En un acto público, el comandante del Batallón La Popa de Valledupar pidió perdón a los familiares de un mototaxista que resultó muerto en operaciones de esa unidad militar.
Un nudo en la garganta que terminó en llanto, impidió que Carlos Madero, de 63 años, respondiera ante los medios de comunicación a la pregunta ¿Acepta las disculpas del Ejército por la muerte de su hijo?
El 3 de abril de 2007, Carlos Arturo Madero Noriega, de 27 años, viajaba en motocicleta de Codazzi, su tierra natal, luego de visitar a sus padres, hacia Valledupar donde estaba radicado y trabajaba en su vehículo el transporte informal.
“Cuando salió de la casa, mi mamá le dijo que eran las cinco de la tarde, que por qué no esperaba el día siguiente para irse, pero él dijo que no se preocupara que en la vía estaba el Ejército cuidando”, recordó con ironía Efraín Madero, luego del acto de disculpas públicas que ayer se realizó en el Batallón de Artillería N°2 La Popa, por la muerte de su hermano.
Tampoco quiso hablar de perdón, solo se refirió a la justicia que impartió el Juzgado Primero Administrativo de Valledupar fallo a su favor ratificado por el Tribunal Administrativo del Cesar, que después de siete años limpió el nombre de Carlos Arturo.
“Nosotros decidimos llevar las cosas hasta este momento y aclarar todo. Dijeron que era guerrillero, extorsionista y gracias a Dios en este día se está publicando la verdad, que no era como lo habían notificado anteriormente; no devuelve la vida pero queda claro que no era un delincuente”, dijo entre lágrimas.
La lucha de la familia Madero Noriega por dar a conocer la verdad inició el día en que un grupo de militares retuvo a Carlos Arturo en una estación de gasolina de Codazzi y luego lo reportó como delincuente abatido en combate, junto a otra persona, también oriunda de esa población.
El supuesto combate fue reportado en la vereda El Vallito, donde junto a los dos cuerpos había una motocicleta, una granada de mano IM-26 de uso exclusivo de las fuerzas militares, un revólver y munición para escopeta calibre 12.
El perdón
El encargado de pedir perdón a la familia Madero Noriega, fue el comandante del Batallón de Artillería N°2 La Popa, adscrito a la Décima Brigada, coronel Wilber Orlando Pulido.
“En nombre del Ejército Nacional, me permito públicamente pedir perdón por la muerte del señor Carlos Arturo Madero Noriega producida en desarrollo de operaciones militares por personal militar.
No me queda más que expresar mis más sinceras condolencias a los familiares”, dicen algunos apartes del comunicado leído por oficial.
El proceso penal
Por la muerte de este mototaxista son investigados por un fiscal especializado de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, varios militares del Batallón La Popa de Valledupar, que hicieron parte de la misión táctica ‘Arfil’, entre los que se destacan: Luis Eduardo Briñez Méndez, Oliver Rafael Escobar Ramírez, Héctor Jaime Turriago Rivas, Hernando Romero Rodríguez, Álvaro Turizo Rangel, Orley Gutiérrez Cabrera y Jairo Alfonso Miranda Lamprea.
Por Redacción Judicial / EL PILÓN
En un acto público, el comandante del Batallón La Popa de Valledupar pidió perdón a los familiares de un mototaxista que resultó muerto en operaciones de esa unidad militar.
Un nudo en la garganta que terminó en llanto, impidió que Carlos Madero, de 63 años, respondiera ante los medios de comunicación a la pregunta ¿Acepta las disculpas del Ejército por la muerte de su hijo?
El 3 de abril de 2007, Carlos Arturo Madero Noriega, de 27 años, viajaba en motocicleta de Codazzi, su tierra natal, luego de visitar a sus padres, hacia Valledupar donde estaba radicado y trabajaba en su vehículo el transporte informal.
“Cuando salió de la casa, mi mamá le dijo que eran las cinco de la tarde, que por qué no esperaba el día siguiente para irse, pero él dijo que no se preocupara que en la vía estaba el Ejército cuidando”, recordó con ironía Efraín Madero, luego del acto de disculpas públicas que ayer se realizó en el Batallón de Artillería N°2 La Popa, por la muerte de su hermano.
Tampoco quiso hablar de perdón, solo se refirió a la justicia que impartió el Juzgado Primero Administrativo de Valledupar fallo a su favor ratificado por el Tribunal Administrativo del Cesar, que después de siete años limpió el nombre de Carlos Arturo.
“Nosotros decidimos llevar las cosas hasta este momento y aclarar todo. Dijeron que era guerrillero, extorsionista y gracias a Dios en este día se está publicando la verdad, que no era como lo habían notificado anteriormente; no devuelve la vida pero queda claro que no era un delincuente”, dijo entre lágrimas.
La lucha de la familia Madero Noriega por dar a conocer la verdad inició el día en que un grupo de militares retuvo a Carlos Arturo en una estación de gasolina de Codazzi y luego lo reportó como delincuente abatido en combate, junto a otra persona, también oriunda de esa población.
El supuesto combate fue reportado en la vereda El Vallito, donde junto a los dos cuerpos había una motocicleta, una granada de mano IM-26 de uso exclusivo de las fuerzas militares, un revólver y munición para escopeta calibre 12.
El perdón
El encargado de pedir perdón a la familia Madero Noriega, fue el comandante del Batallón de Artillería N°2 La Popa, adscrito a la Décima Brigada, coronel Wilber Orlando Pulido.
“En nombre del Ejército Nacional, me permito públicamente pedir perdón por la muerte del señor Carlos Arturo Madero Noriega producida en desarrollo de operaciones militares por personal militar.
No me queda más que expresar mis más sinceras condolencias a los familiares”, dicen algunos apartes del comunicado leído por oficial.
El proceso penal
Por la muerte de este mototaxista son investigados por un fiscal especializado de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, varios militares del Batallón La Popa de Valledupar, que hicieron parte de la misión táctica ‘Arfil’, entre los que se destacan: Luis Eduardo Briñez Méndez, Oliver Rafael Escobar Ramírez, Héctor Jaime Turriago Rivas, Hernando Romero Rodríguez, Álvaro Turizo Rangel, Orley Gutiérrez Cabrera y Jairo Alfonso Miranda Lamprea.
Por Redacción Judicial / EL PILÓN