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Política - 15 octubre, 2018

El Cesar es ejemplo de superación de los odios que dejó la guerra

Verdad, Justicia, Reparación y No repetición, en ese orden, son los pilares de un sistema compuesto por diferentes mecanismos judiciales y extrajudiciales cuya puesta en marcha se planeó de manera coordinada con el fin de lograr la mayor satisfacción posible de los derechos de las víctimas, asegurar la rendición de cuentas por lo ocurrido, garantizar […]

Verdad, Justicia, Reparación y No repetición, en ese orden, son los pilares de un sistema compuesto por diferentes mecanismos judiciales y extrajudiciales cuya puesta en marcha se planeó de manera coordinada con el fin de lograr la mayor satisfacción posible de los derechos de las víctimas, asegurar la rendición de cuentas por lo ocurrido, garantizar la seguridad jurídica de quienes participen en el Sistema Integral y contribuir a garantizar la convivencia, la reconciliación y la no repetición del conflicto y así asegurar la transición de los actores armados a la paz.

Sin embargo, en la práctica, la verdad no ha sido la primera en conseguirse; por el contrario, a penas este diciembre entrará en funcionamiento la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad. ¿Qué es? Martha Ruiz, una periodista comisionada para la región Caribe, le contó a EL PILÓN, de qué se trata.

¿Por qué apartar un lugar especial para la verdad en este proceso de posconflicto?

Cuando se termina una guerra, como dice la poeta Wisława Szymborska, “alguien tiene que poner en orden la casa otra vez” y, para ordenar la casa, es muy necesario saber realmente qué pasó, porque es la manera de decir cómo vamos a hacer en adelante para que esto no se repita.

Cuando una guerra es tan larga es difícil tener claro cómo empezó, ni qué la hizo tan compleja, ni por qué llegó a los grados de degradación a los que llegó. Y como las guerras tampoco se terminan automáticamente, sino que debe haber voluntad política de terminarla y de construir paz y, además, hay que entender qué es lo que hizo que durara tanto y fuera tan cruel. Ese relato es el que tiene que hacer la comisión, porque la función que hace es poner un espejo, y decirle a la sociedad mírese en este espejo, eso que le está mostrando este espejo es lo que hizo que hubiera ocho millones de víctimas.

¿Por eso es que la verdad está tan ligada al tema de la no repetición?
Sí.

¿Cómo nace la necesidad de crear, como tal, una comisión para el esclarecimiento de la verdad? porque, además, su existencia es rancho aparte del Gobierno y de los órganos judiciales

Creo que la primera Comisión de la Verdad es la de Argentina. Cuando en ese país se cae la dictadura militar, después de la Guerra de las Malvinas, y van a transitar a la democracia, las víctimas alzan la mano y dicen “aquí hay un poco de desaparecidos”.

Entonces, sectores de la sociedad argentina respondieron: “No, cuáles desaparecidos, olvídense de todo eso, suficiente es que transitemos hacia la democracia.”

Las víctimas insisten y dicen: “No, yo quiero saber dónde está mi hijo”” y “yo quiero saber dónde está mi esposo”. Ante ese reclamo, decidieron crear una comisión de la Verdad y contar realmente lo que pasó.

Los militares decían que había un puñado de casos aislados, “manzanas podridas”, pero en ese momento la Comisión pudo demostrar que había por lo menos 10 mil desaparecidos, lo que permitió reivindicar el derecho de las víctimas a saber la verdad, y es lo que han hecho todas las comisiones de la verdad.

Cuando alguien sufre violencia en su casa, la primera pregunta que se hace es “porqué yo”. Y a veces la respuesta no es individual, sino colectiva: existe un contexto, que permitió que a ti, en particular, te pasara eso. Por eso las comisiones de la verdad son procesos de toma de consciencia sobre los horrores vividos y sobre las causas de los horrores, sobre qué es lo que hay en el fondo de una sociedad que sea capaz de soportar 8 millones de víctimas

¿Cómo estamos con la implementación de la comisión en Colombia? ¿Estamos desfasados? ¿Se está desarrollando en mal momento?

Los tiempos de una comisión de la Verdad son relativos, algunos dicen que hay que dejar pasar un tiempo para poder contar la verdad, por ejemplo.

En realidad las comisiones de la verdad, por lo menos en este caso, son pensadas como una contribución a hacer el tránsito entre la guerra y la construcción de paz, en el entendido que, si se actúa rápido, se podrá incidir en la realidad.

Es decir, si actúas en 20 años ya el conflicto se ha repetido; si se hace rápido y se pone sobre la mesa y se dice “mire estos son los factores que hicieron que esto fuera peor”, te permite incidir en la realidad. Para ello, esta comisión de la Verdad tiene 3 años.

¿Tres años son suficientes para recolectar la verdad de más de 50 años de guerra?

Sí, de hecho esta es una de las comisiones de la verdad que más tiempo ha tenido. Las comisiones de la verdad suelen tener menos tiempo para actuar, porque no resuelven caso a caso, resuelven patrones colectivos grandes, los grandes sucesos. Digamos que es poco tiempo para la tarea, pero es suficiente.

Estamos en una cultura de revictimización. Es muy fácil que la gente diga “¿quién lo mandó? y siempre se está buscando justificación al porqué son víctimas ¿Es esa actitud una piedra en el camino?

No creo que sea una piedra en el camino, creo que es uno de los propósitos principales de esta comisión. Romper con esas narrativas que justifican y normalizan la violencia, que degradan al ser humano al punto de decir que se lo merecía o se lo buscó.

La tarea principal de esta comisión es reivindicar la dignidad humana de todos, especialmente, de quienes sufrieron la violencia en el conflicto y romper esas narrativas, sean de instituciones o de personas o de poderes que justifican el aniquilamiento del otro.

¿Y eso cómo se logra?

Hay muchos caminos, pero el que va a usar la Comisión de la Verdad es una masiva escucha de lo que pasó, o sea, hay que escuchar más a quienes sufrieron el conflicto desde todos lados, hay que poner a dialogar a la gente, es decir, uno descalifica muy fácil desde el desconocimiento.

Cuando te sientas y escuchas al otro tú percepción cambia y la comisión tiene que generar unos espacios de encuentro e intercambio para que eso no ocurra

¿Por qué primero los periodistas y por qué primero Valledupar?

Hemos venido primero a Valledupar a hablar con los periodistas porque creemos que hay mucho desconocimiento sobre la existencia de la Comisión y los periodistas son los primeros que tendrían que saber para que, a través de ellos, los demás se enteren.

Venimos a Valledupar, porque está en un momento muy importante. Valledupar será la ciudad desde donde vamos a estar observando Magdalena, La Guajira y el Cesar.

Si miras las cifras, el Cesar es una de las regiones con una victimización más atroz, brutal, a lo largo del conflicto. Por decirte algo, el Cesar es quizás el lugar donde más secuestro hubo, el tema del desplazamiento también fue brutal. Entonces es una zona donde la violencia fue muy fuerte, pero además es una zona donde la sociedad hace mucho tiempo está tratando de reconstituir el tejido social.

Entonces hay mucho capital humano para empezar una tarea en virtud del reconocimiento y de la convivencia y de generar una superación realmente del conflicto. Hay procesos sociales muy interesantes en el Cesar, de diálogo, de intercambio, de reconocimiento de lo que pasó, lo que hacen del Cesar una experiencia ejemplarizante para el país en materia de superación de la polarización, la rabia, las huellas y los odios que deja la guerra.

¿Quién tiene la verdad de la guerra en Colombia?

Ellos. Nosotros no tenemos la verdad, ellos la cuentan. Nosotros lo que hacemos es recoger las historias de la gente para poder construir un relato de verdad. La verdad está en la gente

¿Lo más difícil y lo más fácil de este proceso?

Lo más fácil no sé. Lo más difícil ha sido construir confianza.
Lo más difícil es cómo generar en el otro la confianza para que cuente lo que le pasó sin que sienta que eso le va a traer más dolor, es difícil y hay mucho miedo. Lo más difícil es romper el miedo y el escepticismo.

Política
15 octubre, 2018

El Cesar es ejemplo de superación de los odios que dejó la guerra

Verdad, Justicia, Reparación y No repetición, en ese orden, son los pilares de un sistema compuesto por diferentes mecanismos judiciales y extrajudiciales cuya puesta en marcha se planeó de manera coordinada con el fin de lograr la mayor satisfacción posible de los derechos de las víctimas, asegurar la rendición de cuentas por lo ocurrido, garantizar […]


Verdad, Justicia, Reparación y No repetición, en ese orden, son los pilares de un sistema compuesto por diferentes mecanismos judiciales y extrajudiciales cuya puesta en marcha se planeó de manera coordinada con el fin de lograr la mayor satisfacción posible de los derechos de las víctimas, asegurar la rendición de cuentas por lo ocurrido, garantizar la seguridad jurídica de quienes participen en el Sistema Integral y contribuir a garantizar la convivencia, la reconciliación y la no repetición del conflicto y así asegurar la transición de los actores armados a la paz.

Sin embargo, en la práctica, la verdad no ha sido la primera en conseguirse; por el contrario, a penas este diciembre entrará en funcionamiento la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad. ¿Qué es? Martha Ruiz, una periodista comisionada para la región Caribe, le contó a EL PILÓN, de qué se trata.

¿Por qué apartar un lugar especial para la verdad en este proceso de posconflicto?

Cuando se termina una guerra, como dice la poeta Wisława Szymborska, “alguien tiene que poner en orden la casa otra vez” y, para ordenar la casa, es muy necesario saber realmente qué pasó, porque es la manera de decir cómo vamos a hacer en adelante para que esto no se repita.

Cuando una guerra es tan larga es difícil tener claro cómo empezó, ni qué la hizo tan compleja, ni por qué llegó a los grados de degradación a los que llegó. Y como las guerras tampoco se terminan automáticamente, sino que debe haber voluntad política de terminarla y de construir paz y, además, hay que entender qué es lo que hizo que durara tanto y fuera tan cruel. Ese relato es el que tiene que hacer la comisión, porque la función que hace es poner un espejo, y decirle a la sociedad mírese en este espejo, eso que le está mostrando este espejo es lo que hizo que hubiera ocho millones de víctimas.

¿Por eso es que la verdad está tan ligada al tema de la no repetición?
Sí.

¿Cómo nace la necesidad de crear, como tal, una comisión para el esclarecimiento de la verdad? porque, además, su existencia es rancho aparte del Gobierno y de los órganos judiciales

Creo que la primera Comisión de la Verdad es la de Argentina. Cuando en ese país se cae la dictadura militar, después de la Guerra de las Malvinas, y van a transitar a la democracia, las víctimas alzan la mano y dicen “aquí hay un poco de desaparecidos”.

Entonces, sectores de la sociedad argentina respondieron: “No, cuáles desaparecidos, olvídense de todo eso, suficiente es que transitemos hacia la democracia.”

Las víctimas insisten y dicen: “No, yo quiero saber dónde está mi hijo”” y “yo quiero saber dónde está mi esposo”. Ante ese reclamo, decidieron crear una comisión de la Verdad y contar realmente lo que pasó.

Los militares decían que había un puñado de casos aislados, “manzanas podridas”, pero en ese momento la Comisión pudo demostrar que había por lo menos 10 mil desaparecidos, lo que permitió reivindicar el derecho de las víctimas a saber la verdad, y es lo que han hecho todas las comisiones de la verdad.

Cuando alguien sufre violencia en su casa, la primera pregunta que se hace es “porqué yo”. Y a veces la respuesta no es individual, sino colectiva: existe un contexto, que permitió que a ti, en particular, te pasara eso. Por eso las comisiones de la verdad son procesos de toma de consciencia sobre los horrores vividos y sobre las causas de los horrores, sobre qué es lo que hay en el fondo de una sociedad que sea capaz de soportar 8 millones de víctimas

¿Cómo estamos con la implementación de la comisión en Colombia? ¿Estamos desfasados? ¿Se está desarrollando en mal momento?

Los tiempos de una comisión de la Verdad son relativos, algunos dicen que hay que dejar pasar un tiempo para poder contar la verdad, por ejemplo.

En realidad las comisiones de la verdad, por lo menos en este caso, son pensadas como una contribución a hacer el tránsito entre la guerra y la construcción de paz, en el entendido que, si se actúa rápido, se podrá incidir en la realidad.

Es decir, si actúas en 20 años ya el conflicto se ha repetido; si se hace rápido y se pone sobre la mesa y se dice “mire estos son los factores que hicieron que esto fuera peor”, te permite incidir en la realidad. Para ello, esta comisión de la Verdad tiene 3 años.

¿Tres años son suficientes para recolectar la verdad de más de 50 años de guerra?

Sí, de hecho esta es una de las comisiones de la verdad que más tiempo ha tenido. Las comisiones de la verdad suelen tener menos tiempo para actuar, porque no resuelven caso a caso, resuelven patrones colectivos grandes, los grandes sucesos. Digamos que es poco tiempo para la tarea, pero es suficiente.

Estamos en una cultura de revictimización. Es muy fácil que la gente diga “¿quién lo mandó? y siempre se está buscando justificación al porqué son víctimas ¿Es esa actitud una piedra en el camino?

No creo que sea una piedra en el camino, creo que es uno de los propósitos principales de esta comisión. Romper con esas narrativas que justifican y normalizan la violencia, que degradan al ser humano al punto de decir que se lo merecía o se lo buscó.

La tarea principal de esta comisión es reivindicar la dignidad humana de todos, especialmente, de quienes sufrieron la violencia en el conflicto y romper esas narrativas, sean de instituciones o de personas o de poderes que justifican el aniquilamiento del otro.

¿Y eso cómo se logra?

Hay muchos caminos, pero el que va a usar la Comisión de la Verdad es una masiva escucha de lo que pasó, o sea, hay que escuchar más a quienes sufrieron el conflicto desde todos lados, hay que poner a dialogar a la gente, es decir, uno descalifica muy fácil desde el desconocimiento.

Cuando te sientas y escuchas al otro tú percepción cambia y la comisión tiene que generar unos espacios de encuentro e intercambio para que eso no ocurra

¿Por qué primero los periodistas y por qué primero Valledupar?

Hemos venido primero a Valledupar a hablar con los periodistas porque creemos que hay mucho desconocimiento sobre la existencia de la Comisión y los periodistas son los primeros que tendrían que saber para que, a través de ellos, los demás se enteren.

Venimos a Valledupar, porque está en un momento muy importante. Valledupar será la ciudad desde donde vamos a estar observando Magdalena, La Guajira y el Cesar.

Si miras las cifras, el Cesar es una de las regiones con una victimización más atroz, brutal, a lo largo del conflicto. Por decirte algo, el Cesar es quizás el lugar donde más secuestro hubo, el tema del desplazamiento también fue brutal. Entonces es una zona donde la violencia fue muy fuerte, pero además es una zona donde la sociedad hace mucho tiempo está tratando de reconstituir el tejido social.

Entonces hay mucho capital humano para empezar una tarea en virtud del reconocimiento y de la convivencia y de generar una superación realmente del conflicto. Hay procesos sociales muy interesantes en el Cesar, de diálogo, de intercambio, de reconocimiento de lo que pasó, lo que hacen del Cesar una experiencia ejemplarizante para el país en materia de superación de la polarización, la rabia, las huellas y los odios que deja la guerra.

¿Quién tiene la verdad de la guerra en Colombia?

Ellos. Nosotros no tenemos la verdad, ellos la cuentan. Nosotros lo que hacemos es recoger las historias de la gente para poder construir un relato de verdad. La verdad está en la gente

¿Lo más difícil y lo más fácil de este proceso?

Lo más fácil no sé. Lo más difícil ha sido construir confianza.
Lo más difícil es cómo generar en el otro la confianza para que cuente lo que le pasó sin que sienta que eso le va a traer más dolor, es difícil y hay mucho miedo. Lo más difícil es romper el miedo y el escepticismo.