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Columnista - 12 febrero, 2021

El cambio climático impone un desafío

A manera de introducción, nos parece preciso manifestar aquí que lo que nosotros anotamos en nuestras columnas, lo hacemos con un lenguaje sencillo, de acuerdo con lo que estudiamos y conocemos, y claro, como quien dice, para que lo entienda todo el mundo, desde niños, jóvenes y adultos sin que tengan que ser muy letrados […]

A manera de introducción, nos parece preciso manifestar aquí que lo que nosotros anotamos en nuestras columnas, lo hacemos con un lenguaje sencillo, de acuerdo con lo que estudiamos y conocemos, y claro, como quien dice, para que lo entienda todo el mundo, desde niños, jóvenes y adultos sin que tengan que ser muy letrados en materia ecológica, en la medida que lo que nosotros manifestamos es con sentido pedagógico para que todos aprendamos lo que debemos saber frente a nuestro comportamiento y actuaciones ante lo que se llama la verdadera madre, la naturaleza, para que actuemos de manera amigable con ella  teniendo en cuenta que nosotros sin ella no podemos vivir, pero ella sin nosotros sí podrá continuar su discurrir histórico.

Antes de introducirnos en el cuerpo de este escrito de hoy, enviamos estos mensajes a la comunidad, donde hay que hacer mucha pedagogía respecto a lo que llamamos separación de residuos; queremos separación en casa, ya que con ello colaboraremos en grado sumo con un ambiente menos contaminante, apuntándole a la vez a lo que  se nos ha dado por llamar economía circular (o sea la reutilización). Estas campañas dependen de varias entidades, llámese Aseo del Norte, Alcaldía y Emdupar, entre otros, a sabiendas que  esto beneficia  a diferentes sectores sociales, ambientales y económicos.

Otro mensaje va en el sentido de que nuestro alcalde, que tiene los deseos de acertar en su administración, debe gestionar más temprano que tarde lo que corresponde a lo que se ha venido llamando escombrera, pero que hoy recibe el nombre de RCD (Residuos de Construcción y Demolición).

Con esta positiva actuación evitamos que el río Guatapurí siga siendo depósito de escombros y otros más. Este es un tema que no puede pasar desapercibido.  Y no podía faltarnos el cumplimiento definitivo de aquello que empezó y dejó a medio cumplir, como otras tantas cosas, el señor Uhía,  en la administración pasada: nos referimos al reemplazo de los vehículos de tracción animal y todo porque ha quedado en el papel el Decreto 178 de 2012, que fijó como último plazo el 31 de enero de 2013 para sacar los vehículos de tracción animal de circulación. Con esta acción también cumplimos con el mejoramiento del ambiente en la ciudad de Valledupar.

Sobre este tema de relevante importancia para el mundo no podemos dejar de recabar, por estar inmerso como eje principal en el proceso de sindemia (varias pandemias), y de ellas en la actualidad hacen parte: cambio climático, coronavirus, pobreza y miseria, hambre mundial, contaminación, corrupción, descomposición social, narcotráfico, guerras y endemias.

El acuerdo de París, reunido el 12 de diciembre de 2015, en donde participaron 195 países, es el campanazo al mundo de las tareas incluibles que debemos cumplir en el mundo si queremos continuar viviendo en este planeta y además dejarlo para que lo puedan vivir las generaciones futuras. Ya han pasado 5 años y todo va atrasado en muchos países, incluyendo el nuestro. Este proceso tiene prioridad para ver cómo se va a moldear la economía mundial de acuerdo con los avances de la mitigación y adaptación al cambio climático, teniendo en cuenta especialmente la deforestación y la transición energética (pasar de la energía producida con elementos fósiles a energía renovable, eólica y solar, entre otras).

 La conclusión del acuerdo de París es que el mundo debe reconfigurar la economía global. Para nuestro país el cambio climático impone muchos desafíos, teniendo en cuenta las alteraciones que estamos soportando con un poco de resiliencia; desde ya contamos con alteraciones en los ciclos hídricos, afectaciones en la producción agrícola y, en fin, intensificación de los fenómenos climáticos, y claro, no solo para nuestro país sino para el mundo.

Colombia, en general, incluyendo la administración pública, el sector privado y la ciudadanía, debe mirar hacia la economía circular, y los planes de desarrollo y de acción de las entidades deben enfocarse hacia el cambio climático para procurar una economía sostenible con base en la economía circular.  

Columnista
12 febrero, 2021

El cambio climático impone un desafío

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán Maestre Martínez

A manera de introducción, nos parece preciso manifestar aquí que lo que nosotros anotamos en nuestras columnas, lo hacemos con un lenguaje sencillo, de acuerdo con lo que estudiamos y conocemos, y claro, como quien dice, para que lo entienda todo el mundo, desde niños, jóvenes y adultos sin que tengan que ser muy letrados […]


A manera de introducción, nos parece preciso manifestar aquí que lo que nosotros anotamos en nuestras columnas, lo hacemos con un lenguaje sencillo, de acuerdo con lo que estudiamos y conocemos, y claro, como quien dice, para que lo entienda todo el mundo, desde niños, jóvenes y adultos sin que tengan que ser muy letrados en materia ecológica, en la medida que lo que nosotros manifestamos es con sentido pedagógico para que todos aprendamos lo que debemos saber frente a nuestro comportamiento y actuaciones ante lo que se llama la verdadera madre, la naturaleza, para que actuemos de manera amigable con ella  teniendo en cuenta que nosotros sin ella no podemos vivir, pero ella sin nosotros sí podrá continuar su discurrir histórico.

Antes de introducirnos en el cuerpo de este escrito de hoy, enviamos estos mensajes a la comunidad, donde hay que hacer mucha pedagogía respecto a lo que llamamos separación de residuos; queremos separación en casa, ya que con ello colaboraremos en grado sumo con un ambiente menos contaminante, apuntándole a la vez a lo que  se nos ha dado por llamar economía circular (o sea la reutilización). Estas campañas dependen de varias entidades, llámese Aseo del Norte, Alcaldía y Emdupar, entre otros, a sabiendas que  esto beneficia  a diferentes sectores sociales, ambientales y económicos.

Otro mensaje va en el sentido de que nuestro alcalde, que tiene los deseos de acertar en su administración, debe gestionar más temprano que tarde lo que corresponde a lo que se ha venido llamando escombrera, pero que hoy recibe el nombre de RCD (Residuos de Construcción y Demolición).

Con esta positiva actuación evitamos que el río Guatapurí siga siendo depósito de escombros y otros más. Este es un tema que no puede pasar desapercibido.  Y no podía faltarnos el cumplimiento definitivo de aquello que empezó y dejó a medio cumplir, como otras tantas cosas, el señor Uhía,  en la administración pasada: nos referimos al reemplazo de los vehículos de tracción animal y todo porque ha quedado en el papel el Decreto 178 de 2012, que fijó como último plazo el 31 de enero de 2013 para sacar los vehículos de tracción animal de circulación. Con esta acción también cumplimos con el mejoramiento del ambiente en la ciudad de Valledupar.

Sobre este tema de relevante importancia para el mundo no podemos dejar de recabar, por estar inmerso como eje principal en el proceso de sindemia (varias pandemias), y de ellas en la actualidad hacen parte: cambio climático, coronavirus, pobreza y miseria, hambre mundial, contaminación, corrupción, descomposición social, narcotráfico, guerras y endemias.

El acuerdo de París, reunido el 12 de diciembre de 2015, en donde participaron 195 países, es el campanazo al mundo de las tareas incluibles que debemos cumplir en el mundo si queremos continuar viviendo en este planeta y además dejarlo para que lo puedan vivir las generaciones futuras. Ya han pasado 5 años y todo va atrasado en muchos países, incluyendo el nuestro. Este proceso tiene prioridad para ver cómo se va a moldear la economía mundial de acuerdo con los avances de la mitigación y adaptación al cambio climático, teniendo en cuenta especialmente la deforestación y la transición energética (pasar de la energía producida con elementos fósiles a energía renovable, eólica y solar, entre otras).

 La conclusión del acuerdo de París es que el mundo debe reconfigurar la economía global. Para nuestro país el cambio climático impone muchos desafíos, teniendo en cuenta las alteraciones que estamos soportando con un poco de resiliencia; desde ya contamos con alteraciones en los ciclos hídricos, afectaciones en la producción agrícola y, en fin, intensificación de los fenómenos climáticos, y claro, no solo para nuestro país sino para el mundo.

Colombia, en general, incluyendo la administración pública, el sector privado y la ciudadanía, debe mirar hacia la economía circular, y los planes de desarrollo y de acción de las entidades deben enfocarse hacia el cambio climático para procurar una economía sostenible con base en la economía circular.