Publicidad
Categorías
Categorías
Editorial - 7 julio, 2019

El asombroso crecimiento, en 13 años, al medio millón de habitantes

Han causado sorpresa los datos de la subienda de habitantes de Valledupar en apenas 13 años, entre el 2005 y el 2018, según los resultados del último censo que acaba de publicar el Departamento Nacional de Estadísticas – Dane, de modo que el municipio que tenía 350.000 habitantes pasó a 460.000 en 2018. Sin embargo […]

Han causado sorpresa los datos de la subienda de habitantes de Valledupar en apenas 13 años, entre el 2005 y el 2018, según los resultados del último censo que acaba de publicar el Departamento Nacional de Estadísticas – Dane, de modo que el municipio que tenía 350.000 habitantes pasó a 460.000 en 2018.

Sin embargo el Dane ha creado una categoría que representa un 8.5 % equivalente de población que no fue censada y que denomina omitidos, de manera que de los 45,5 millones de habitantes de que se había hablado inicialmente pasamos a 48,2 millones a nivel nacional. Con esa lógica Valledupar, incluyendo dicha categoría, alcanzaría el medio millón de habitantes.

Quedamos a 20.000 habitantes de Santa Marta, cuando en el 2005 nos superaba ampliamente y pasamos hoy a Montería, y tenemos hoy más habitantes que ¡Pereira y Manizales! 3 ciudades en el 2005 más pobladas. Nos convertimos en la décima capital en población. Somos 2.5 veces más poblados que Riohacha, a la que le censaron 178 mil personas.

Lo más sorprendente es la tasa como aumentó en el periodo la población, un 31,6%, solo inferior a las capitales muy pequeñas de departamentos antes conocidos como los antiguos territorios nacionales, Puerto Inírida, Mitú, Puerto Carreño, Yopal, Mocoa, o Leticia. De estas llama la atención Yopal, capital de Casanare, que fue apuntalada por los grandes hallazgos y producción petroleros de ese periodo.

El crecimiento de Valledupar prácticamente dobla el crecimiento de ciudades como Santa Marta, Sincelejo, Montería y Villavicencio. Otra sorpresa es que Barranquilla no crece, a pesar de que todo lo que se ha visto en los últimos años es un progreso material y económico notable y una vistosa promoción, y que tanto Cartagena, como Cali hayan decrecido.
Habrá bastantes hipótesis de lo sucedido, en algunos casos se ha mencionado que bastante gente pasó a vivir de las grandes urbes a ciudades satélites o conocidas también como ciudades dormitorios. Y en los próximos días analistas, economistas y estadísticos darán mayores luces, ahondando en los microdatos, las correlaciones, divergencias y convergencias.

Lo de nuestro municipio encontrará explicaciones, es probable que el fenómeno lo detectaron previos estudios de mercado que justificaron el establecimiento de varios grandes centros comerciales, la rápida construcción de edificios de todos los estratos, que pudieron ser el resultado de una fuerte migración a la capital departamental por la violencia, la proliferación de servicios de todo tipo para proveer a las minas de carbones térmicos que tuvo su mayor brillo de altos precios entre 2006 y 2012, hasta se ha llegado a lanzar la idea de que visitantes familiares de los presos de la cárcel de alta seguridad, emocionados por la ciudad y su cultura musical, hayan decidido hallar aquí un lugar de residencia, y en los últimos 4 años la migración venezolana también lo explique.

Editorial
7 julio, 2019

El asombroso crecimiento, en 13 años, al medio millón de habitantes

Han causado sorpresa los datos de la subienda de habitantes de Valledupar en apenas 13 años, entre el 2005 y el 2018, según los resultados del último censo que acaba de publicar el Departamento Nacional de Estadísticas – Dane, de modo que el municipio que tenía 350.000 habitantes pasó a 460.000 en 2018. Sin embargo […]


Han causado sorpresa los datos de la subienda de habitantes de Valledupar en apenas 13 años, entre el 2005 y el 2018, según los resultados del último censo que acaba de publicar el Departamento Nacional de Estadísticas – Dane, de modo que el municipio que tenía 350.000 habitantes pasó a 460.000 en 2018.

Sin embargo el Dane ha creado una categoría que representa un 8.5 % equivalente de población que no fue censada y que denomina omitidos, de manera que de los 45,5 millones de habitantes de que se había hablado inicialmente pasamos a 48,2 millones a nivel nacional. Con esa lógica Valledupar, incluyendo dicha categoría, alcanzaría el medio millón de habitantes.

Quedamos a 20.000 habitantes de Santa Marta, cuando en el 2005 nos superaba ampliamente y pasamos hoy a Montería, y tenemos hoy más habitantes que ¡Pereira y Manizales! 3 ciudades en el 2005 más pobladas. Nos convertimos en la décima capital en población. Somos 2.5 veces más poblados que Riohacha, a la que le censaron 178 mil personas.

Lo más sorprendente es la tasa como aumentó en el periodo la población, un 31,6%, solo inferior a las capitales muy pequeñas de departamentos antes conocidos como los antiguos territorios nacionales, Puerto Inírida, Mitú, Puerto Carreño, Yopal, Mocoa, o Leticia. De estas llama la atención Yopal, capital de Casanare, que fue apuntalada por los grandes hallazgos y producción petroleros de ese periodo.

El crecimiento de Valledupar prácticamente dobla el crecimiento de ciudades como Santa Marta, Sincelejo, Montería y Villavicencio. Otra sorpresa es que Barranquilla no crece, a pesar de que todo lo que se ha visto en los últimos años es un progreso material y económico notable y una vistosa promoción, y que tanto Cartagena, como Cali hayan decrecido.
Habrá bastantes hipótesis de lo sucedido, en algunos casos se ha mencionado que bastante gente pasó a vivir de las grandes urbes a ciudades satélites o conocidas también como ciudades dormitorios. Y en los próximos días analistas, economistas y estadísticos darán mayores luces, ahondando en los microdatos, las correlaciones, divergencias y convergencias.

Lo de nuestro municipio encontrará explicaciones, es probable que el fenómeno lo detectaron previos estudios de mercado que justificaron el establecimiento de varios grandes centros comerciales, la rápida construcción de edificios de todos los estratos, que pudieron ser el resultado de una fuerte migración a la capital departamental por la violencia, la proliferación de servicios de todo tipo para proveer a las minas de carbones térmicos que tuvo su mayor brillo de altos precios entre 2006 y 2012, hasta se ha llegado a lanzar la idea de que visitantes familiares de los presos de la cárcel de alta seguridad, emocionados por la ciudad y su cultura musical, hayan decidido hallar aquí un lugar de residencia, y en los últimos 4 años la migración venezolana también lo explique.