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Judicial - 20 noviembre, 2018

El año de impunidad que rodea el asesinato del arquitecto Jaime Soto

La dirección de Fiscalía, La Guajira, comunicó a EL PILÓN que trabajan por esclarecer lo sucedido y que hasta ahora existen indicios de que varias personas se confabularon para perpetrar el crimen.

Esta es la oficina donde trabajaba el arquitecto Jaime Soto Guerra.
Esta es la oficina donde trabajaba el arquitecto Jaime Soto Guerra.

Cerca de las siete y media de la noche en un día como hoy pero del año 2017, mientras la extrañeza se apoderaba de la familia Soto Ariño, ubicada en una residencia al norte de Valledupar, del otro lado del departamento del Cesar, conductores y viajeros que circulaban en cercanías del corregimiento Cañaveral del municipio de San Juan, La Guajira, eran espectadores de un estruendoso crimen.

Se trataba del cuerpo sin vida del arquitecto Jaime Soto Guerra, quien fue hallado al interior de su camioneta Toyota Prado de placas MCT-515, color blanco, con un impacto de bala con arma con arma de fuego, cometido por un número no identificado de personas, que aún gozan de impunidad.

Lea aquí también:Último adiós al arquitecto Jaime Soto Guerra

El profesional de la construcción, según fuentes cercanas al caso, al terminar su jornada laboral se había comunicado en horas de la tarde con su señora esposa para salir a mirar un piso en el centro comercial en cercanía de su casa. Tal como lo habían planeado. Pero nunca llegó. Solo hasta que las autoridades avisaron de la mala noticia, la sensación de preocupación que sentía la familia cambió a la de ira y dolor, por el asesinato que a un año de haberse realizado continúa en impunidad.

“Uno siente que la justicia ha tenido un retraso, nos da temor que quizá se estén perdiendo pruebas de este caso y que en realidad no vaya a llegar ningún lado. Estamos tristes e insatisfechos porque él fue un hombre que no tenía enemigos”, expresó Jaime Andrés Soto Guerra, sobrino del arquitecto, quien además agregó la forma como recordaba a su tío: “Un hombre dadivoso, estricto que me enseñó que uno debe vivir con lo que tiene no esperar a que lleguen las cosas por otro medio sino trabajarlo”.

Este medio de comunicación conoció que ante el crimen, hace unos seis meses mediante un oficio, la familia solicitó a la Fiscalía General de la Nación que el proceso a cargo de la Dirección de este organismo investigador con sede en La Guajira fuera trasladado a Bogotá, pero les fue negado.

Lea aquí también: Asesinan al arquitecto Jaime Soto Guerra en La Guajira

Al respecto, Juan Mauricio Berrio, director de la Fiscalía en La Guajira, comunicó que si vienen realizando diferentes acciones judiciales tendientes a dar con los responsables del hecho de sangre.

“Se han iniciado muchas investigaciones conjuntas entre policía judicial Guajira en coordinación con el Cesar, se tienen algunas actividades que ya permiten determinar que unas personas se confabularon para materializar este hecho. En el momento existen noticias orientadoras con respecto a algunas personas en la cual se trabaja para verificar la información”, dijo Berrio a EL PILÓN.

Agregó que aunque que la indagación va por buen camino en donde han recopilado datos de reserva sumarial a través del fiscal delegado para el caso.

La trayectoria del arquitecto

Soto Guerra con una experiencia de más de 30 años en el mundo de las construcciones, era reconocido en el ámbito empresarial por diferentes proyectos urbanísticos que realizó mediante sus diferentes sociedades en la capital del Cesar.

Proyectos de viviendas como Las Margaritas, Las Orquídeas, Los Caciques, fueron producto de sus conocimientos, los cuales adquirió en la Universidad del Atlántico, a donde cursó los estudios superiores tras culminar su bachillerato en el Colegio Nacional Loperena. Aunque tenía unas seis sociedades y varios negocios, su compañía más sólida era la Constructora Carvajal y Soto.

“Construyó su carrera una herencia de su padre Rafael Soto, compró unos lotes donde se asoció con el tío Oscar Guerra y Aval Carvajal. Unos de sus primeros proyectos fue la urbanización Álamos uno, dos, y tres”, finalizó Jaime Andrés Soto Guerra.

Primer aniversario

Como motivo del primer aniversario la familia de Soto Guerra realizará una eucaristía a partir de las cinco de la tarde en la iglesia Santa María Madre y Reina de la Paz, ubicada en el barrio Villalba para los conocidos y demás parientes.

Judicial
20 noviembre, 2018

El año de impunidad que rodea el asesinato del arquitecto Jaime Soto

La dirección de Fiscalía, La Guajira, comunicó a EL PILÓN que trabajan por esclarecer lo sucedido y que hasta ahora existen indicios de que varias personas se confabularon para perpetrar el crimen.


Esta es la oficina donde trabajaba el arquitecto Jaime Soto Guerra.
Esta es la oficina donde trabajaba el arquitecto Jaime Soto Guerra.

Cerca de las siete y media de la noche en un día como hoy pero del año 2017, mientras la extrañeza se apoderaba de la familia Soto Ariño, ubicada en una residencia al norte de Valledupar, del otro lado del departamento del Cesar, conductores y viajeros que circulaban en cercanías del corregimiento Cañaveral del municipio de San Juan, La Guajira, eran espectadores de un estruendoso crimen.

Se trataba del cuerpo sin vida del arquitecto Jaime Soto Guerra, quien fue hallado al interior de su camioneta Toyota Prado de placas MCT-515, color blanco, con un impacto de bala con arma con arma de fuego, cometido por un número no identificado de personas, que aún gozan de impunidad.

Lea aquí también:Último adiós al arquitecto Jaime Soto Guerra

El profesional de la construcción, según fuentes cercanas al caso, al terminar su jornada laboral se había comunicado en horas de la tarde con su señora esposa para salir a mirar un piso en el centro comercial en cercanía de su casa. Tal como lo habían planeado. Pero nunca llegó. Solo hasta que las autoridades avisaron de la mala noticia, la sensación de preocupación que sentía la familia cambió a la de ira y dolor, por el asesinato que a un año de haberse realizado continúa en impunidad.

“Uno siente que la justicia ha tenido un retraso, nos da temor que quizá se estén perdiendo pruebas de este caso y que en realidad no vaya a llegar ningún lado. Estamos tristes e insatisfechos porque él fue un hombre que no tenía enemigos”, expresó Jaime Andrés Soto Guerra, sobrino del arquitecto, quien además agregó la forma como recordaba a su tío: “Un hombre dadivoso, estricto que me enseñó que uno debe vivir con lo que tiene no esperar a que lleguen las cosas por otro medio sino trabajarlo”.

Este medio de comunicación conoció que ante el crimen, hace unos seis meses mediante un oficio, la familia solicitó a la Fiscalía General de la Nación que el proceso a cargo de la Dirección de este organismo investigador con sede en La Guajira fuera trasladado a Bogotá, pero les fue negado.

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Al respecto, Juan Mauricio Berrio, director de la Fiscalía en La Guajira, comunicó que si vienen realizando diferentes acciones judiciales tendientes a dar con los responsables del hecho de sangre.

“Se han iniciado muchas investigaciones conjuntas entre policía judicial Guajira en coordinación con el Cesar, se tienen algunas actividades que ya permiten determinar que unas personas se confabularon para materializar este hecho. En el momento existen noticias orientadoras con respecto a algunas personas en la cual se trabaja para verificar la información”, dijo Berrio a EL PILÓN.

Agregó que aunque que la indagación va por buen camino en donde han recopilado datos de reserva sumarial a través del fiscal delegado para el caso.

La trayectoria del arquitecto

Soto Guerra con una experiencia de más de 30 años en el mundo de las construcciones, era reconocido en el ámbito empresarial por diferentes proyectos urbanísticos que realizó mediante sus diferentes sociedades en la capital del Cesar.

Proyectos de viviendas como Las Margaritas, Las Orquídeas, Los Caciques, fueron producto de sus conocimientos, los cuales adquirió en la Universidad del Atlántico, a donde cursó los estudios superiores tras culminar su bachillerato en el Colegio Nacional Loperena. Aunque tenía unas seis sociedades y varios negocios, su compañía más sólida era la Constructora Carvajal y Soto.

“Construyó su carrera una herencia de su padre Rafael Soto, compró unos lotes donde se asoció con el tío Oscar Guerra y Aval Carvajal. Unos de sus primeros proyectos fue la urbanización Álamos uno, dos, y tres”, finalizó Jaime Andrés Soto Guerra.

Primer aniversario

Como motivo del primer aniversario la familia de Soto Guerra realizará una eucaristía a partir de las cinco de la tarde en la iglesia Santa María Madre y Reina de la Paz, ubicada en el barrio Villalba para los conocidos y demás parientes.