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Editorial - 10 julio, 2021

El Centro de Bienestar Animal

Ha dado un gran paso la Alcaldía de Valledupar con la decisión de iniciar la construcción del Centro de Bienestar Animal, un anhelo de personas y organizaciones que promueven  la protección, defensa y una ciudad tranquila y amable para los animales. Aprovechamos para hacer algunas recomendaciones: el Centro de Bienestar Animal es necesario y útil […]

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Ha dado un gran paso la Alcaldía de Valledupar con la decisión de iniciar la construcción del Centro de Bienestar Animal, un anhelo de personas y organizaciones que promueven  la protección, defensa y una ciudad tranquila y amable para los animales.

Aprovechamos para hacer algunas recomendaciones: el Centro de Bienestar Animal es necesario y útil sólo si está fundamentado en una política pública de salud y de planeación municipal, pues no es solamente construirlo e inaugurarlo, sino su mantenimiento y sostenibilidad que puede estar costando del orden de $100 millones mensuales, teniendo en cuenta la alimentación de los animales, su cuidado y los profesionales a cargo.

Si no es así en vez de solucionar un problema se agravaría aún más la situación. Para la atención de animales en situación de calle lo que se debe hacer no es solo atenderles y mudar el problema. El objetivo debe ser que no haya más proliferación, lo cual se logra a través de campañas permanentes y efectivas de educación, vacunación y esterilización.

Así como poniendo a funcionar los elementos claves para ejecutar dichas acciones, como lo es la Junta de Acción Animal y Ambiental Municipal, la cual ya fue decretada hace más de seis años y no funciona desde entonces. Otra herramienta es el Comité de Zoonosis Municipal, el cual debe ser institucionalizado por la Alcaldía a través de la Secretaría de Salud. La administración tiene varias falencias a este nivel y así como las anteriores, sigue pecando por omisión y desconocimiento.

Es diferente, para no generar confusiones,  el funcionamiento  del Centro de Fauna de  Corpocesar, ubicado en el sector de Callao, en la vía a Valencia de Jesús, el cual está reglamentado y priorizado en el Plan de Desarrollo de la Corporación y que ha venido posicionándose como uno de los mejores a nivel regional y nacional. Y el que se dedica exclusivamente a la población de animales  silvestres. El cual en el momento es un ejemplo de autosostenibilidad y atención a la comunidad.

Pensándolo, sobre los animales de Valledupar el escritor y colaborador de este diario Pedro Olivella escribió en  una bella y novedosa crónica, publicada en edición del pasado  24 de junio, que “creemos, de manera errónea, que la ciudad está habitada únicamente por seres humanos. La mirada citadina, afectada de ceguera por inatención, simplemente ignora a los otros animales no humanos que también se han adaptado a nuestras moles de cemento. Los vemos cuando nos molestan, como ocurre con las plagas, o cuando buscamos su compañía como mascotas”. Por último, es el deseo de las personas que aman y respetan a los animales, pues lo hemos apreciado en este periódico y en diversos foros y escenarios, que este Centro de Bienestar sea un éxito, como lo ha sido la buena intención del alcalde Mello Castro con su realización, por  una gestión bien llevada,  considerándose los  aspectos mencionados anteriormente, que propicie y contribuya a una cultura de atención, cuidado y valoración de los animales, y que no sea otro animal extraño en estas tierras pero presente en la mente de los ciudadanos:  un elefante blanco.

Editorial
10 julio, 2021

El Centro de Bienestar Animal

Ha dado un gran paso la Alcaldía de Valledupar con la decisión de iniciar la construcción del Centro de Bienestar Animal, un anhelo de personas y organizaciones que promueven  la protección, defensa y una ciudad tranquila y amable para los animales. Aprovechamos para hacer algunas recomendaciones: el Centro de Bienestar Animal es necesario y útil […]


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Ha dado un gran paso la Alcaldía de Valledupar con la decisión de iniciar la construcción del Centro de Bienestar Animal, un anhelo de personas y organizaciones que promueven  la protección, defensa y una ciudad tranquila y amable para los animales.

Aprovechamos para hacer algunas recomendaciones: el Centro de Bienestar Animal es necesario y útil sólo si está fundamentado en una política pública de salud y de planeación municipal, pues no es solamente construirlo e inaugurarlo, sino su mantenimiento y sostenibilidad que puede estar costando del orden de $100 millones mensuales, teniendo en cuenta la alimentación de los animales, su cuidado y los profesionales a cargo.

Si no es así en vez de solucionar un problema se agravaría aún más la situación. Para la atención de animales en situación de calle lo que se debe hacer no es solo atenderles y mudar el problema. El objetivo debe ser que no haya más proliferación, lo cual se logra a través de campañas permanentes y efectivas de educación, vacunación y esterilización.

Así como poniendo a funcionar los elementos claves para ejecutar dichas acciones, como lo es la Junta de Acción Animal y Ambiental Municipal, la cual ya fue decretada hace más de seis años y no funciona desde entonces. Otra herramienta es el Comité de Zoonosis Municipal, el cual debe ser institucionalizado por la Alcaldía a través de la Secretaría de Salud. La administración tiene varias falencias a este nivel y así como las anteriores, sigue pecando por omisión y desconocimiento.

Es diferente, para no generar confusiones,  el funcionamiento  del Centro de Fauna de  Corpocesar, ubicado en el sector de Callao, en la vía a Valencia de Jesús, el cual está reglamentado y priorizado en el Plan de Desarrollo de la Corporación y que ha venido posicionándose como uno de los mejores a nivel regional y nacional. Y el que se dedica exclusivamente a la población de animales  silvestres. El cual en el momento es un ejemplo de autosostenibilidad y atención a la comunidad.

Pensándolo, sobre los animales de Valledupar el escritor y colaborador de este diario Pedro Olivella escribió en  una bella y novedosa crónica, publicada en edición del pasado  24 de junio, que “creemos, de manera errónea, que la ciudad está habitada únicamente por seres humanos. La mirada citadina, afectada de ceguera por inatención, simplemente ignora a los otros animales no humanos que también se han adaptado a nuestras moles de cemento. Los vemos cuando nos molestan, como ocurre con las plagas, o cuando buscamos su compañía como mascotas”. Por último, es el deseo de las personas que aman y respetan a los animales, pues lo hemos apreciado en este periódico y en diversos foros y escenarios, que este Centro de Bienestar sea un éxito, como lo ha sido la buena intención del alcalde Mello Castro con su realización, por  una gestión bien llevada,  considerándose los  aspectos mencionados anteriormente, que propicie y contribuya a una cultura de atención, cuidado y valoración de los animales, y que no sea otro animal extraño en estas tierras pero presente en la mente de los ciudadanos:  un elefante blanco.