En aquella batalla de Solferino, Italia, la humanidad deja entrever la aparición de la acción humanitaria, en lo que parece ser un gesto noble del Sr. Henri Dunant de asistir a la población civil víctima de los ataques de Napoleón contra el Ejército de los austriacos, todo ello por la incapacidad del personal sanitario para […]
En aquella batalla de Solferino, Italia, la humanidad deja entrever la aparición de la acción humanitaria, en lo que parece ser un gesto noble del Sr. Henri Dunant de asistir a la población civil víctima de los ataques de Napoleón contra el Ejército de los austriacos, todo ello por la incapacidad del personal sanitario para atender esa catástrofe humanitaria producto de la guerra en junio de 1859 y que finalmente concluye con la creación de la Cruz Roja Internacional.
Por estos días el mundo bajo el panorama de emergencia se convierte en epicentro de noticias relacionadas con ayudas humanitarias a través de redes sociales y medios de comunicación. Lo que para muchos es caridad, para otros significará tener el don de socorrer, o simplemente ser solidarios o buenos cristianos, es válido precisar que la atención humanitaria nace como un derecho por el cual no solo las naciones se obligan, también lo hacen las empresas privadas en su obligación de responsabilidad social.
Recientemente fue publicado el informe de crisis alimentaria por la Global Network Against Food Crisses, siendo este un cúmulo de organizaciones adscritas a las Naciones Unidas que luchan contra el hambre en el mundo y que analizan en cifras y conceptos de los factores y dinámicas de esta necesidad del ser humano.
En este documento extenso donde se analizan varias circunstancias no propiamente alrededor de la pandemia por la que atraviesa la humanidad; sino también por algunas situaciones específicas que han sido determinantes para exponer a la población ante situaciones de vulnerabilidad manifiesta.
Para resumir un poco expondré ciertos factores que han despertado en mi cierto interés del documento en mención, tenemos entonces y como primera alarma mundial la cifra actual de personas con hambre en el mundo ya en tiempos de cuarentena general, estamos hablando de un número aproximado de 265 millones de personas y se estima que todo este año se mantendría esta cifra.
Al analizar el informe para el año 2019 existía un padecimiento de hambre con una población estimada de 130 millones de personas, siendo aún una cifra muy elevada, es como si habláramos de la población total del Estado de México, principalmente y a causa de los conflictos armados, cambio climático, y crisis económicas.
Los países mayormente afectados por hambre en el mundo y que corresponde además al 66 % de esos 130 millones a nivel general son Sudán del Sur, país fuertemente afectado por el conflicto armado; Yemen con impacto del conflicto armado en Medio Oriente; República Democrática del Congo, país rico en recursos minerales pero condenado a una absurda guerra y corrupción; Venezuela, Etiopía, Zimbabwe, Afganistán, Siria, país este con el mayor número de desplazamiento producto de la guerra; Haití el cual no logra reportarse al feroz terremoto de 2010, República Centroafricana y Nigeria. A pesar de que este informe no incluye nuestro país Colombia, en el último estudio publicado por SOFI, organizaciones adscrita a Naciones Unidas y la FAO, Colombia pasó de afectar a 4,2 millones de personas (9,7 %) en el periodo 2004 – 2006 a 2,4 millones de personas es decir un (4,8 %) en el último periodo 2016 – 2018.
La situación de la pandemia tal y como lo ha advertido el Programa Mundial de Alimentos es potencialmente catastrófica en la medida que ya muchas vidas penden de un hilo, personas que comen sólo si ganan un salario, o solo comen si enganchan en economía informal, los ahorros han comenzado a escasear y con este nuevo ‘shocks’ la situación se agrava aún más, lo cual solo debe invitarnos a tener conciencia colectiva en la búsqueda de soluciones que permitan el flujo e intercambio de alimentos a los más necesitados sin interferencias distorsivas producto del mal manejo de la política.
En aquella batalla de Solferino, Italia, la humanidad deja entrever la aparición de la acción humanitaria, en lo que parece ser un gesto noble del Sr. Henri Dunant de asistir a la población civil víctima de los ataques de Napoleón contra el Ejército de los austriacos, todo ello por la incapacidad del personal sanitario para […]
En aquella batalla de Solferino, Italia, la humanidad deja entrever la aparición de la acción humanitaria, en lo que parece ser un gesto noble del Sr. Henri Dunant de asistir a la población civil víctima de los ataques de Napoleón contra el Ejército de los austriacos, todo ello por la incapacidad del personal sanitario para atender esa catástrofe humanitaria producto de la guerra en junio de 1859 y que finalmente concluye con la creación de la Cruz Roja Internacional.
Por estos días el mundo bajo el panorama de emergencia se convierte en epicentro de noticias relacionadas con ayudas humanitarias a través de redes sociales y medios de comunicación. Lo que para muchos es caridad, para otros significará tener el don de socorrer, o simplemente ser solidarios o buenos cristianos, es válido precisar que la atención humanitaria nace como un derecho por el cual no solo las naciones se obligan, también lo hacen las empresas privadas en su obligación de responsabilidad social.
Recientemente fue publicado el informe de crisis alimentaria por la Global Network Against Food Crisses, siendo este un cúmulo de organizaciones adscritas a las Naciones Unidas que luchan contra el hambre en el mundo y que analizan en cifras y conceptos de los factores y dinámicas de esta necesidad del ser humano.
En este documento extenso donde se analizan varias circunstancias no propiamente alrededor de la pandemia por la que atraviesa la humanidad; sino también por algunas situaciones específicas que han sido determinantes para exponer a la población ante situaciones de vulnerabilidad manifiesta.
Para resumir un poco expondré ciertos factores que han despertado en mi cierto interés del documento en mención, tenemos entonces y como primera alarma mundial la cifra actual de personas con hambre en el mundo ya en tiempos de cuarentena general, estamos hablando de un número aproximado de 265 millones de personas y se estima que todo este año se mantendría esta cifra.
Al analizar el informe para el año 2019 existía un padecimiento de hambre con una población estimada de 130 millones de personas, siendo aún una cifra muy elevada, es como si habláramos de la población total del Estado de México, principalmente y a causa de los conflictos armados, cambio climático, y crisis económicas.
Los países mayormente afectados por hambre en el mundo y que corresponde además al 66 % de esos 130 millones a nivel general son Sudán del Sur, país fuertemente afectado por el conflicto armado; Yemen con impacto del conflicto armado en Medio Oriente; República Democrática del Congo, país rico en recursos minerales pero condenado a una absurda guerra y corrupción; Venezuela, Etiopía, Zimbabwe, Afganistán, Siria, país este con el mayor número de desplazamiento producto de la guerra; Haití el cual no logra reportarse al feroz terremoto de 2010, República Centroafricana y Nigeria. A pesar de que este informe no incluye nuestro país Colombia, en el último estudio publicado por SOFI, organizaciones adscrita a Naciones Unidas y la FAO, Colombia pasó de afectar a 4,2 millones de personas (9,7 %) en el periodo 2004 – 2006 a 2,4 millones de personas es decir un (4,8 %) en el último periodo 2016 – 2018.
La situación de la pandemia tal y como lo ha advertido el Programa Mundial de Alimentos es potencialmente catastrófica en la medida que ya muchas vidas penden de un hilo, personas que comen sólo si ganan un salario, o solo comen si enganchan en economía informal, los ahorros han comenzado a escasear y con este nuevo ‘shocks’ la situación se agrava aún más, lo cual solo debe invitarnos a tener conciencia colectiva en la búsqueda de soluciones que permitan el flujo e intercambio de alimentos a los más necesitados sin interferencias distorsivas producto del mal manejo de la política.