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Columnista - 12 octubre, 2013

El caso malala

El caso Malala Yousafzai una chica de escasos quince años genera en estos días mucha expectativa en el mundo.

Por Leonardo José Maya

El caso Malala Yousafzai  una chica  de escasos quince años genera en estos días mucha expectativa en el mundo.

Su historia se conoció en octubre del año pasado cuando la adolescente sobrevivió milagrosamente a un atentado de los talibanes mientras se transportaba en su autobús escolar, la mañana del 9 de octubre de 2012 en Mingora, Pakistán, donde los insurgentes impusieron su versión radical de la ley islámica.

Ella recibió impactos de fusil en el rostro y el cuello que por poco le cuestan la vida junto a dos compañeritas, afortunadamente fue trasladada a Inglaterra donde recibió  tratamiento que incluyó cirugías plásticas en el rostro e implantes auditivos.

La razón de este ataque tan irracional como brutal es que se oponía a la prohibición de que las niñas recibieran educación en las aulas escolares. Malala, quien ya publicó su autobiografía, cuenta como se fue convirtiendo en figura pública al defender el derecho de las niñas a la educación después de que los talibanes se hicieran con el control de su ciudad en 2007,  narra que ella sabía que estaba amenazada de muerte.

Después del atentado, esta chica, ahora exiliada en Birmingham, se ha convertido en una activista internacional reconocida por el derecho a la educación, contra el trabajo infantil, el tráfico de niños y contra el extremismo religioso, así lo ha expresado en distintos escenarios internacionales particularmente en el Foro de las Naciones Unidas y ante el Banco Mundial. 

Por su actividad, el Parlamento Europeo la exaltó esta semana con el prestigioso premio Andréi Sájarov (célebre físico nuclear soviético quien al final de su vida se dedicó a trabajar por los derechos humanos) y  su nombre sonó con insistencia como gran opcionada al Premio Nobel de la Paz.

El mundo esperó con insistencia que este premio se le concediera a esta valerosa adolescente pero al final fue otorgado a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), sin embargo, el Banco Mundial ya anunció una donación de 200 millones de dólares al "Fondo Malala" que ella creó para apoyar la educación de las niñas en todo el mundo.

Es admirable todo lo que ha logrado despertar en el mundo esta menuda  jovencita sin más armas que el valor y la palabra para enfrentar  este fanatismo religioso  absolutamente contrario a la razón, la ciencia, las luces y los derechos humanos.

Postdata: Felicitaciones a la fundación FUNEMA y a sus directivos Límber Redondo y Hernán Salamanca por la actividad que realizan permanentemente en la ciudad creando conciencia sobre la importancia del medioambiente.

Columnista
12 octubre, 2013

El caso malala

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Leonardo Maya Amaya

El caso Malala Yousafzai una chica de escasos quince años genera en estos días mucha expectativa en el mundo.


Por Leonardo José Maya

El caso Malala Yousafzai  una chica  de escasos quince años genera en estos días mucha expectativa en el mundo.

Su historia se conoció en octubre del año pasado cuando la adolescente sobrevivió milagrosamente a un atentado de los talibanes mientras se transportaba en su autobús escolar, la mañana del 9 de octubre de 2012 en Mingora, Pakistán, donde los insurgentes impusieron su versión radical de la ley islámica.

Ella recibió impactos de fusil en el rostro y el cuello que por poco le cuestan la vida junto a dos compañeritas, afortunadamente fue trasladada a Inglaterra donde recibió  tratamiento que incluyó cirugías plásticas en el rostro e implantes auditivos.

La razón de este ataque tan irracional como brutal es que se oponía a la prohibición de que las niñas recibieran educación en las aulas escolares. Malala, quien ya publicó su autobiografía, cuenta como se fue convirtiendo en figura pública al defender el derecho de las niñas a la educación después de que los talibanes se hicieran con el control de su ciudad en 2007,  narra que ella sabía que estaba amenazada de muerte.

Después del atentado, esta chica, ahora exiliada en Birmingham, se ha convertido en una activista internacional reconocida por el derecho a la educación, contra el trabajo infantil, el tráfico de niños y contra el extremismo religioso, así lo ha expresado en distintos escenarios internacionales particularmente en el Foro de las Naciones Unidas y ante el Banco Mundial. 

Por su actividad, el Parlamento Europeo la exaltó esta semana con el prestigioso premio Andréi Sájarov (célebre físico nuclear soviético quien al final de su vida se dedicó a trabajar por los derechos humanos) y  su nombre sonó con insistencia como gran opcionada al Premio Nobel de la Paz.

El mundo esperó con insistencia que este premio se le concediera a esta valerosa adolescente pero al final fue otorgado a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), sin embargo, el Banco Mundial ya anunció una donación de 200 millones de dólares al "Fondo Malala" que ella creó para apoyar la educación de las niñas en todo el mundo.

Es admirable todo lo que ha logrado despertar en el mundo esta menuda  jovencita sin más armas que el valor y la palabra para enfrentar  este fanatismo religioso  absolutamente contrario a la razón, la ciencia, las luces y los derechos humanos.

Postdata: Felicitaciones a la fundación FUNEMA y a sus directivos Límber Redondo y Hernán Salamanca por la actividad que realizan permanentemente en la ciudad creando conciencia sobre la importancia del medioambiente.