes núcleos palmeros: por un lado hacia el Magdalena Medio y otra hacia el norte. La palma es uno de los mayores productos agrícolas y de los mayores aportantes del PIB (Producto Interno Bruto) del Cesar, lo cual implica impuestos, empleos e ingresos para la gente”.
A los palmicultores de la región, así como al resto del país, los exhortó a avanzar en la sostenibilidad, desde los campos: económico, con generación de ingresos y mejores condiciones para la población; social, creando responsabilidad con el entorno y los trabajadores, brindando las mejores condiciones laborales posibles; y ambiental, mitigando los efectos sobre el ambiente.
“No se puede decir que no va a ver efectos, pero sería ideal usar la menor cantidad de agua con mejores tecnologías, que los productos que use en el cultivo tengan la menor carga contaminante posible. Implica cómo conservar la biodiversidad, cómo hago para hacer el diseño de la plantación para que respete los cuerpos de agua, los arboles y las aves”, subrayó García.
De acuerdo al director de RSPO (siglas en inglés que traducen Mesa Redonda de Aceite de Palma Sostenible) para Latinoamérica, Francisco Naranjo, la principal importancia de los productores para que obtengan certificación en RSPO, más que para tener sus mercados abiertos, es que brinda la oportunidad de mejorar las prácticas de manejo; por lo tanto, mejorar sus rendimientos, y de esa forma, mejorar sus ingresos.
“Colombia tiene 11 empresas certificadas en RSPO y 11 más están en proceso. La zona norte colombiana tiene buen potencial y ha hecho un buen desempeño en esta materia. Ejemplo de ello es que cuentan con el grupo Daabon, que es líder en sostenibilidad a nivel mundial, y que fue la primera empresa certificada con RSPO, con una norma superior que es el RSPO Next; en esa zona también está Oleoflores (con incidencia en el Cesar) y Palma de Aceite, que son empresas certificadas”, indicó.
Naranjo explicó que Colombia tiene más de 800 mil toneladas de aceite palma certificado, lo que corresponde a un poco más del 21% de producción total de América Latina, subrayando que “Colombia es el país abanderado en el tema de certificación de calidad, sigue Guatemala, Costa Rica, Brasil, Honduras, entre otros países”.
Con respecto a las problemáticas en RSPO en los países de América Latina mencionó que cada país tiene problemas diferentes; Perú, con deforestación; Honduras y Guatemala, con temas sociales; y Colombia, con tenencia de tierras.
PANORAMA NACIONAL
*Sostenibilidad ambiental
De acuerdo al presidente de Fedepalmas, Jens Mesa Dishington, Colombia ha podido desarrollar sus más de 500 mil hectáreas de palma de aceite prácticamente sin deforestar. Esta realidad ha sido documentada por dos estudios realizados por la Universidad de Duke y por la Universidad de Puerto Rico.
“Nuestro país tiene un enorme potencial para expandir no solo el cultivo de la palma de aceite, sino muchas otras actividades agrícolas. La superficie terrestre de Colombia es de aproximadamente 114 millones de hectáreas, de las cuales 63,2 millones (el 56,7%) están cubiertas por bosques naturales y poco más de 40 millones de hectáreas (el 35%) tienen hoy potencial de uso agropecuario. De esta última cifra, según el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, alrededor de 8 millones de hectáreas (20% de la frontera agrícola) cuentan con áreas cultivadas. En este sentido, el gremio palmero está comprometido con que el desarrollo futuro de esta actividad continúe dándose sin deforestar y respetando criterios ambientales”, arguyó.
*Sostenibilidad social
El cultivo de la palma de aceite en Colombia ha sido reconocido por su alto nivel de empleo y formalidad. Mesa Dishington dio a conocer que en 2017, el sector palmero colombiano generó alrededor de 170.000 puestos de trabajo entre directos e indirectos, agregando que “a lo anterior se suman los recientes resultados de la Primera Gran Encuesta de Empleo Directo del sector palmero, realizada por el DANE y Fedepalma, según los cuales el 82% de los trabajadores del sector cuentan con una vinculación formal, lo cual contrasta totalmente con la alta informalidad del empleo rural, que, según el más reciente informe del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, es del 82%”.
*Sostenibilidad económica
El modelo de negocio de los palmicultores no solo incorpora las variables económicas y financieras, sino también las ambientales y sociales, las cuales, si bien se pueden ver reflejadas como un mayor costo, finalmente redundan en aumentos en la productividad y en la competitividad del productor.
Así lo explicó el líder de los palmicultores, acotando que para que esta estructura de costos pueda ser manejada de una manera más eficiente, es clave aumentar la productividad, tanto en términos del rendimiento del cultivo como de una mayor productividad laboral.
“Si bien la palmicultura colombiana muestra significativos avances en sus índices de productividad, con rendimientos por hectárea en 2017 ligeramente superiores al promedio mundial, es importante seguir trabajando por cerrar las brechas entre tipos de productor y entre regiones”, puntualizó.
¿Sabía usted que…
La palma de aceite produce más de 20 mil empleos en el Cesar, lo que ayuda al sector agropecuario de la región?
ANNELISE BARRIGA RAMIREZ/EL PILÓN
[email protected]
El departamento es el más importante de la costa Caribe y el segundo a nivel nacional después del Meta.
Las 90 mil hectáreas de palma en los diferentes municipios y la existencia de las 10 extractoras de aceite posicionan al departamento del Cesar como el más importante de la costa Caribe y el segundo a nivel nacional después del Meta. Así destacó el secretario de Agricultura del Cesar, Carlos Eduardo Campo Cuello, a propósito de la versión 46 del Congreso Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, que se adelanta en la ciudad de Cali.
“Nuestras buenas prácticas de cómo llevar a cabo con responsabilidad la actividad palmera crean impacto en el departamento. Hay que destacar que Cenipalma junto con la Gobernación del Cesar trabajan en proyectos importantes a través de Colciencias para mejorar la sostenibilidad de la palma de aceite con una variedad más adaptada hacia los cambios climáticos, con optimización del uso del agua con sistemas de riego certificados, y con sistemas de fertilización que no afecten la naturaleza”, explicó el funcionario.
Al respecto, el director de Planeación y Desarrollo Sostenible de la Federación Nacional Fedepalmas, Andrés Felipe García, acotó que “el Cesar es uno de los departamentos con mayor producción del país, puesto que tiene unos importantes núcleos palmeros: por un lado hacia el Magdalena Medio y otra hacia el norte. La palma es uno de los mayores productos agrícolas y de los mayores aportantes del PIB (Producto Interno Bruto) del Cesar, lo cual implica impuestos, empleos e ingresos para la gente”.
A los palmicultores de la región, así como al resto del país, los exhortó a avanzar en la sostenibilidad, desde los campos: económico, con generación de ingresos y mejores condiciones para la población; social, creando responsabilidad con el entorno y los trabajadores, brindando las mejores condiciones laborales posibles; y ambiental, mitigando los efectos sobre el ambiente.
“No se puede decir que no va a ver efectos, pero sería ideal usar la menor cantidad de agua con mejores tecnologías, que los productos que use en el cultivo tengan la menor carga contaminante posible. Implica cómo conservar la biodiversidad, cómo hago para hacer el diseño de la plantación para que respete los cuerpos de agua, los arboles y las aves”, subrayó García.
De acuerdo al director de RSPO (siglas en inglés que traducen Mesa Redonda de Aceite de Palma Sostenible) para Latinoamérica, Francisco Naranjo, la principal importancia de los productores para que obtengan certificación en RSPO, más que para tener sus mercados abiertos, es que brinda la oportunidad de mejorar las prácticas de manejo; por lo tanto, mejorar sus rendimientos, y de esa forma, mejorar sus ingresos.
“Colombia tiene 11 empresas certificadas en RSPO y 11 más están en proceso. La zona norte colombiana tiene buen potencial y ha hecho un buen desempeño en esta materia. Ejemplo de ello es que cuentan con el grupo Daabon, que es líder en sostenibilidad a nivel mundial, y que fue la primera empresa certificada con RSPO, con una norma superior que es el RSPO Next; en esa zona también está Oleoflores (con incidencia en el Cesar) y Palma de Aceite, que son empresas certificadas”, indicó.
Naranjo explicó que Colombia tiene más de 800 mil toneladas de aceite palma certificado, lo que corresponde a un poco más del 21% de producción total de América Latina, subrayando que “Colombia es el país abanderado en el tema de certificación de calidad, sigue Guatemala, Costa Rica, Brasil, Honduras, entre otros países”.
Con respecto a las problemáticas en RSPO en los países de América Latina mencionó que cada país tiene problemas diferentes; Perú, con deforestación; Honduras y Guatemala, con temas sociales; y Colombia, con tenencia de tierras.
PANORAMA NACIONAL
*Sostenibilidad ambiental
De acuerdo al presidente de Fedepalmas, Jens Mesa Dishington, Colombia ha podido desarrollar sus más de 500 mil hectáreas de palma de aceite prácticamente sin deforestar. Esta realidad ha sido documentada por dos estudios realizados por la Universidad de Duke y por la Universidad de Puerto Rico.
“Nuestro país tiene un enorme potencial para expandir no solo el cultivo de la palma de aceite, sino muchas otras actividades agrícolas. La superficie terrestre de Colombia es de aproximadamente 114 millones de hectáreas, de las cuales 63,2 millones (el 56,7%) están cubiertas por bosques naturales y poco más de 40 millones de hectáreas (el 35%) tienen hoy potencial de uso agropecuario. De esta última cifra, según el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, alrededor de 8 millones de hectáreas (20% de la frontera agrícola) cuentan con áreas cultivadas. En este sentido, el gremio palmero está comprometido con que el desarrollo futuro de esta actividad continúe dándose sin deforestar y respetando criterios ambientales”, arguyó.
*Sostenibilidad social
El cultivo de la palma de aceite en Colombia ha sido reconocido por su alto nivel de empleo y formalidad. Mesa Dishington dio a conocer que en 2017, el sector palmero colombiano generó alrededor de 170.000 puestos de trabajo entre directos e indirectos, agregando que “a lo anterior se suman los recientes resultados de la Primera Gran Encuesta de Empleo Directo del sector palmero, realizada por el DANE y Fedepalma, según los cuales el 82% de los trabajadores del sector cuentan con una vinculación formal, lo cual contrasta totalmente con la alta informalidad del empleo rural, que, según el más reciente informe del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, es del 82%”.
*Sostenibilidad económica
El modelo de negocio de los palmicultores no solo incorpora las variables económicas y financieras, sino también las ambientales y sociales, las cuales, si bien se pueden ver reflejadas como un mayor costo, finalmente redundan en aumentos en la productividad y en la competitividad del productor.
Así lo explicó el líder de los palmicultores, acotando que para que esta estructura de costos pueda ser manejada de una manera más eficiente, es clave aumentar la productividad, tanto en términos del rendimiento del cultivo como de una mayor productividad laboral.
“Si bien la palmicultura colombiana muestra significativos avances en sus índices de productividad, con rendimientos por hectárea en 2017 ligeramente superiores al promedio mundial, es importante seguir trabajando por cerrar las brechas entre tipos de productor y entre regiones”, puntualizó.
¿Sabía usted que…
La palma de aceite produce más de 20 mil empleos en el Cesar, lo que ayuda al sector agropecuario de la región?
ANNELISE BARRIGA RAMIREZ/EL PILÓN
[email protected]