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Columnista - 6 abril, 2025

El arte de vender un territorio con alma

El turismo de experiencia aquí es una oportunidad para aprender de las comunidades ancestrales, para entender su conexión con la tierra y para apreciar la sabiduría que han acumulado a lo largo de los siglos

Alfredo Jones, columnista de EL PILÓN.
Alfredo Jones, columnista de EL PILÓN.
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Cuando caminamos por Valledupar, muchos de nosotros vemos solo lo cotidiano: el árbol de mango de la plaza Alfonso López, el río Guatapurí que corre sin prisa, las fachadas coloniales que parecen detenidas en el tiempo. Lo que para nosotros puede ser paisaje habitual, para un visitante es una obra maestra, un lienzo cultural cargado de historia, de ritmos, de sabores, de símbolos vivos. Esa es la gran paradoja de los lugares: quien los habita los ve con ojos gastados; quien los visita, con ojos maravillados.

Valledupar es un museo de arte vivo. No necesita vitrinas porque sus calles, su música, sus tradiciones y su gente son las piezas que dan forma a una experiencia incomparable.

Desde la perspectiva del Place Branding, somos un activo turístico. Un lugar con una marca fuerte y bien definida se convierte en una promesa creíble y deseable. Valledupar es más que una ubicación geográfica: es una narrativa, una identidad, una emoción que se exporta en cada canción vallenata, en cada pedazo de arepa de queso, en cada sentada en la terraza, en cada árbol y en cada ceremonia de nuestros hermanos mayores.

Mientras muchos territorios luchan por diferenciarse en un mundo globalizado, nosotros tenemos en nuestras manos un relato auténtico, tan real como mágico, listo para proyectarse. Pero para que esto ocurra, el Place Branding no basta por sí solo. Debe ir de la mano del Place Marketing, esa capacidad de “darle vida” a la marca lugar, de activar emociones, movilizar visitantes y generar desarrollo sostenible.

Por eso, el proceso de internacionalización del sector turístico de Valledupar y del departamento del Cesar, impulsado de la mano de ProColombia, representa un hito estratégico fundamental. Este avance es el resultado del evento Nature Travel Mart y de un trabajo articulado y sostenido, liderado por la Secretaría de Desarrollo Económico, Medio Ambiente y Turismo de Valledupar, en articulación con la Cámara de Comercio, la Gobernación del Cesar, Fenalco, Cotelco, Asoguias y los principales operadores turísticos del territorio.

Esta unión entre instituciones y empresarios está construyendo una base firme para que Valledupar se proyecte al mundo, mostrando su identidad y riqueza natural. En solo dos años, el turismo ha avanzado y lo mejor de este trabajo conjunto aún está por venir.

Porque, si lo miramos con atención, el turismo receptivo en Valledupar no se trata solo de visitar lugares, sino de vivir historias. La música, alma de la ciudad, resuena en cada rincón, invitando a los visitantes a sumergirse en su rico patrimonio cultural. Los festivales, las celebraciones y la vida cotidiana son una variedad de ritmos que narran la historia de un pueblo apasionado.

El turismo de experiencia aquí es una oportunidad para aprender de las comunidades ancestrales, para entender su conexión con la tierra y para apreciar la sabiduría que han acumulado a lo largo de los siglos. Los matrimonios encuentran en Valledupar un escenario romántico y único, donde la belleza natural se combina con la calidez de su gente para crear recuerdos inolvidables.

¿Y si nos viéramos con los ojos del otro? ¿Y si reconociéramos que este “lugar más” es, para muchos, el lugar soñado? Como escribió Antoine de Saint-Exupéry: “Lo esencial es invisible a los ojos”. Pero el turista lo ve, porque viene sin prejuicios, con la mirada limpia.

Valledupar debe dejar de mirarse al espejo del atraso y la queja para comenzar a proyectarse en el mapa del mundo. Porque no somos un punto aislado en medio de un valle. Somos el corazón palpitante de una identidad cultural, somos el ritmo, el color y la narrativa de un territorio.

Alfredo Jones Sánchez – @alfredojonessan

Columnista
6 abril, 2025

El arte de vender un territorio con alma

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Alfredo Jose Garcia

El turismo de experiencia aquí es una oportunidad para aprender de las comunidades ancestrales, para entender su conexión con la tierra y para apreciar la sabiduría que han acumulado a lo largo de los siglos


Alfredo Jones, columnista de EL PILÓN.
Alfredo Jones, columnista de EL PILÓN.

Cuando caminamos por Valledupar, muchos de nosotros vemos solo lo cotidiano: el árbol de mango de la plaza Alfonso López, el río Guatapurí que corre sin prisa, las fachadas coloniales que parecen detenidas en el tiempo. Lo que para nosotros puede ser paisaje habitual, para un visitante es una obra maestra, un lienzo cultural cargado de historia, de ritmos, de sabores, de símbolos vivos. Esa es la gran paradoja de los lugares: quien los habita los ve con ojos gastados; quien los visita, con ojos maravillados.

Valledupar es un museo de arte vivo. No necesita vitrinas porque sus calles, su música, sus tradiciones y su gente son las piezas que dan forma a una experiencia incomparable.

Desde la perspectiva del Place Branding, somos un activo turístico. Un lugar con una marca fuerte y bien definida se convierte en una promesa creíble y deseable. Valledupar es más que una ubicación geográfica: es una narrativa, una identidad, una emoción que se exporta en cada canción vallenata, en cada pedazo de arepa de queso, en cada sentada en la terraza, en cada árbol y en cada ceremonia de nuestros hermanos mayores.

Mientras muchos territorios luchan por diferenciarse en un mundo globalizado, nosotros tenemos en nuestras manos un relato auténtico, tan real como mágico, listo para proyectarse. Pero para que esto ocurra, el Place Branding no basta por sí solo. Debe ir de la mano del Place Marketing, esa capacidad de “darle vida” a la marca lugar, de activar emociones, movilizar visitantes y generar desarrollo sostenible.

Por eso, el proceso de internacionalización del sector turístico de Valledupar y del departamento del Cesar, impulsado de la mano de ProColombia, representa un hito estratégico fundamental. Este avance es el resultado del evento Nature Travel Mart y de un trabajo articulado y sostenido, liderado por la Secretaría de Desarrollo Económico, Medio Ambiente y Turismo de Valledupar, en articulación con la Cámara de Comercio, la Gobernación del Cesar, Fenalco, Cotelco, Asoguias y los principales operadores turísticos del territorio.

Esta unión entre instituciones y empresarios está construyendo una base firme para que Valledupar se proyecte al mundo, mostrando su identidad y riqueza natural. En solo dos años, el turismo ha avanzado y lo mejor de este trabajo conjunto aún está por venir.

Porque, si lo miramos con atención, el turismo receptivo en Valledupar no se trata solo de visitar lugares, sino de vivir historias. La música, alma de la ciudad, resuena en cada rincón, invitando a los visitantes a sumergirse en su rico patrimonio cultural. Los festivales, las celebraciones y la vida cotidiana son una variedad de ritmos que narran la historia de un pueblo apasionado.

El turismo de experiencia aquí es una oportunidad para aprender de las comunidades ancestrales, para entender su conexión con la tierra y para apreciar la sabiduría que han acumulado a lo largo de los siglos. Los matrimonios encuentran en Valledupar un escenario romántico y único, donde la belleza natural se combina con la calidez de su gente para crear recuerdos inolvidables.

¿Y si nos viéramos con los ojos del otro? ¿Y si reconociéramos que este “lugar más” es, para muchos, el lugar soñado? Como escribió Antoine de Saint-Exupéry: “Lo esencial es invisible a los ojos”. Pero el turista lo ve, porque viene sin prejuicios, con la mirada limpia.

Valledupar debe dejar de mirarse al espejo del atraso y la queja para comenzar a proyectarse en el mapa del mundo. Porque no somos un punto aislado en medio de un valle. Somos el corazón palpitante de una identidad cultural, somos el ritmo, el color y la narrativa de un territorio.

Alfredo Jones Sánchez – @alfredojonessan