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Columnista - 2 agosto, 2018

El cargo de curador urbano no es atractivo

La Superintendencia de Notariado y Registro abrió concurso público de méritos en junio de 2018 para la designación de los profesionales elegibles como curadores de veintiocho municipios, con un pliego de condiciones cuestionable, orientado para beneficio de aquellos que presenten posgrados y doctorados frente a los curadores que hoy ocupan sus cargos con experiencia específica […]

La Superintendencia de Notariado y Registro abrió concurso público de méritos en junio de 2018 para la designación de los profesionales elegibles como curadores de veintiocho municipios, con un pliego de condiciones cuestionable, orientado para beneficio de aquellos que presenten posgrados y doctorados frente a los curadores que hoy ocupan sus cargos con experiencia específica real, promoviendo y facilitando la inscripción masiva al evento, ya que el concurso debe hacerse por lo menos seis meses antes de vencerse el periodo de los curadores que hoy ejercen, y de no ser así, los veintiocho municipios quedarán de facto con curadores en provisionalidad ilegal, puesto que vencido su periodo deberán separarse del mismo.

Conocidas estas advertencias de ley y ya inscritos por lo menos los curadores de los veintiocho municipios, el Superintendente, ha publicado adendas aplazatorias del cronograma estipulado, sustentado en la evidencia de un bajo número de concursantes inscritos, sin considerar que los profesionales ya registrados, prestaban méritos para ser calificados, sin esperar que otros se presentaran por ampliación del plazo, sometiendo con esta actuación a los municipios mayores de cien mil habitantes, a semejante inseguridad jurídica pues con la última adenda el concurso quedó indefinido.

Con lo sucedido hasta ahora queda demostrado que no obstante el Superintendente esperara mayores inscripciones, el cargo de curador es cada vez menos atractivo, por la exigencia a los arquitectos de ser especialistas en derecho urbano o planeación urbana, certificar experiencia mínima de diez años en solo urbanismo, responder tributariamente como persona natural, asumir la carga laboral y prestacional, cumplir la gestión de salud y seguridad en el trabajo, cumplir con el aporte mensual al Supernotariado, impuesto de industria y comercio, tecnología al día, papelería especial, mensajería especial, información mensual a las alcaldías, a la Contraloría Municipal, a las CAR, al Ministerio de Vivienda, al Dane y a la Superintendencia.

Sumado a esto, las advertencias públicas permanentes de ajusticiamiento a los curadores de parte del Supernotariado, la satanización de la clase política a la figura, las preferencias de prejuzgamiento de la Administración de Justicia a los curadores y el celo permanente de los alcaldes y concejales por no tener el manejo de licenciamiento urbanístico de antaño, son las causales para que los profesionales no participen en este concurso, no hay más pretextos que aducir.

Por Augusto Enrique Orozco Sánchez

Columnista
2 agosto, 2018

El cargo de curador urbano no es atractivo

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Augusto Enrique Orozco Sanchez

La Superintendencia de Notariado y Registro abrió concurso público de méritos en junio de 2018 para la designación de los profesionales elegibles como curadores de veintiocho municipios, con un pliego de condiciones cuestionable, orientado para beneficio de aquellos que presenten posgrados y doctorados frente a los curadores que hoy ocupan sus cargos con experiencia específica […]


La Superintendencia de Notariado y Registro abrió concurso público de méritos en junio de 2018 para la designación de los profesionales elegibles como curadores de veintiocho municipios, con un pliego de condiciones cuestionable, orientado para beneficio de aquellos que presenten posgrados y doctorados frente a los curadores que hoy ocupan sus cargos con experiencia específica real, promoviendo y facilitando la inscripción masiva al evento, ya que el concurso debe hacerse por lo menos seis meses antes de vencerse el periodo de los curadores que hoy ejercen, y de no ser así, los veintiocho municipios quedarán de facto con curadores en provisionalidad ilegal, puesto que vencido su periodo deberán separarse del mismo.

Conocidas estas advertencias de ley y ya inscritos por lo menos los curadores de los veintiocho municipios, el Superintendente, ha publicado adendas aplazatorias del cronograma estipulado, sustentado en la evidencia de un bajo número de concursantes inscritos, sin considerar que los profesionales ya registrados, prestaban méritos para ser calificados, sin esperar que otros se presentaran por ampliación del plazo, sometiendo con esta actuación a los municipios mayores de cien mil habitantes, a semejante inseguridad jurídica pues con la última adenda el concurso quedó indefinido.

Con lo sucedido hasta ahora queda demostrado que no obstante el Superintendente esperara mayores inscripciones, el cargo de curador es cada vez menos atractivo, por la exigencia a los arquitectos de ser especialistas en derecho urbano o planeación urbana, certificar experiencia mínima de diez años en solo urbanismo, responder tributariamente como persona natural, asumir la carga laboral y prestacional, cumplir la gestión de salud y seguridad en el trabajo, cumplir con el aporte mensual al Supernotariado, impuesto de industria y comercio, tecnología al día, papelería especial, mensajería especial, información mensual a las alcaldías, a la Contraloría Municipal, a las CAR, al Ministerio de Vivienda, al Dane y a la Superintendencia.

Sumado a esto, las advertencias públicas permanentes de ajusticiamiento a los curadores de parte del Supernotariado, la satanización de la clase política a la figura, las preferencias de prejuzgamiento de la Administración de Justicia a los curadores y el celo permanente de los alcaldes y concejales por no tener el manejo de licenciamiento urbanístico de antaño, son las causales para que los profesionales no participen en este concurso, no hay más pretextos que aducir.

Por Augusto Enrique Orozco Sánchez