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El centro histórico tiene dolientes y normas que lo protegen

Alrededor del centro histórico creció la ciudad. Sin embargo, parte de su espacio se encuentra abandonado. Foto: Joaquín Ramírez

Desde el punto de vista comercial, el crecimiento urbanístico desafía a los centros históricos. Los centros históricos tienen su propio concepto. En 1977 fueron definidos como todos aquellos asentamientos humanos vivos, condicionados por una estructura física proveniente del pasado, representativos de la evolución de un pueblo.

Según el Consejo Nacional De Política Económica y Social, con la creación de nuevas centralidades se va restando su importancia dentro de la estructura urbana y la dinámica económica de la ciudad. Es así como se llega a la conclusión que si esta tendencia no se revierte a tiempo es posible que se produzca el abandono, deterioro y posterior destrucción de esos sectores.

Pero reactivar el comercio en los centros históricos implica trabajar bajo los ordenamientos de las leyes que los protegen, sobre todo en las intervenciones a la infraestructura. En Valledupar, por ejemplo, hay bares, hoteles y restaurantes a su alrededor.

HAY EXENCIONES TRIBUTARIAS PERO INSUFICIENTES

En el artículo 26 del Estatuto tributario de Valledupar quedó establecido que los inmuebles calificados como patrimonio histórico, cultural o arquitectónico ubicados en el centro histórico están exentos en un 60 % del impuesto predial unificado. Sin embargo, “siempre y cuando sean de destinación exclusiva a vivienda”.

Por lo anterior, los comercios del centro histórico deben pagar ese impuesto similar al resto de la ciudad, aunque para las intervenciones necesitan permisos especiales. “El incentivo tributario que tiene el centro histórico es deficiente y necesita una reforma. Nosotros llevamos la propuesta al Concejo pero nunca nos prestaron atención. Ojalá llegue gente nueva que reconozca la importancia de un centro histórico”, detalló Alba Luz Luque, fundadora de Amigos del Viejo Valledupar, Aviva. “Lo que propusimos fue que proporcionalmente al área que esté alquilada se le dé una excepción. Por supuesto a esa área comercial se le da exención menor, pero se le da. Es que si tienes una piecita de un local de 30 metros arrendados a toda la casa se le quita el incentivo. Eso es un absurdo”, agregó Alba Luz Luque.

LO CULTURAL DEL CENTRO HISTÓRICO

En el centro histórico todo ese comercio que lucha por mejores condiciones tributarias gira entorno a la cultura. Está Palenke que es un bar que brinda espacios a los músicos locales y de otras ciudades de géneros como champeta, salsa, merengue, rock, pop. Lo acompaña Tlön, un bar cultural que brinda un espacio plural. Su programación incluye música en vivo de artistas locales y foráneos que incursionan en los géneros vallenato, salsa, cubano, rock y champeta.

Foto: Joaquín Ramírez

UN PASEO POR LA COLONIA

La fundadora de Aviva es propietaria de una de las casas coloniales más preservadas de Valledupar. Ubicada frente a la catedral Nuestra Señora del Rosario basta una visita para retornar a la ciudad de los grandes callejones y centros de manzana.

Todo está sutilmente ubicado, las fotos a blanco negro, la mesa en el centro de la sala rodeada de coloniales estantes que brillan por el cuidado; en el extenso cuarto, una hamaca acompaña la cama por la costumbre de pasar las altas temperaturas allí antes de ir a la cama. Y por supuesto la sala de reunión, con ventanas en todos los puntos y adornada de clásicos cuadros. “Las personas que me visitan siempre aseguran no querer irse”, señala Alba Luz. Entrar en su casa es un paseo por la época colonial de Valledupar, donde la sala es fresca y los cuartos y la sala giran alrededor del patio, que se convirtió en un jardín y el lugar perfecto para desayunar.

LA OPORTUNIDAD PARA MEJORAR LAS CONDICIONES

Además del cuidado de su casa, Alba Luque con la fundación Aviva participan de todas las discusiones que rodean el centro histórico. En este caso el proyecto de intervención a sus redes. Luego de la renovación de la plaza Alfonso López, la administración municipal planea la reposición y ampliación de redes de acueducto, alcantarillado sanitario y pluvial del centro histórico.

Foto: Joaquín Ramírez.

Uno de los problemas de deterioro que acusa el centro histórico es el desorden del cableado. “Ahora con la televisión satelital se ven hasta 20 cables enredados. Mi sueño es algún día no ver ese cableado”, aseveró el historiador y jefe de la Oficina de Cultura, Tomás Darío Gutiérrez.

Ante el proyecto de apertura de vías para la renovación de las redes de acueducto, la fundación Aviva considera que es la oportunidad para incluir el soterramiento de los cables del circuito eléctrico del centro histórico. “Es ahora o nunca la oportunidad de hacer junto a los arreglos sanitarios, el soterramiento del cableado en el centro histórico”, explicó Alba Luque.

Algunos techos de las casas coloniales están en el suelo por el abandono de los propietarios. Foto: Joaquín Ramírez

EL ABANDONO DE LAS PERSONAS

Además de la formación de puntos económicos alternos, los centros históricos sufren el abandono de las personas. Incluso, este es el primero objetivo del Plan Especial de Manejo y Protección, PEMP, “detener el proceso de desocupación de las edificaciones”. Al deterioro y los retos económicos que implica sostener una casa colonial, se le suman las casas dejadas en herencia que están bajo pleitos legales y que “no tienen dolientes”.

Para el encargado de la Oficina de Cultura, Tomás Darío Gutiérrez, la situación es compleja por la participación de privados. “La gente dice por qué no la compra el municipio, pero es que son costosas y no se tendrían los recursos. Las casas más bellas están en peligro, de familias pudientes, a varias ya se le cayeron el techo. Si no se toma medida en un año, eso será un desastre”, explicó el funcionario.

La misma premonición del historiador se repite desde hace casi dos décadas. En este momento, los techos caídos y las casas a punto de caer, seguramente, son el resultado de la poca atención que ha tenido el centro histórico de Valledupar, donde sobrevive la historia de la ciudad.

Por: DEIVIS CARO DAZA/ EL PILÓN
defancaro1392@gmail.com

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