En el marco de “ArtVa”, la feria del arte de Valledupar, con tres salas de exposición en el centro histórico de Valledupar: sala colectiva en la casa Pavajeau, sala de galerías en la casa Castro, la tienda del arte en el balcón de los Maestre y una más, la sala satélite, en Mi Nona Café.
No podía ser mejor el escenario, la mítica casa de los Castro, hoy escenificada como museo, y en este caso, como sala de exposición y de charlas.
Tres mujeres, llenas de oficio, con un nutrido y exquisito auditorio, se adentraron cada una en sus historias; dos artistas y una periodista que al final terminó fundida en la magnificencia del arte.
Yarime Lobo Baute, Marianne Sagbini y Katlin Navarro Luna nos deleitaron con su genial forma de ver el arte y, desde luego, el significativo historial de sus inicios y esa travesía importante para llegar al punto en el que hoy están.
En el marco de “ArtVa”, la feria del arte de Valledupar, con tres salas de exposición en el centro histórico de Valledupar: sala colectiva en la casa Pavajeau, sala de galerías en la casa Castro, la tienda del arte en el balcón de los Maestre y una más, la sala satélite, en Mi Nona Café.
Una inauguración esplendorosa como deben ser las ferias de arte y desde luego la calidad de las obras luciendo su mejor postura para el deleite de los visitantes. Excelente organización de la Fundación Museo de Artes de Valledupar, EL PILÓN y el Colectivo Cultural del Cesar y un apoyo significativo de varias empresas dedicadas al trabajo y acompañamiento del arte en sus diferentes manifestaciones.
“Las almas de naturaleza artista tienen desde el vientre de sus madres propósitos claros: llegan a sacudir las rutinas, a generar pausas activas a lo cotidiano, creen y crean emociones, sentimientos y maravillas en el ser semejante”, de esta manera nos adentró Yarime en ese fabuloso conversatorio en donde manifestó además que ser artista en nuestra sociedad es un reto y es un riesgo, “soy artista por esencia, soy arquitecta de profesión, soy escritora de corazón y emprendedora por convicción”.
Marianne Sagbini, también recordó sus inicios, su ejemplo incólume que siempre tuvo de su padre, el comerciante y dinámico empresario que marcó su apoyo al arte desde su escenario como emprendedor.
“Le imprimo mucha pasión a lo que hago, es como si respirara arte, me encanta saber que transmito emociones a través de imágenes, porque no solo hablo ese idioma emocional, sino que toco corazones, me gusta escuchar la música cuando estoy pintando, sentir y vibrar como la identidad palpita en nuestro ser”. Nos contó esta gran artista.
En esencia, disfrutamos todos de una conversación amena, desde donde se invitó a trabajar en equipo, a seguir llenando este valle de poesía de colores y de amor.
Cultivar en los niños el amor por el arte, la música, la literatura, hay muchos jóvenes participando y tratando de moldearse en la expresión artística y esto hay que apoyarlo de manera sustancial, poco a poco vamos llenando a Valledupar de arte, y vemos a Juan Carlos Quintero, el director de EL PILÓN, trabajando de manera incansable por darle esa cara cultural.
Tenemos una feria del libro, ahora inicia una feria de arte, hay cine criollo con Nina Marín mostrando su calidad tipo exportación.
Son las mujeres como Marianne, como Yarime, Nina y muchas otras, que destacan su calidad y se entregan de manera especial al arte, y continúan a pesar de todas las adversidades.
Necesitamos muchos escenarios como estos, y es imperioso seguir escuchando las voces de las mujeres artistas, de esas mujeres loables que se entregan con amor a lo que hacen. Sólo Eso.
Por: Eduardo Santos Ortega Vergara
En el marco de “ArtVa”, la feria del arte de Valledupar, con tres salas de exposición en el centro histórico de Valledupar: sala colectiva en la casa Pavajeau, sala de galerías en la casa Castro, la tienda del arte en el balcón de los Maestre y una más, la sala satélite, en Mi Nona Café.
No podía ser mejor el escenario, la mítica casa de los Castro, hoy escenificada como museo, y en este caso, como sala de exposición y de charlas.
Tres mujeres, llenas de oficio, con un nutrido y exquisito auditorio, se adentraron cada una en sus historias; dos artistas y una periodista que al final terminó fundida en la magnificencia del arte.
Yarime Lobo Baute, Marianne Sagbini y Katlin Navarro Luna nos deleitaron con su genial forma de ver el arte y, desde luego, el significativo historial de sus inicios y esa travesía importante para llegar al punto en el que hoy están.
En el marco de “ArtVa”, la feria del arte de Valledupar, con tres salas de exposición en el centro histórico de Valledupar: sala colectiva en la casa Pavajeau, sala de galerías en la casa Castro, la tienda del arte en el balcón de los Maestre y una más, la sala satélite, en Mi Nona Café.
Una inauguración esplendorosa como deben ser las ferias de arte y desde luego la calidad de las obras luciendo su mejor postura para el deleite de los visitantes. Excelente organización de la Fundación Museo de Artes de Valledupar, EL PILÓN y el Colectivo Cultural del Cesar y un apoyo significativo de varias empresas dedicadas al trabajo y acompañamiento del arte en sus diferentes manifestaciones.
“Las almas de naturaleza artista tienen desde el vientre de sus madres propósitos claros: llegan a sacudir las rutinas, a generar pausas activas a lo cotidiano, creen y crean emociones, sentimientos y maravillas en el ser semejante”, de esta manera nos adentró Yarime en ese fabuloso conversatorio en donde manifestó además que ser artista en nuestra sociedad es un reto y es un riesgo, “soy artista por esencia, soy arquitecta de profesión, soy escritora de corazón y emprendedora por convicción”.
Marianne Sagbini, también recordó sus inicios, su ejemplo incólume que siempre tuvo de su padre, el comerciante y dinámico empresario que marcó su apoyo al arte desde su escenario como emprendedor.
“Le imprimo mucha pasión a lo que hago, es como si respirara arte, me encanta saber que transmito emociones a través de imágenes, porque no solo hablo ese idioma emocional, sino que toco corazones, me gusta escuchar la música cuando estoy pintando, sentir y vibrar como la identidad palpita en nuestro ser”. Nos contó esta gran artista.
En esencia, disfrutamos todos de una conversación amena, desde donde se invitó a trabajar en equipo, a seguir llenando este valle de poesía de colores y de amor.
Cultivar en los niños el amor por el arte, la música, la literatura, hay muchos jóvenes participando y tratando de moldearse en la expresión artística y esto hay que apoyarlo de manera sustancial, poco a poco vamos llenando a Valledupar de arte, y vemos a Juan Carlos Quintero, el director de EL PILÓN, trabajando de manera incansable por darle esa cara cultural.
Tenemos una feria del libro, ahora inicia una feria de arte, hay cine criollo con Nina Marín mostrando su calidad tipo exportación.
Son las mujeres como Marianne, como Yarime, Nina y muchas otras, que destacan su calidad y se entregan de manera especial al arte, y continúan a pesar de todas las adversidades.
Necesitamos muchos escenarios como estos, y es imperioso seguir escuchando las voces de las mujeres artistas, de esas mujeres loables que se entregan con amor a lo que hacen. Sólo Eso.
Por: Eduardo Santos Ortega Vergara