Por: Gonzalo Arzuza

Pasadas las elecciones, es el momento de realizar con cabeza fría un análisis de lo sucedido en el Departamento del Cesar, por su puesto con una visión objetiva, de la última contienda que cambió el mapa político de todo el territorio nacional.
Cambio que ha provocado toda serie de suspicacias, críticas y denuncias por parte de diferentes sectores de la política y opinión, de diferentes puntos del territorio nacional, sin tener espacio para hablar y tocaremos en la próxima oportunidad, el fracaso de la Registradora Nacional en el proceso que no ha terminado y ha provocado otra andanada de denuncias.
En nuestro departamento, las cosas – diferente  a lo que muchos están pensando- no cambiaron mucho, más bien sucedió lo que se acostumbra, triunfo arrasador de las maquinarias, para ser más exactos la de la Gobernación del Cesar, que estuvo a la disposición de dos campañas, la de Yensí Acosta a la Cámara y la de Félix Valera para el Senado de la República.
Indiscutiblemente los dos candidatos triunfadores son personas nuevas en el campo de la política, pero la forma como llegan a ella es la misma utilizada por la clase política tradicional, las maquinarias a fondo. El Gobernador, tan criticado por lo paquidérmica de su administración, demostró que para la cosa política es muy ágil, y con una chequera abultada, como lo es la de la gobernación, salió a buscar la victoria de sus herederos políticos, a como diera lugar. Sería interesante que ese mismo dinamismo que le dio a las campañas de sus pupilos, se la impregnaran a su administración, no sea que nunca arranque.
Quien lo creyera, un hombre que viene de estratos populares, que a punta de el discurso contra las viejas formas de hacer política y en contra del constreñimiento electoral, llegó a la primera magistratura del departamento, hoy es el abanderado de esas causas por él criticadas, y que supuestamente venía a erradicar. Pues no, lo que si erradicó, fue a la vieja clase política, que al quedarse sin el apoyo requerido de la administración pública, quedaron rezagados y terminaron pidiendo auxilio.
Es por esto, queda claro, repito, contrario a lo que muchos aliados de la administración departamental quieren hacerle creer a la opinión, que las cosas siguen igual y podrían empeorar. Y es que sin tener nada en contra de los tres nuevos Representantes a la Cámara, les va a quedar difícil entender el manejo del legislativo colombiano, ya que como sus hojas de vida lo dicen, no tiene ninguna o muy poca experiencia en lo público; y quiero recordarles que entender el tema legislativo y la manera como se benefician las regiones desde ese escenario, no es nada fácil, se aprende con años de experiencia. Es por eso que los políticos de tradición, casi todos han pasado por el Concejo y la Asamblea, en más de una ocasión, antes de aventurarse en el Congreso de la República, donde, por lo general, estos novatos sólo van a pasar lista y ha cobrar el sueldo.
Igual con el Senador  Verde electo, que aunque maneja mejor verbo que los tres representantes,  le va a quedar difícil la cosa. Recomiendo que corran a Bogotá y en estos escasos tres meses que les quedan, antes de posesionarse, hagan un curso de iniciativa y manejo legislativo, además de estudiar bien la Constitución, para que tengan claro cuales son sus funciones.
Se quedan por fuera personajes importantes que hubiera sido gratificante verlos en el Congreso, como  Fredys Socarras, Juan Manuel Campo y Juan B Ariza, entre otros, que seguramente encontrarán otra manera de servirle a los cesarenses.
Pedro Muvdi es definitivamente la persona con más experiencia política de los tres representantes y esperamos que sea el faro que guie a estas nuevas figuras (de cuerpo), en el camino para el bienestar de la región. Alfredo Ape Cuello, hasta el  momento de hacer esta columna estaba dentro del Senado, ojala así continúe por el bien de los destinos del Cesar, que tiene en él una figura representativa a nivel nacional, que conoce el manejo legislativo y estamos seguros llevará por el camino del desarrollo tan anhelado a nuestra querida tierra.