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Editorial - 21 abril, 2013

El Boliche, una opción de urbanismo moderna

El Boliche, zona ubicada en la parte centro oriental de Valledupar, entre los barrios Kennedy, San Jorge y Gaitán, es una metáfora que describe soluciones, riesgos, negocios baratos y ventajosos para unos y otros.

 

El Boliche, zona ubicada en la parte centro oriental de Valledupar, entre los barrios Kennedy, San Jorge y Gaitán, es una metáfora que describe soluciones, riesgos, negocios baratos y ventajosos para unos y otros.

Con los nuevos proyectos comerciales que circundan esta zona, se generará un impacto positivo que debe motivar a las autoridades a pensar y planificar soluciones de fondo, de carácter social y económico que permitan darle una cara acorde con el desarrollo arquitectónico y comercial que la contemporaneidad le dará a ese sector después de más de 50 años de haberse convertido en el punto comercial multipropósito, en el cual nacieron los más importantes talleres agroindustriales para atender la demanda de reparación y ajustes de maquinarias y accesorios de la producción algodonera que nació con furor en los años 50 del siglo pasado.

Con el transcurrir del tiempo se adhirieron al sector y a esa actividad otra clase de ofertas comerciales, como la venta de repuestos de segunda, arreglo de todo tipo de materiales y equipos, que demandó la sociedad desde los años 80 para atender otras exigencias del consumismo, luego de que vino la crisis algodonera que obligó a transformar su perfil inicial.

Hoy en el nuevo milenio ‘El Boliche’ es tierra de todos y tierra de nadie, porque allí el comercio multifacético, multidisciplinario y con bajo riesgo de controles por parte de las autoridades, ha permitido que emerja un comercio de bienes y servicios sin garantías para el consumidor, lo que ha originado que la comunidad a pesar de que confluye a esta zona, siempre sienten temor por su integridad y por la vigencia de soluciones que busca las personas que concurren al sector, las cuales no tienen ninguna garantía en el marco de la legalidad.

‘El Boliche’ merece que se haga un frente común entre el gobierno, tanto municipal como departamental, los gremios y la academia para hacer estudios en el marco de la planificación urbana y social con el fin de encontrar soluciones de fondo que permitan mejorar la calidad del sector, la actividad laboral de quienes allí trabajan y un cambio de actitud del núcleo poblacional que se ha desempeñado en ese sector por muchos años y así garantizar buenas conductas ciudadanas integrales y evitar la exclusión de personas que no serían coherentes con el enfoque socioeconómico de nuestra tradición civilista.

Es urgente e inaplazable por los avances que va a tomar el sector allende a ‘El Boliche’, desarrollar acciones eficaces en forma mancomunada, entre otros, revisar los componentes visionarios del Plan Centro aprobado en los años 90 y prestar atención a iniciativas del gremio metalmecánico que pretenden la creación de un gran Centro para atender demanda local y del sector minero.

 

Editorial
21 abril, 2013

El Boliche, una opción de urbanismo moderna

El Boliche, zona ubicada en la parte centro oriental de Valledupar, entre los barrios Kennedy, San Jorge y Gaitán, es una metáfora que describe soluciones, riesgos, negocios baratos y ventajosos para unos y otros.


 

El Boliche, zona ubicada en la parte centro oriental de Valledupar, entre los barrios Kennedy, San Jorge y Gaitán, es una metáfora que describe soluciones, riesgos, negocios baratos y ventajosos para unos y otros.

Con los nuevos proyectos comerciales que circundan esta zona, se generará un impacto positivo que debe motivar a las autoridades a pensar y planificar soluciones de fondo, de carácter social y económico que permitan darle una cara acorde con el desarrollo arquitectónico y comercial que la contemporaneidad le dará a ese sector después de más de 50 años de haberse convertido en el punto comercial multipropósito, en el cual nacieron los más importantes talleres agroindustriales para atender la demanda de reparación y ajustes de maquinarias y accesorios de la producción algodonera que nació con furor en los años 50 del siglo pasado.

Con el transcurrir del tiempo se adhirieron al sector y a esa actividad otra clase de ofertas comerciales, como la venta de repuestos de segunda, arreglo de todo tipo de materiales y equipos, que demandó la sociedad desde los años 80 para atender otras exigencias del consumismo, luego de que vino la crisis algodonera que obligó a transformar su perfil inicial.

Hoy en el nuevo milenio ‘El Boliche’ es tierra de todos y tierra de nadie, porque allí el comercio multifacético, multidisciplinario y con bajo riesgo de controles por parte de las autoridades, ha permitido que emerja un comercio de bienes y servicios sin garantías para el consumidor, lo que ha originado que la comunidad a pesar de que confluye a esta zona, siempre sienten temor por su integridad y por la vigencia de soluciones que busca las personas que concurren al sector, las cuales no tienen ninguna garantía en el marco de la legalidad.

‘El Boliche’ merece que se haga un frente común entre el gobierno, tanto municipal como departamental, los gremios y la academia para hacer estudios en el marco de la planificación urbana y social con el fin de encontrar soluciones de fondo que permitan mejorar la calidad del sector, la actividad laboral de quienes allí trabajan y un cambio de actitud del núcleo poblacional que se ha desempeñado en ese sector por muchos años y así garantizar buenas conductas ciudadanas integrales y evitar la exclusión de personas que no serían coherentes con el enfoque socioeconómico de nuestra tradición civilista.

Es urgente e inaplazable por los avances que va a tomar el sector allende a ‘El Boliche’, desarrollar acciones eficaces en forma mancomunada, entre otros, revisar los componentes visionarios del Plan Centro aprobado en los años 90 y prestar atención a iniciativas del gremio metalmecánico que pretenden la creación de un gran Centro para atender demanda local y del sector minero.