Este laboratorio para procesar cocaína es considerado como uno de los más grandes ocupado e incinerado en esta región
Tropas de la Décima Brigada destruyeron un laboratorio para el procesamiento de pasta de base de coca, en la vereda El Silencio, jurisdicción del El Carmen, zona limítrofe entre el Cesar y Norte de Santander.
El laboratorio estaba conformado por una construcción en madera de 70 metros de ancho, por 100 metros de largo, con techo de 40 láminas de zinc.
Tenía cuatro camarotes con 8 colchonetas y 8 toldillos; una cocina hecha en madera con dos hornos microondas, dos refrigeradores, dos grameras, una estufa industrial de cuatro puestos, una lavadora, una máquina empacadora al vacío, una planta eléctrica, dos litros de aceite, 170 kilogramos en grano, 50 kilos de sal, 13 kilos de azúcar, 70 kilos de panela, 490 bolsas grandes de basura de color negro, 248 rollos de cinta transparente, 6 rollos de cinta negra, 120 globos de caucho de color negro y 160 kilogramos de insumos sólidos requeridos para la preparación de los estupefacientes.
El brigadier general, Jaime Hernando Rivera Jaimes, comandante del catón militar, precisó que durante el procedimiento en su lucha contra el narcotráfico entre estos departramentos y otros de su jurisdicción no hubo personas capturadas. Indicó que quienes estaban bajo el cuidado, producción y vigilnancia del complejo cocainero lograron evacuar el lugar al notar el acercamiento de las tropas militares.
Sostuvo que estas acciones contra el flagelo del mundo del narcotráfico continuarán realizando sus operaciones de control militar, que conduzcan a la destrucción de las estructuras logísticas y financieras que favorecen el accionar de los grupos armados organizados al margen de la ley en su jurisdicción.
Este laboratorio para procesar cocaína es considerado como uno de los más grandes ocupado e incinerado en esta región
Tropas de la Décima Brigada destruyeron un laboratorio para el procesamiento de pasta de base de coca, en la vereda El Silencio, jurisdicción del El Carmen, zona limítrofe entre el Cesar y Norte de Santander.
El laboratorio estaba conformado por una construcción en madera de 70 metros de ancho, por 100 metros de largo, con techo de 40 láminas de zinc.
Tenía cuatro camarotes con 8 colchonetas y 8 toldillos; una cocina hecha en madera con dos hornos microondas, dos refrigeradores, dos grameras, una estufa industrial de cuatro puestos, una lavadora, una máquina empacadora al vacío, una planta eléctrica, dos litros de aceite, 170 kilogramos en grano, 50 kilos de sal, 13 kilos de azúcar, 70 kilos de panela, 490 bolsas grandes de basura de color negro, 248 rollos de cinta transparente, 6 rollos de cinta negra, 120 globos de caucho de color negro y 160 kilogramos de insumos sólidos requeridos para la preparación de los estupefacientes.
El brigadier general, Jaime Hernando Rivera Jaimes, comandante del catón militar, precisó que durante el procedimiento en su lucha contra el narcotráfico entre estos departramentos y otros de su jurisdicción no hubo personas capturadas. Indicó que quienes estaban bajo el cuidado, producción y vigilnancia del complejo cocainero lograron evacuar el lugar al notar el acercamiento de las tropas militares.
Sostuvo que estas acciones contra el flagelo del mundo del narcotráfico continuarán realizando sus operaciones de control militar, que conduzcan a la destrucción de las estructuras logísticas y financieras que favorecen el accionar de los grupos armados organizados al margen de la ley en su jurisdicción.