El búmeran es un extraño objeto que tiene dos movimientos, uno alrededor de su centro de masa y el otro, que es orbital, lo hace alrededor de su centro de gravedad que se encuentra en el punto de lanzamiento; se comporta como un planeta que gira alrededor de su estrella; no todo el mundo lo […]
El búmeran es un extraño objeto que tiene dos movimientos, uno alrededor de su centro de masa y el otro, que es orbital, lo hace alrededor de su centro de gravedad que se encuentra en el punto de lanzamiento; se comporta como un planeta que gira alrededor de su estrella; no todo el mundo lo sabe tirar, porque puede caer en su propia humanidad. Los efectos naturales tienen alguna similitud con los procesos ideológicos y políticos.
El dardo que lanzó Uribe contra el senador Cepeda es uno de estos casos, fue por lana y salió trasquilado, siempre he creído que los vivos son poco inteligentes. Según el proceso por todos conocidos, trató de sobornar a dos viejos conocidos, Carlos Enrique Vélez y Juan Guillermo Monsalve, presos por paramilitarismo, y a la exesposa de este, Deyanira Gómez. Lo acusan de soborno a testigos y fraude procesal, conocidas figuras del código penal. Este ha sido un largo y tortuoso proceso lleno de suspicacias y estrategias jurídicas que debe haber costado una inmensa fortuna y durante el cual muchos testigos han sido asesinados.
Aquí, no se permiten ni la más mínima infidencia ni versiones contrarias al proceso. Cadena, el mensajero de las cárceles, conocido como el “aboganster”, y a quien escogieron para el trabajo sucio, el amanuense de la treta que hoy mantiene en ascuas al expresidente Uribe y de la cual tampoco salió bien librado; hoy Cadena le dice a Uribe que no lo amenace, que él cumplió a cabalidad su misión. A Deyanira, por su parte, después de perder su trabajo como médico y de muchos seguimientos, le tocó asilarse con sus hijos.
Ser testigo contra Uribe no es fácil. Hay que abonarle a Monsalve la valentía que ha tenido para no cambiar su versión pese a inimaginables presiones de todo tipo. Los cuatro años de la fiscalía de Barbosa sirvieron para dilatar el juicio hoy ad portas de prescribir; muchos fueron los intentos por hacerlo, pero gracias a la independencia de dos valerosas jueces, se pudo mantener con moderados alientos; este es un caso emblemático, único y primero en Colombia, un expresidente sometido al poder judicial; antes, a Rojas Pinilla el Congreso de la República le había hecho un juicio político.
Desde la juridicidad, para Uribe el caso no es fácil y por eso, quizás, le jugaban a la continuidad de Mancera como fiscal, buscando la preclusión. Los defensores de esta causa sabían que, bajo una nueva fiscalía, las cosas se les saldrían de las manos y así parece. En menos de un mes, esta nueva institución ya comienza a dar frutos. Sálvese quien pueda. Por fortuna, la verdad se comporta como un corcho en un remolino de agua, algún día sale a flote. Sin embargo, Uribe dice que este no es un corcho sino una personal actitud de los jueces para perseguirlo a él y a su familia. ¿Será posible que la CSJ en pleno, dos juezas en momentos diferentes y ahora un nuevo fiscal del caso estén equivocados? A los reparos no jurídicos de Uribe se suman las voces plañideras de los rábulas y abyectos de toda índole para sacralizarlo.
Se olvidan de que la ley es dura, pero es la ley y que nadie puede estar por encima de ella. Y no hay que ser experto en jurisprudencia para saber si algún presunto reo es o no culpable. Que la justicia opere.
Luis Napoleón de Armas P.
El búmeran es un extraño objeto que tiene dos movimientos, uno alrededor de su centro de masa y el otro, que es orbital, lo hace alrededor de su centro de gravedad que se encuentra en el punto de lanzamiento; se comporta como un planeta que gira alrededor de su estrella; no todo el mundo lo […]
El búmeran es un extraño objeto que tiene dos movimientos, uno alrededor de su centro de masa y el otro, que es orbital, lo hace alrededor de su centro de gravedad que se encuentra en el punto de lanzamiento; se comporta como un planeta que gira alrededor de su estrella; no todo el mundo lo sabe tirar, porque puede caer en su propia humanidad. Los efectos naturales tienen alguna similitud con los procesos ideológicos y políticos.
El dardo que lanzó Uribe contra el senador Cepeda es uno de estos casos, fue por lana y salió trasquilado, siempre he creído que los vivos son poco inteligentes. Según el proceso por todos conocidos, trató de sobornar a dos viejos conocidos, Carlos Enrique Vélez y Juan Guillermo Monsalve, presos por paramilitarismo, y a la exesposa de este, Deyanira Gómez. Lo acusan de soborno a testigos y fraude procesal, conocidas figuras del código penal. Este ha sido un largo y tortuoso proceso lleno de suspicacias y estrategias jurídicas que debe haber costado una inmensa fortuna y durante el cual muchos testigos han sido asesinados.
Aquí, no se permiten ni la más mínima infidencia ni versiones contrarias al proceso. Cadena, el mensajero de las cárceles, conocido como el “aboganster”, y a quien escogieron para el trabajo sucio, el amanuense de la treta que hoy mantiene en ascuas al expresidente Uribe y de la cual tampoco salió bien librado; hoy Cadena le dice a Uribe que no lo amenace, que él cumplió a cabalidad su misión. A Deyanira, por su parte, después de perder su trabajo como médico y de muchos seguimientos, le tocó asilarse con sus hijos.
Ser testigo contra Uribe no es fácil. Hay que abonarle a Monsalve la valentía que ha tenido para no cambiar su versión pese a inimaginables presiones de todo tipo. Los cuatro años de la fiscalía de Barbosa sirvieron para dilatar el juicio hoy ad portas de prescribir; muchos fueron los intentos por hacerlo, pero gracias a la independencia de dos valerosas jueces, se pudo mantener con moderados alientos; este es un caso emblemático, único y primero en Colombia, un expresidente sometido al poder judicial; antes, a Rojas Pinilla el Congreso de la República le había hecho un juicio político.
Desde la juridicidad, para Uribe el caso no es fácil y por eso, quizás, le jugaban a la continuidad de Mancera como fiscal, buscando la preclusión. Los defensores de esta causa sabían que, bajo una nueva fiscalía, las cosas se les saldrían de las manos y así parece. En menos de un mes, esta nueva institución ya comienza a dar frutos. Sálvese quien pueda. Por fortuna, la verdad se comporta como un corcho en un remolino de agua, algún día sale a flote. Sin embargo, Uribe dice que este no es un corcho sino una personal actitud de los jueces para perseguirlo a él y a su familia. ¿Será posible que la CSJ en pleno, dos juezas en momentos diferentes y ahora un nuevo fiscal del caso estén equivocados? A los reparos no jurídicos de Uribe se suman las voces plañideras de los rábulas y abyectos de toda índole para sacralizarlo.
Se olvidan de que la ley es dura, pero es la ley y que nadie puede estar por encima de ella. Y no hay que ser experto en jurisprudencia para saber si algún presunto reo es o no culpable. Que la justicia opere.
Luis Napoleón de Armas P.