Por: JACOBO SOLANO CERCHIARO Las elecciones se acercan y las movidas de los diferentes grupos políticos comienzan a despejar el panorama para conocer quién será el nuevo alcalde de Valledupar. Tenemos a Gonzálo Gómez del partido Liberal, sus posibilidades han mermado debido a tres factores: Mal manejo en temas de opinión con periodistas, a los […]
Por: JACOBO SOLANO CERCHIARO
Las elecciones se acercan y las movidas de los diferentes grupos políticos comienzan a despejar el panorama para conocer quién será el nuevo alcalde de Valledupar. Tenemos a Gonzálo Gómez del partido Liberal, sus posibilidades han mermado debido a tres factores: Mal manejo en temas de opinión con periodistas, a los cuales no respondió, y se excedió con amenazas que aún no han sido probadas. Su partido está fraccionado y su principal opositores en la consulta, Rober Romero quien sacó la segunda votación, no está con él. Y los inconvenientes por el escándalo del BB, del alcalde Luis Fabián Fernández, su principal apoyo, un golpe mortal para sus aspiraciones. De todos modos, el candidato rojo sigue siendo un hueso duro de roer, pero no con la fuerza de antes, ahora es derrotable, y si sigue dando papaya, más.
Aparece en la escena, el insistente Freddy Socarrás, comienza a direccionar su rumbo para aspirar por tercera ocasión; las posibilidades del candidato del “sí podemos” son limitadas, incluso con la adhesión de Chichi Quintero, quien no tenía mucho pero sabe negociar en política. La gente lo asocia como un proyecto difícil, por la seguidilla de derrotas, y su discurso no muestra nada nuevo, adicional a eso, es apoyado por gran parte de la política tradicional, que tan mal manejo le han dado al municipio, situándolo en un lugar muy deshonroso, ante otras ciudades intermedias que nos llevan mucha ventaja en cuanto a los indicadores de crecimiento, competitividad y desarrollo.
En el partidor también están tres candidatos nuevos, que si se unen, pueden dar la sorpresa por lo que representan: Tuto Uhía, quien hizo un buen trabajo en el Concejo y hoy cuenta con una buena intención de voto por su carisma y entrega al trabajo comunitario. Omaira Herrera, una mujer que tiene una formación ideal para regir los destinos de la ciudad, además tiene carácter para resolver problemas y ha sabido aguantar la presión. Su programa ‘Valledupar Sin Hambre’ está ajustado a las necesidades de los vallenatos y abarca un reglón muy favorable, el voto femenino, que sería su gran fortaleza. Y está Miguel Morales, que tiene reconocimiento musical, quiere a la ciudad, pero no cuenta con experiencia política, ni tampoco ha trabajado en el sector público, lo que le restaría posibilidades, sobre todo en los debates que se avecinan; pero tiene pueblo y la masa cuando se ve representada, sale y vota sin ninguna objeción, no en vano está haciendo buenas reuniones y en las encuestas está marcando bien. En esta tercería podían confluir tres aspectos relevantes a la hora de recoger el voto de opinión, que es el que elige en Valledupar; juventud y dinamismo en Tuto, experiencia y preparación en Omaira y el arraigo popular que tiene Miguel Morales, entre ellos tres saldría un candidato diferente y oxigenante que alcanzaría un porcentaje inmejorable para derrotar a cualquiera de sus contendores, haciendo una campaña unificada para el remate, parecida a la que hicieron los tres tenores Garzón, Mockus y Peñaloza que tan buenos frutos dio a la consulta del partido Verde, lo que le caería muy bien a nuestra ciudad para volver a ser la “Sorpresa Caribe” de antes. La dinámica electoral es de alianzas para combatir las maquinarias y, sólo así, se pueden conformar nuevos y buenos gobiernos; ojalá tuvieran la altura política y lograran un acuerdo en torno a propuestas programáticas.
*Twitter: @JACOBOSOLANOC
Por: JACOBO SOLANO CERCHIARO Las elecciones se acercan y las movidas de los diferentes grupos políticos comienzan a despejar el panorama para conocer quién será el nuevo alcalde de Valledupar. Tenemos a Gonzálo Gómez del partido Liberal, sus posibilidades han mermado debido a tres factores: Mal manejo en temas de opinión con periodistas, a los […]
Por: JACOBO SOLANO CERCHIARO
Las elecciones se acercan y las movidas de los diferentes grupos políticos comienzan a despejar el panorama para conocer quién será el nuevo alcalde de Valledupar. Tenemos a Gonzálo Gómez del partido Liberal, sus posibilidades han mermado debido a tres factores: Mal manejo en temas de opinión con periodistas, a los cuales no respondió, y se excedió con amenazas que aún no han sido probadas. Su partido está fraccionado y su principal opositores en la consulta, Rober Romero quien sacó la segunda votación, no está con él. Y los inconvenientes por el escándalo del BB, del alcalde Luis Fabián Fernández, su principal apoyo, un golpe mortal para sus aspiraciones. De todos modos, el candidato rojo sigue siendo un hueso duro de roer, pero no con la fuerza de antes, ahora es derrotable, y si sigue dando papaya, más.
Aparece en la escena, el insistente Freddy Socarrás, comienza a direccionar su rumbo para aspirar por tercera ocasión; las posibilidades del candidato del “sí podemos” son limitadas, incluso con la adhesión de Chichi Quintero, quien no tenía mucho pero sabe negociar en política. La gente lo asocia como un proyecto difícil, por la seguidilla de derrotas, y su discurso no muestra nada nuevo, adicional a eso, es apoyado por gran parte de la política tradicional, que tan mal manejo le han dado al municipio, situándolo en un lugar muy deshonroso, ante otras ciudades intermedias que nos llevan mucha ventaja en cuanto a los indicadores de crecimiento, competitividad y desarrollo.
En el partidor también están tres candidatos nuevos, que si se unen, pueden dar la sorpresa por lo que representan: Tuto Uhía, quien hizo un buen trabajo en el Concejo y hoy cuenta con una buena intención de voto por su carisma y entrega al trabajo comunitario. Omaira Herrera, una mujer que tiene una formación ideal para regir los destinos de la ciudad, además tiene carácter para resolver problemas y ha sabido aguantar la presión. Su programa ‘Valledupar Sin Hambre’ está ajustado a las necesidades de los vallenatos y abarca un reglón muy favorable, el voto femenino, que sería su gran fortaleza. Y está Miguel Morales, que tiene reconocimiento musical, quiere a la ciudad, pero no cuenta con experiencia política, ni tampoco ha trabajado en el sector público, lo que le restaría posibilidades, sobre todo en los debates que se avecinan; pero tiene pueblo y la masa cuando se ve representada, sale y vota sin ninguna objeción, no en vano está haciendo buenas reuniones y en las encuestas está marcando bien. En esta tercería podían confluir tres aspectos relevantes a la hora de recoger el voto de opinión, que es el que elige en Valledupar; juventud y dinamismo en Tuto, experiencia y preparación en Omaira y el arraigo popular que tiene Miguel Morales, entre ellos tres saldría un candidato diferente y oxigenante que alcanzaría un porcentaje inmejorable para derrotar a cualquiera de sus contendores, haciendo una campaña unificada para el remate, parecida a la que hicieron los tres tenores Garzón, Mockus y Peñaloza que tan buenos frutos dio a la consulta del partido Verde, lo que le caería muy bien a nuestra ciudad para volver a ser la “Sorpresa Caribe” de antes. La dinámica electoral es de alianzas para combatir las maquinarias y, sólo así, se pueden conformar nuevos y buenos gobiernos; ojalá tuvieran la altura política y lograran un acuerdo en torno a propuestas programáticas.
*Twitter: @JACOBOSOLANOC